Según un estudio realizado por expertos de la Universidad de Texas A&M (Estados Unidos), existen pocos conocimientos y evidencias científicas sobre la nutrición de precisión, aunque es cierto que cada vez se llevan a cabo más investigaciones para recabar evidencias que permitan realizar dietas personalizadas que sean correctas y afecten positivamente a la salud.
Recordemos que cada persona es diferente, diferencias genéticas, composición del microbioma, factores epigenéticos, estilo de vida… todo un conjunto que condiciona la personalización de las dietas para que realmente sean eficaces. Los autores del estudio comentan que actualmente y por desgracia, existe una gran falta de conocimiento sobre las intervenciones de nutrición de precisión.
A pesar de los esfuerzos y avances científicos orientados a mejorar la salud de la población a través de la alimentación, en el estudio se apunta que cada vez hay una mayor carga de enfermedades crónicas relacionadas con la dieta, ya que existe una mayor prevalencia del sobrepeso y la obesidad a edades tempranas, y por tanto, una peor calidad y esperanza de vida. En este sentido, se constata que es más beneficioso realizar una orientación dietética con la finalidad de prevenir estas enfermedades crónicas, que tener que tratarlas.
De ahí que los esfuerzos realizados para la orientación dietética vayan más allá de las deficiencias nutricionales, centrándose en el objetivo de reducir el riesgo de padecer enfermedades crónicas asociadas a la nutrición. El estudio concluye que es necesario considerar las respuestas individuales a la alimentación, por ello se debe considerar y ampliar el conocimiento de la complejidad de la composición de los alimentos, de las interacciones de los alimentos con los sistemas fisiológicos, del proceso de envejecimiento, del conocimiento de la biología humana, de los comportamientos nutricionales, etc.
Todas las variaciones que se producen entre las personas contribuyen en las diferencias de la relación dieta y enfermedades, lo que muestra lo necesario que es una mayor precisión en el objetivo de mejorar la salud a través de la alimentación. En este sentido las orientaciones dietéticas, así como las políticas y prácticas alimentarias, deben ser más selectivas
Los nuevos enfoques basados en un estudio más complejo y totalitario, muestran que existen diferencias individuales inherentes en nuestra genética, metabolismo y respuesta a los cambios epigenéticos y del estilo de vida, lo que ha permitido ampliar el conocimiento de la biología humana. Sin embargo, los costes de traducir los datos para clasificar a los que responden o no responden a una determinada dieta para mejorar la salud, no son prácticos y se consideran prohibitivos.
Los expertos explican que los estudios e investigaciones de la asociación entre las enfermedades crónicas y la dieta tienden a ser de observacionales, por lo que las evidencias que se obtienen no tienen la consistencia suficiente, nada que ver con realizar una investigación que demuestre causalidad, y como ya hemos comentado antes, es algo complicado porque son investigaciones costosas que deben abordar múltiples variables, así que no se avanza mucho en la nutrición de precisión.
A la hora de hablar del microbioma, los expertos explican que existe una mayor conciencia e interés científico para conocer a fondo su papel, pero hasta el momento, el conocimiento sigue siendo deficiente, por lo que se limita la utilidad del microbioma a la hora de desarrollar recomendaciones dietéticas. Los expertos comentan que se sabe que el microbioma puede manipularse y modularse con la dieta y en poco tiempo, pero, ¿se ha confiado demasiado en su papel en la nutrición?, ¿realmente modula la respuesta de la persona? Obviamente se cree que sí, pero según los resultados del estudio, apenas se sabe algo de cómo implementar una nutrición de precisión, por lo que se sugiere un enfoque global para crear una base de conocimientos con mayor solidez y evidencias.
Se necesita reconocer que se sabe poco acerca de la nutrición de precisión, que es necesario recopilar datos, realizar mayor inversión en mejores métodos de evaluación, determinar causa y efecto, como se manifiestan las enfermedades, etc. Un primer paso a realizar en la nutrición de precisión es una evaluación dietética precisa, saber más de los factores que deben tenerse en cuenta y comprender mejor los comportamientos alimentarios, de ese modo las variables que se obtengan serán más viables y significativas, a lo que hay que añadir un esfuerzo integrado entre diferentes disciplinas.
El estudio es interesante, e igualmente resultan interesantes las observaciones y conclusiones finales que podéis leer en este artículo publicado en la revista científica Annual Reviews. Por cierto, recordemos que en Estados Unidos se puso en marcha un estudio por parte del NIH (Institutos Nacionales de Salud) para profundizar conocimientos y promocionar este tipo de nutrición, considerando que puede ser uno de los pilares de la atención médica para el año 2030.