Una vez clausurado el congreso Madrid Fusión 2010 y de vuelta a casa, estamos preparando todo el material recopilado durante estos tres últimos días para compartirlo con vosotros. Y empezamos retomando la noticia que más impacto ha tenido a nivel internacional y que os avanzamos en el post No se cierra el Bulli. Lo hacemos para contaros algunas de las respuestas que Ferrán Adrià dio en la rueda de prensa en la que anunció que el mejor restaurante del mundo no vestiría sus mesas durante dos años de reflexión y trabajo, para dar un giro a su formato.
Una de las primeras preguntas realizada por la prensa a Ferrán Adrià fue si la idea de renovación de elBulli podría tratarse de la deslocalización del restaurante, la respuesta fue que a pesar de que la idea la tuvieron, después de valorarlo vieron que era inviable. Los dos años de reflexión, nada de dos años sabáticos como argumentó Ferrán Adrià, servirán para hacer muchas cosas, entre otras, le encantaría ir a China durante al menos tres meses, pues este país es una fuente inagotable de inspiración.
Se cuestionó también la posibilidad de que Ferrán Adrià anunciaba este receso en el servicio de comidas de elBulli siguiendo los pasos de Jöel Robuchon, Chef del Siglo por la Guía Gault Millau y considerado el mejor cocinero del mundo antes que el chef catalán. Jöel Robuchón anunció su retirada en 1996 aludiendo que la presión que sufría le estaba ganando la partida, pero siete años después regresó a los fogones retomando el éxito que siempre le había acompañado.
Ferrán Adrià respondió que en absoluto son casos similares, él no siente esa presión llevada al estrés de Jöel Robuchón, al contrario, el chef de El Bulli necesita presión para crear y nos comentó además que fue el chef francés el que recomendó la apertura de El BulliTaller para poder ‘investigar en casa’.
Juan Mari Arzak, que también se encontraba en la rueda de prensa, le preguntó a su amigo Ferrán Adrià que quién tendría la fortuna de comer en El Bulli después de esos dos años de búsqueda del nuevo formato de restauración. Él seguro que sí, y Ferrán Adrià, respondiendo a otras preguntas nos indica que tampoco se sabe si la nueva fórmula permitirá experimentar su creatividad culinaria a cuatro o a mil comensales, hay posibilidades para todo, e insiste en que en el año 2014 El Bulli va a ofrecer de comer de alguna manera, como sea.
Y al parecer, habrá quien tenga la fortuna de formar parte de esos dos años de reflexión y trabajo de investigación, pues una interesante pregunta que se realizó a Ferrán Adrià fue que, si parte de la creatividad es la evolución del comensal, ¿cómo van a crear si durante dos años no va a existir el cliente de El Bulli?. Arzak se ofrece voluntario, cómo muchos de nosotros haríamos, y de alguna forma se hará, pues como contaba Ferrán Adrià, en el taller de El Bulli hay una mesa y que algo pensarán para continuar con esa ‘evolución del comensal’.
Ferrán Adrià niega en la rueda de prensa que la decisión tomada sea por motivo de la polémica y la crítica hacia su cocina. Entiende que haya distintas formas de verla y todas son respetables. Es consciente también de que el periodo de reflexión que ha decidido tomar también será criticado, pero afirma que tampoco le afectará, él y su equipo están felices, llevan muchos años dedicando el 99% de su tiempo al trabajo, y evidentemente la vida ofrece muchas cosas más de las que disfrutar y se las están perdiendo.
Seguiremos disfrutando y aprendiendo de Ferrán Adrià en los congresos y eventos gastronómicos, en los que seguirá compartiendo el desarrollo de su evolución culinaria, lo que ha solicitado es que si le demandan para ello, que le permitan dedicar al menos cuatro horas de ponencia, poder volver al modelo de congreso que se realizaba al principio, donde los cocinero disponían de todo el tiempo necesario para explicar y mostrar con detalle sus exposiciones, poco más o menos lo que pudo hacer en la nueva etapa de Lo Mejor de la Gastronomía.
Nos habló de la Hacienda Benazuza (El Bulli Hotel de Sevilla), que no sufre cambios ni recesos, continuará como hasta ahora. Y ¿qué pasará con las estrellas Michelin de elBulli?, pues que se irán, si no hay servicio de restaurante no hay reconocimiento y no hay estrellas. Pero eso es lo que menos importa a la mayoría, las estrellas son un reconocimiento que queda por debajo del de los clientes o comensales, cuando lo que se busca es sorprender y hacer disfrutar a quienes se sientan en tu mesa.