Etiquetado de los alimentos en la UE: Los consumidores pueden perderse en el laberinto de las etiquetas alimentarias

Etiquetado de los alimentos en la UE: Los consumidores pueden perderse en el laberinto de las etiquetas alimentarias, es el título de un informe del Tribunal de Cuentas Europeo, que revela que el sistema actual de etiquetado en la Unión Europea no cumple su objetivo de informar adecuadamente a los consumidores. La información en las etiquetas alimentarias es a menudo confusa, incompleta o engañosa, dificultando que los consumidores tomen decisiones de compra conscientes y saludables.

Etiquetado de los alimentos en la UE

Como sabemos, el etiquetado de los alimentos es una herramienta esencial para que los consumidores puedan tomar decisiones de compras informadas y responsables, sin embargo y tal y como se apunta en un reciente informe del Tribunal de Cuentas Europeo, el etiquetado de los alimentos en la UE, no siempre cumple este objetivo de una manera efectiva. Los consumidores pueden perderse en el laberinto de las etiquetas alimentarias ya que en muchas ocasiones ofrecen información incompleta, confusa o engañosa, lo que complica que los consumidores comprendan la información y se reduce la capacidad de elección consciente de productos.

El marco normativo de la Unión Europea en materia de etiquetado alimentario, tiene como objetivo proporcionar información esencial sobre los productos de manera clara y accesible. Entre las principales normativas está el Reglamento sobre la Información Alimentaria Facilitada al Consumidor (Reglamento IAC), que armoniza y refuerza los requisitos del etiquetado en la UE. Dicho reglamento integra normas sobre la indicación de alérgenos, información nutricional, fechas de caducidad, de consumo preferente y métodos de conservación.

Sin embargo, la implementación de este marco tiene grandes lagunas, basta con decir que de las 11 actualizaciones previstas por la Comisión Europea solo cuatro se han completado, por lo que hay cuestiones fundamentales sin resolver. Por ejemplo, la falta de perfiles nutricionales establecidos a nivel comunitario, permite que productos alimenticios con alto contenido en grasas, azúcares o sal, puedan anunciarse como «saludables» a pesar de tener criterios engañosos. Del mismo modo, la ausencia de normas armonizadas sobre etiquetado nutricional en la parte frontal del envase, o las menciones acerca de los alérgenos genera desigualdades entre los países miembros y confusión entre los consumidores.

El etiquetado de la UE combina información obligatoria y voluntaria (aunque se podría decir que en un mayor porcentaje es voluntaria), y cada una tiene un propósito concreto. La información obligatoria incluye elementos que son cruciales para la seguridad y salud de los consumidores, como la lista de los ingredientes, los alérgenos, el valor nutricional y la fecha de caducidad. La información voluntaria como son las declaraciones ecológicas, las declaraciones de propiedades saludables o de sostenibilidad, pretenden captar la atención de los consumidores destacando características que son percibidas como beneficiosas, en otros casos, los alimentos están exentos del requisito de información nutricional obligatoria en las etiquetas, algo que no tiene sentido.

Ecopostureo en la industria alimentaria

El problema radica en que a menudo, esos elementos voluntarios no están regulados de una manera uniforme, lo que da lugar a una serie de prácticas desleales. Entre varios ejemplos se pueden citar las expresiones como «natural» o «fresco» que pueden utilizarse sin la necesidad de cumplir criterios claros, o aquellas etiquetas que sugieren beneficios para la salud o el medio ambiente que en realidad son engañosas, un ejemplo es el “lavado verde” o “ecopostureo”, o las declaraciones de neutralidad del carbono. Según un estudio de la Comisión Europea, hasta un 80 % de las alegaciones medioambientales analizadas en los productos alimenticios, carecen del correspondiente respaldo científico y eso lo dice todo.

Confusión y desinformación por las etiquetas alimentarias entre los consumidores

Una de las conclusiones más preocupantes del informe, es la dificultad que tienen los consumidores para comprender las etiquetas alimentarias. La falta de claridad en la indicación de las fechas es un ejemplo ilustrativo, y es que a día de hoy muchos consumidores siguen sin distinguir entre la «fecha de caducidad» que hace referencia a la seguridad de un producto alimenticio, y la «fecha de consumo preferente«, que indica la fecha tope de su calidad óptima, pero que puede consumirse posteriormente a esa fecha. Este problema no solo genera confusión, también contribuye de forma significativa al desperdicio alimentario.

Otro tema o desafío es la facilidad de lectura de las etiquetas alimentarias, según el Reglamento IAC se exige que la información sea fácilmente legible, pero el creciente uso de envases más pequeños por razones medioambientales, dificulta el cumplimiento de este requisito. El informe señala que aunque algunos sectores han desarrollado guías voluntarias para mejorar el acceso a la información, la falta de normas obligatorias limita una aplicación efectiva.

Información obligatoria y voluntaria en el etiquetado alimentario en Europa

La falta de reglas comunes en el etiquetado hace que cada país tenga sus propios sistemas, lo que complica que los consumidores puedan comparar los productos alimenticios en toda la UE. Un claro ejemplo es el etiquetado nutricional en la parte frontal del envase, cada estado miembro tiene recomendaciones diferentes, por ejemplo se puede citar el etiquetado NutriScore que está instaurado en países como Francia o Bélgica, o el etiquetado NutrInform Battery instaurado en Italia. Esta fragmentación en el etiquetado confunde a los consumidores y obstaculiza el funcionamiento del mercado único.

Algo similar ocurre con el etiquetado de los alérgenos, mientras que algunas empresas utilizan menciones como «puede contener trazas de» de manera genérica para protegerse legalmente, recordemos que de esto ya hablábamos hace unos años en el post ¿Se utiliza a la ligera el enunciado «puede contener» en las etiquetas alimentarias? Otras actúan de forma correcta y realizan evaluaciones más detalladas sobre los riesgos reales, pero la falta de estándares claros provoca una reducción de la confianza de los consumidores, limitando su capacidad para tomar decisiones informadas.

Los Estados miembros están obligados a realizar controles para garantizar que las empresas alimentarias cumplan con las normas de etiquetado, sin embargo y según el informe, dichos controles son insuficientes en la mayoría de casos y especialmente en relación con el comercio minorista online y en la información voluntaria proporcionada. Otro dato destacado son las sanciones por incumplimiento que no siempre son disuasorias y tampoco proporcionales, algo que favorece que las prácticas desleales persistan.

En el documento se señala que la Comisión Europea por su parte, se enfrenta a dificultades a la hora de supervisar de forma efectiva los sistemas nacionales de control, la razón de ello son los sistemas de información complicados y poco coordinados, lo que limita la capacidad de la Unión Europea para garantizar que se apliquen las normas de manera uniforme.

Etiquetas alimentarias correctas e incorrectas en la UE
Para abordar los problemas señalados, el Tribunal de Cuentas Europeo propone una serie de medidas clave:

Cerrar las lagunas normativas: Es fundamental completar las actualizaciones pendientes del marco jurídico, incluyendo la armonización del etiquetado nutricional en la parte frontal del envase, el establecimiento de los perfiles nutricionales y la regulación de las menciones como «natural» o «ecológico».

Mejorar la educación y sensibilización: Los consumidores necesitan herramientas que les permitan comprender mejor las etiquetas alimentarias, esto incluye la puesta en marcha de campañas educativas sobre la interpretación de las fechas de consumo preferente y caducidad, la facilidad para leer las etiquetas, y el impacto de las elecciones de compra en la salud y el medio ambiente.

Fortalecer los controles y sanciones: Los países comunitarios deben reforzar los sistemas de control y garantizar que las sanciones por incumplimientos sean efectivas, disuasorias y proporcionadas.

Promover la transparencia: Es crucial establecer reglas claras para la información voluntaria, especialmente en relación con las afirmaciones sobre la sostenibilidad y los beneficios para la salud.

NutriScore

Cierto es que el etiquetado alimentario tiene un gran potencial que permite empoderar a los consumidores, pero las actuales deficiencias lo convierten en un laberinto por el que es difícil de navegar. La falta de armonización, la información confusa y los controles insuficientes limitan la capacidad de los consumidores para tomar decisiones informadas y socavan la confianza en el sistema. El informe concluye que implementar las recomendaciones facilitadas por el Tribunal de Cuentas Europeo será muy necesario para construir un sistema de etiquetado más transparente, equitativo y beneficioso.

A través de este enlace (Pdf) podréis leer detalladamente el informe “Etiquetado de los alimentos en la UE. Los consumidores pueden perderse en el laberinto de etiquetas” del Tribunal de Cuentas Europeo.

Foto 1 | Depositphotos

Gastronomía y Cia - Mar Gavilán y Javier Muniesa

Mar Gavilán y Javier Muniesa

En 2005, fundamos el primer blog gastronómico colaborativo en España, que rápidamente se convirtió en un referente en el ámbito gastronómico. En 2008, dimos un paso adelante y creamos Gastronomía & Cía de manera independiente. Para nosotros, ha sido un sueño hecho realidad combinar nuestras pasiones por la gastronomía, la creatividad y la divulgación. Ahora nuestro objetivo es inspirar, informar, deleitar y conectar con todos los entusiastas de la cocina.

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