Acabamos de conocer el desarrollo de una nueva etiqueta de alimentos inteligente, capaz de informar sobre la vida útil de un alimento una vez se ha abierto el envase. Se trata de una etiqueta que pasa gradualmente del color verde al rojo, color que indica que el producto ha llegado a su fecha de caducidad y no debe ser consumido. Los expertos indican que con esta etiqueta se podrían reducir hasta en un 20% los residuos alimentarios, recordemos que según un informe realizado el año pasado por el Instituto de Biotecnología y Alimentos SIK (Suecia), el volumen de residuos alimentarios alcanza los 1.300 millones de toneladas.
También se indica que con esta etiqueta inteligente para los alimentos se reduciría el problema por la leyenda de consumo preferente. Por las confusiones entre esta leyenda y la fecha de caducidad se tiran en los hogares millones de toneladas de alimentos al año. Olvidar cuándo se abrió un bote de mayonesa no será un problema con el nuevo sistema de etiquetado, este es un alimento al que se le tiene mucho respeto, es fácil que el mencionado olvido nos invite a tirar un tarro abierto por precaución, para evitar sufrir una toxiinfección alimentaria.
Según los responsables del nuevo prototipo de etiqueta, una de las frustraciones más habituales en los consumidores es no saber cuándo se abrió el frasco, y pretenden evitarlo con la etiqueta que funciona sobre cualquier tapón de rosca o tapa, al abrir el bote se acciona un dispositivo de micro ingeniería química que inicia una cuenta atrás.
De momento este sistema sólo se puede utilizar con los alimentos envasados y en temperatura ambiente, pero parece ser que con las oportunas modificaciones se podría adaptar para ser utilizada en otros alimentos refrigerados como la carne o el pescado. La etiqueta inteligente se denomina UWI y como podéis ver en la fotografía, está colocada desde la tapa hasta el centro del frasco, cuando se rompe, se inicia un proceso químico que se plasma en los colores y que permite al consumidor saber cuánto hace que el bote se empezó. Al respecto, recomendamos leer como información complementaria el post Envases alimentarios inteligentes.
La idea de la etiqueta se gestó en el año 2008, cuando el inventor y arquitecto escocés Peter Higgins tenía que preparar un sándwich a su hijo, no recordaba cuándo se había abierto el bote de mayonesa, ante la duda lo desechó. En colaboración con la Universidad Heriot-Watt (Escocia) y con el respaldo de un inversor privado, se desarrolló la etiqueta UWI, los primeros prototipos eran dispositivos electrónicos, por lo que el coste resultaba muy elevado. Se trabajó en una versión que conjugaba la electrónica y la química logrando reducir significativamente los costes de producción, pero todavía era demasiado cara para poder ofrecerla a la industria alimentaria.
Al final se optó por un sistema químico que pudiera actuar como un sistema estable, capaz de marcar el tiempo de una manera constante desde el momento en el que se abre el envase, su adhesivo es inocuo y se puede integrar perfectamente en el envase sin que pueda afectar a los alimentos que contenga. De momento se sigue trabajando en el desarrollo y las pruebas finales se están llevando a cabo en los laboratorios, se prevé su introducción en el Reino Unido en un plazo de unos 9 meses.
Se habla de un gran ahorro alimentario y de todo lo que ello conlleva, sin embargo, como hemos indicado al principio, dicho ahorro es de un 20%, por lo que todavía queda un largo camino para lograr reducir el desperdicio alimentario a una mínima expresión. A través de este enlace (descarga Pdf) de la Universidad Heriot-Watt, podréis conocer más detalles sobre la nueva etiqueta inteligente para los alimentos.