El Congreso de Estados Unidos prohíbe el salmón transgénico, concretamente ha prohibido que la FDA (Administración de Alimentos y Medicamentos) pueda dar vía libre a la comercialización de salmones modificados genéticamente. Se trata de una decisión tomada por la cámara de representantes de este país, que han celebrado muchas organizaciones y consumidores. Con esta decisión se paralizan los trámites que llevaba a cabo la FDA para poder aprobar el salmón, el hecho es que una enmienda propuesta por los senadores Don Young y Lynn Woolsey en la que se solicitaba prohibir el uso de los fondos de la FDA para la tramitación y aprobación del salmón modificado genéticamente, ha salido adelante por mayoría.
A pesar de las preocupaciones medioambientales y de las dudas sobre los beneficios de este alimento para el ser humano, la FDA ha mantenido generalmente una postura favorable para su aprobación argumentando que no existían riesgos. Sí existía corrupción o fraude en este organismo, posibles intereses económicos, y se pretendía aprobar el salmón transgénico de una u otra manera, ya se pueden olvidar de ello, la decisión de la Cámara estadounidense ha cortado de raíz toda iniciativa favorable al salmón. Para AquaBounty Technologies Inc, empresa que ha desarrollado la variedad de salmón, ha sido sin duda un gran batacazo, pero seguramente no desistirán en su empeño de que se apruebe su nuevo salmón.
Podemos saber que Colin O’Neil, analista de políticas de regulación para el Centro de Seguridad Alimentaria, indica que es necesario un sistema sólido de regulación de alimentos transgénicos que tenga en cuenta todo tipo de aspectos, salud, economía, medioambiente, bienestar animal, y además permita que los consumidores puedan participar dando su opinión, a fin de cuentas son ellos quienes comprarán los nuevos alimentos modificados genéticamente. Esto es todo lo contrario a la política de la FDA dado que todos los estudios e investigaciones se llevan con mucha discreción, intentando que la opinión pública sepa poco al respecto. Etiquetar los alimentos transgénicos para la FDA es algo inadmisible, suponemos que la razón es que para esta agencia, un alimento transgénico cuya equivalencia en peso, imagen y contenido nutricional es similar a la de un alimento tradicional, es totalmente seguro y no necesita etiquetado. Por cierto, ya no será necesario que en California, se etiquete el pescado transgénico.
La transparencia informativa brilla por su ausencia, un alimento transgénico aprobado debe estar etiquetado como tal y cada consumidor debe decidir si quiere incluir en su alimentación este tipo de productos. Esto es un riesgo, posiblemente muchos consumidores no comprarían estos alimentos y la única forma de evitar este problema es no ofrecer información. Pero volviendo a la noticia, Estados Unidos prohíbe el salmón transgénico y con ello el salmón ya no será el primer alimento animal transgénico aprobado por la FDA.
El riesgo más grave que encerraba este alimento era para el medio ambiente, ya que podría haber causado estragos en la población de salmones salvajes. El salmón modificado genéticamente cuenta con un gen que evita que deje de crecer cuando el agua cambia de temperatura a consecuencia de la llegada del invierno, esto provoca que el gen responsable del control del crecimiento del salmón quede inhibido. El gen que se ha incorporado pertenece a otra especie similar que habita en aguas más frías, por lo que el nuevo material genético permite que el salmón continúe creciendo durante todo el año, por ello, su tamaño puede ser de hasta cuatro veces mayor que el de un salmón salvaje y eso utilizando la misma cantidad de comida.
Si un salmón transgénico lograse alcanzar el mar abierto, se reproduciría con más facilidad ya que el tamaño es uno de los aspectos condicionantes en la vida salvaje, se supone que a mayor tamaño, mayor resistencia y fortaleza, igualmente mayor capacidad para encontrar comida o escapar de los depredadores, pero estas características no serían reales en los salmones transgénicos y las siguientes generaciones de alevines de salmones apenas podrían sobrevivir dado que en su genética no estaría presente los condicionantes favorables de la selección genética natural.
Ya en su momento el senador Mark Begich creía que el Congreso de Estados Unidos debía frenar la aprobación del salmón transgénico y así ha sido, de la noticia que hemos podido conocer a través del artículo del Center For Food Safety (Centro de Seguridad Alimentaria) seguiremos hablando, ¿cuál será el siguiente movimiento de la FDA y de la empresa AquaBounty Technologies Inc?, no tardaremos en saberlo.
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