Katharina Unger es una diseñadora industrial de Austria que ha desarrollado un concepto que encaja con las recomendaciones de la FAO (Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura), recordemos que desde hace años esta organización promueve los insectos como fuente de alimentación indicando que pueden ser esenciales en la lucha contra el hambre. La diseñadora nos da a conocer el FARM 432, una granja de insectos para uso alimentario que se puede tener en la cocina, como si de un germinador se tratase, el aparato que veis en la fotografía tendría como misión proveer de larvas de mosca como fuente proteínica en la dieta.
Teniendo en cuenta que las necesidades alimentarias se incrementan año tras año y que para el año 2050 es necesario incrementar la producción de alimentos en un 70%, la diseñadora aconseja tal y como lo hace la FAO y otros investigadores, el uso de proteínas procedentes de los insectos, una fuente alimentaria alternativa que se podrá producir en el hogar. Su nombre «432» guarda relación con el número de horas que deben transcurrir para que un gramo de huevos de mosca se conviertan en 2’4 kilos de proteínas en forma de larvas listas para ser cocinadas. Para la diseñadora, esta granja forma parte de un futuro más sostenible en la producción alimentaria, por otro lado hay que recordar que según algunas investigaciones, las proteínas de alimentos cárnicos y de insectos son similares.
Katharina Unger explica que las larvas se alimentan de residuos biológicos y como serán los propios usuarios quienes controlen lo que se les da de comer a las larvas, estarán más tranquilos a la hora de degustarlas, también apunta que el coste de la producción es prácticamente inexistente y que la rentabilidad alimentaria de las larvas de mosca es significativa, ya que ofrecen hasta un 42% de proteínas, minerales, aminoácidos, etc.
En el vídeo a continuación podéis ver cómo funciona la granja de insectos con fines alimentarios, las larvas que se depositan en el aparato se convierten en moscas, éstas se alimentan y aparean, posteriormente realizan la puesta de huevos, éstos se convierten en larvas para usarlas en las comidas, algunas tendrán como misión completar su desarrollo para iniciar de nuevo el ciclo, por lo que en teoría, el suministro sería inagotable.
Granja 432 es un aparato sencillo, está formado por un compartimento superior en el que se colocan las larvas iniciales para la cría, un compartimento con forma de campana de cristal donde vivirán las moscas, una cámara inferior donde se almacenan el agua y los residuos biológicos con los que se alimentará a los insectos y también servirá como lugar para la puesta de huevos. Una vez que los huevos se conviertan en larvas, instintivamente treparán por la única salida, una rampa que los conducirá a un depósito con forma de cajón para su recogida. Con este sistema sencillo apto sólo para los menos aprensivos, se podrá producir una media de 1/2 kilo semanal de proteínas comestibles. A través de la página web de la diseñadora podemos conocer algunas vídeo recetas de cocina con insectos, equivalencias de nutrientes, etc. No se habla de comercialización ni precios, es un prototipo y es difícil saber si terminará llegando a los comercios.
Hasta la fecha se ha hablado de las propiedades nutricionales de los insectos, los beneficios ambientales resultantes de su uso como alimento y no tardaremos en conocer lo deliciosos que son los insectos gracias a la investigación que están llevando a cabo expertos del Nordic Food Lab y la Universidad de Copenhague. Sin embargo, y a pesar de los beneficios o las posibilidades de producir insectos a coste cero, va a ser muy difícil que los consumidores terminen aceptando los insectos como alimentos.