En diciembre de 2012 se aprobaban en Estados Unidos nuevas reglas de la irradiación de los alimentos, la FDA (Food and Drug Administration) aprobó el uso de la irradiación en la carne cruda sin refrigerar y además se incrementaba la dosis de radiación ionizante en la carne de las aves de corral, la finalidad era reforzar la seguridad alimentaria con este proceso que se considera totalmente seguro para los seres humanos. La irradiación es un proceso en el que se utilizan radiaciones ionizantes a partir de los rayos X, los rayos de cobalto o gamma, o los rayos ultravioletas. Una dosis de esta radiación puede destruir el ADN celular de bacterias presentes en los alimentos, como por ejemplo la Escherichia coli O157: H7, una de las cepas de E. coli más peligrosas, que provoca infecciones en los seres humanos a través de la alimentación.
Como podemos comprobar, en Estados Unidos se trabaja para que la radiación de los alimentos sea una de las técnicas utilizadas para garantizar la seguridad alimentaria, ya son varias las reglas que se han aprobado hasta el momento y ahora se deberá incluir una más. En breve, Estados Unidos permitirá la irradiación de crustáceos, gambas, cangrejos, cigalas, langostas, camarones, etc., como en el resto de alimentos, se pretende controlar la transmisión de agentes patógenos en la alimentación y a la vez, aumentar la vida útil de estos productos. Tras realizar las oportunas evaluaciones de seguridad sobre los posibles riesgos y toxicidad, la agencia ha terminado por modificar la reglamentación para que se permita el uso de radiaciones ionizantes sobre los crustáceos.
Hasta el momento se ha constatado que no existe ningún riesgo si se utiliza este sistema para eliminar microorganismos patógenos, cada vez son más las instituciones científicas que apuestan por el uso de esta tecnología para poder mejorar la seguridad alimentaria, como herramienta para poner freno al creciente número de casos de infecciones alimentarias causadas por las bacterias. Sin embargo, es una tecnología que sólo ha sido aprobada en unos 40 países del mundo, lo que muestra que queda un largo camino hasta que se apruebe de forma generalizada. Hasta ahora el proceso se había aprobado en distintos alimentos, frutas, cereales, carnes, verduras, etc., ahora se incluirá la radiación en crustáceos.
El cambio de reglamentación permite irradiar los alimentos mencionados en fresco, parcialmente cocidos, cocidos, congelados o preparados con especias y pequeñas cantidades de otros ingredientes alimentarios. La dosis máxima permitida es de 6,0 kiloGray (kGy, unidad de medida que indica el nivel de absorción de radiación), es decir, 1’5 unidades menos que la dosis utilizada en la carne cruda. Se eliminarán la mayoría de los microorganismos patógenos aunque no todos, pero evidentemente se reducirá significativamente el riesgo de infección alimentaria. De todos modos, hay que recordar que la irradiación no exime de seguir las prácticas y pautas de higiene habituales, ya que la irradiación es un proceso que sanitiza y prolonga la vida útil de los productos, pero estas condiciones no se mantienen de forma indefinida. Los crustáceos irradiados deberán ser almacenados, manipulados y cocinados del mismo modo que los que no hayan sido irradiados.
Claro, que a pesar de que este proceso se haya aprobado en los crustáceos, para algunos expertos es insuficiente y no termina de mejorar la seguridad alimentaria, la razón es que Estados Unidos importa muchos alimentos y no son irradiados, a esto hay que añadir que algunos alimentos producidos en el país, se envían a otros países para su procesamiento poniendo en mayor riesgo la seguridad alimentaria, al respecto os recomendamos retomar la lectura del post Los pollos procesados estadounidenses viajarán 22.500 kilómetros.
La irradiación en crustáceos se solicitó hace 13 años por el Instituto Nacional de Pesca (NFI), el mismo tiempo transcurrido para poder aprobar la irradiación de la carne en crudo sin refrigerar. Para el NFI es un gran paso en la mejora de la seguridad alimentaria, la irradiación es una herramienta más con la que contarán las empresas que se suman al resto de regulaciones gubernamentales existentes, y que mejorará la salubridad de los crustáceos. Otro punto a destacar en la aprobación de la nueva norma, es la obligatoriedad de identificar en los envases alimentarios que el producto ha sido irradiado, quizá en Estados Unidos esto no suponga un problema, sin embargo, en otros países este procedimiento puede no ser aceptado por varias razones, por productores y consumidores, los primeros porque pueden ver reducidas las ventas de su producto y los segundos porque asocian la irradiación a procesos nucleares que pueden afectar a su salud.
Por otro lado, una buena parte de los consumidores consideran que no es necesario aplicar este tipo de técnicas dado que creen que la seguridad alimentaria actual es más que suficiente, algo que se aleja de la realidad. Lo cierto es que la irradiación alimentaria o pasteurización fría de los alimentos se realiza al final de la cadena de producción alimentaria, antes de que se proceda al envío de los alimentos, con ello, en la mayoría de los casos se logra garantizar la eliminación de un 99’99% de los microorganismos, si fuera una medida habitual y aceptada por los países, no se habrían producido tantos brotes infecciosos en Estados Unidos y Europa durante los últimos años.
A través de este artículo de la Food and Drug Administration, podréis conocer más detalles sobre la aprobación de la nueva norma que permite irradiar crustáceos en Estados Unidos.