Los postbióticos se han presentado como una alternativa a los probióticos y los prebióticos, como ya explicamos aquí, se trata de un grupo de componentes activos como enzimas, lípidos, polisacáridos o proteínas, entre otros, que están presentes en bacterias beneficiosas o que los producen. Se destacan diferentes beneficios de los postbióticos, como la capacidad de sobrevivir a la digestión, su acceso directo al intestino, sus propiedades antiinflamatorias, inmunomoduladoras y antioxidantes, proporcionan apoyo inmunológico, mejoran las funciones cerebrales, etc.
Pues bien, hoy conocemos un estudio realizado por un equipo de investigación internacional en el que se ha revisado la evidencia clínica de los postbióticos como terapia microbiana, así como sus beneficios terapéuticos ante diferentes enfermedades prevalentes y la posibilidad de que sean una alternativa más segura y eficaz a los probióticos y prebióticos.
El equipo de investigación postuló cuatro mecanismos principales de la acción de los postbióticos: la alteración directa del microbioma intestinal, la estimulación de una capa mucosa del intestino que es mucho más robusta, la estimulación de la unión entre células epiteliales y la función de modular la respuesta inmunológica.
Según los resultados obtenidos, un área donde los postbióticos pueden ser muy efectivos, es en el tratamiento de la diarrea en los niños, que es una de las principales causas de muerte en los países en vías de desarrollo y que provocan las infecciones por rotavirus. Las conclusiones muestran que un postbiótico, puede ser muy efectivo tras el tratamiento con antibióticos, ya que sortean la dificultad que causan los antibióticos a la germinación y el desarrollo de los organismos probióticos, al ejercer sus efectos de forma inanimada.
Sobre las respuestas del sistema inmunológico, el grupo de investigación comenta que los postbióticos tienen efectos positivos en la supresión de las reacciones alérgicas, así como en la reducción de la incidencia de infecciones de las vías respiratorias superiores. Sobre este aspecto, se han realizado varias investigaciones (revisadas por el equipo de expertos), y en todas se constatan los efectos beneficiosos ante alergias e infecciones del tracto respiratorio superior, destacando sobre todo la acción de tres cepas posbióticas (Lactobacillus plantarum, Pediococcus acidilactici y Lactobacillus pentosus).
En la revisión se cita un ensayo realizado con 300 personas que padecían la enfermedad de Alzheimer en una fase leve, donde los postbióticos proporcionaron mejoras en la memoria. Otros estudios apuntan mejoras notables en los marcadores de estrés, apuntando que el uso a largo plazo de una cepa postbiótica (Lactobacillus gasseri CP2305) puede mejorar el estado mental, la calidad del sueño y la flora intestinal de adultos sanos que se encuentran sometidos a unas condiciones de estrés.
Las preparaciones posbióticas pueden contribuir en la reducción del daño oxidativo, que puede causar inflamación y enfermedades cardiovasculares. También se ha demostrado que la modulación del microbioma intestinal con posbióticos facilita la reducción de peso y puede reducir los niveles de colesterol, constatando, además, mejoras ante la sensibilidad a la insulina. Lo cierto es que cada vez hay más documentación científica que apunta a la eficacia de los postbióticos y la necesidad de integrarse en diferentes tratamientos.
Quizá ya es hora de definir con más exactitud qué son los postbióticos, según la Asociación Científica Internacional de Probióticos y Prebióticos (ISAPP), se trata de una preparación de microorganismos inanimados y/o sus componentes, que proporciona un beneficio para la salud de quien la recibe. También existe un contexto coloquial que los define como compuestos de fermentación funcionales o metabolitos y productos de desecho de los probióticos (bacterias), que se pueden utilizar en combinación con otros componentes nutricionales en beneficio de la salud humana. Dada la gran cantidad de estudios realizados y todos los beneficios constatados, es necesaria esa definición más amplia y concreta.
Del mismo modo que se integran en la alimentación los probióticos y prebióticos, también sería conveniente pensar en el uso de postbióticos para la prevención y la mejora de la salud humana. Podéis conocer todos los detalles del estudio a través de este artículo publicado en la revista científica Gut Microbes.