El etiquetado semáforo es un sistema aplicado a los alimentos en el Reino Unido, básicamente se trata de otorgar a los alimentos un indicador rojo, verde o amarillo según la cantidad de grasas, azúcares o grasas saturadas que el alimento presente. El color rojo se asocia a un alimento inadecuado para que sea incluido en nuestra dieta habitual y en teoría, debería consumirse esporádicamente. El color amarillo se destina a aquellos alimentos que pueden representar un riesgo para la salud si se abusa de ellos y finamente, el verde es para aquellos productos saludables que pueden ser consumidos en la dieta diaria con toda tranquilidad.
Esta opción de etiquetas semáforo se perfila como una de las mejores para que, a simple vista, los consumidores puedan escoger los alimentos más saludables, así lo afirman numerosas organizaciones de consumidores y expertos en la materia, sin embargo, muchas empresas alimentarias son totalmente contrarias a este sistema de etiquetas para alimentos. Si sus productos fueran saludables no pondrían objeción alguna.
Encontramos este tipo de etiquetado muy efectivo, ya que con un simple vistazo los consumidores podemos saber rápidamente de qué tipo de alimento se trata. El etiquetado semáforo (Traffic Light) se estableció el pasado mes de noviembre en el Reno Unido y se espera que sea una medida efectiva que contribuya a luchar contra algunos problemas como el sobrepeso o la obesidad.
Existe una propuesta de la Unión Europea en la que se pretende revisar la normativa de etiquetado y posiblemente la aplicación un modelo similar al inglés en todos los países comunitarios. Esto ha provocado que el Ministro Federal de Alimentación, Agricultura y Protección de los Consumidores muestre su disconformidad aludiendo que el etiquetado semáforo no propicia una alimentación rica y variada, además, indica que todos los alimentos tienen cabida en la dieta en su proporción adecuada.
Según el ministro alemán, incluir el semáforo no permitiría a los consumidores decidir libremente a la hora de comprar alimentos. No estamos de acuerdo con esta afirmación, no creemos que se coaccione al consumidor a la hora de elegir la alimentación, sólo se le facilita el conocer los alimentos más sanos y seguramente, quienes son amantes de determinados productos seguirían comprándolos aunque les pusieran una calavera en la etiqueta, un ejemplo lo tenemos con el tabaco, por muchos mensajes que se incluyen en las cajetillas, se sigue fumando.
La diferencia radica en que al menos estaremos informados y si seguimos consumiendo productos no saludables, no será porque no se ha avisado. Los consumidores debemos poder conocer rápidamente y de forma sencilla qué tipo de alimentos estamos comprando y qué nos aportan, un veto a este sistema podría seguramente encerrar algún tipo de interés económico obviando la salud y la información.
Recordemos que en España, un proyecto del Grupo Eroski ofrece también la posibilidad de informar con más profundidad a los consumidores de un modo similar, hasta 2.000 productos de esta marca presentarán en su etiqueta un sistema de etiquetado de colores similar al modelo inglés. El semáforo nutricional del grupo Eroski es un proyecto que gradualmente incorpora la etiqueta semáforo a sus productos de consumo, sería muy valioso e interesante que algo así se aplicara en todos los productos de alimentación.
Más información | Food Standards Agency