No podíamos apagar el ordenador para empezar a prepararnos para la cena de Nochebuena sin antes dedicar unas líneas, como cada año, a desearos unas felices fiestas. Ojalá pudiéramos hacerlo cara a cara, pero no tenemos queja, pues podemos hacerlo a través del medio por el que nos conocemos y a algunos nos une desde hace tres, seis, nueve años… Sí, son muchos años, se acerca el décimo aniversario de Gastronomía y Cía, ¡cuántos años compartiendo una pasión y muchas alegrías!
Aunque la distancia nos separe, tenemos nuestro punto de unión y de reunión a través de la pantalla, un medio al que nos gusta asomarnos a diario para interactuar con vosotros y contaros nuestras inquietudes y que vosotros nos contéis las vuestras, a dejaros ver nuestros gustos y a conocer los vuestros, a mostraros nuevos descubrimientos gastronómicos, proyectos, tendencias… en fin, lo que veis día a día.
Hace exactamente un año os contamos cuáles eran nuestros deseos para Navidad y para siempre, y lo cierto es que poco han cambiado en este tiempo, pues sigue siendo necesario que cada uno de nosotros mire en su interior y se atreva a quitarse la paja del ojo para ver las cosas que merece la pena cambiar o recuperar, valores como el respeto, la tolerancia, la solidaridad, la empatía, la sinceridad…
Si al fin y al cabo todos deseamos lo mismo, pasar por la vida disfrutándola, exprimiéndola y dejando huella en quienes queremos. A veces basta con ver a un niño para saber cómo podríamos ser, nacemos libres de prejuicios, con ganas de aprender, de hacer felices a los que nos rodean… ¿verdad que vuestros hijos siempre están mejor cuando os ven con una sonrisa? Pues la sonrisa se contagia, es gratis y hace feliz a muchas personas, además de a la familia. No hay que esperar a que te sonrían para devolver el gesto, puedes ser tú el que haga sonreír a los demás, y quizá para otra ocasión le contagies la iniciativa.
Que sí, que con una sonrisa no se come, no se paga la hipoteca ni se acaba una guerra. ¿O quizá sí? En cualquier caso, siempre puede ayudar a iniciar algo con buen pie, así que sumad a vuestra sonrisa vuestros deseos más profundos para un mundo mejor, ¿quién, si no, puede hacerlo? Hay que ver cómo nos vamos por las ramas, pero lo cierto es que os diríamos tantas cosas que no sólo tienen que ver con la gastronomía… y eso es bueno, pues como ya os hemos mostrado en otras ocasiones, formáis parte de la familia.
Así que chic@s, apagamos el ordenador y nos vamos a preparar para la cena de Nochebuena, vosotros haced lo propio y reuniros con los vuestros para disfrutar de los manjares y, sobre todo, de la compañía. No hace falta que sea multitudinaria, basta con que sea compañía de la de verdad. En lo virtual, en unas horas nos tendréis otra vez por aquí con algo nuevo para compartir.