La FAO (Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura) ha presentado un informe titulado “Estado de la biodiversidad para la alimentación y la agricultura en el mundo”, en el que se destaca que la biodiversidad que mantiene nuestros sistemas alimentarios está desapareciendo, poniendo en grave riesgo el futuro de los alimentos, la seguridad alimentaria, la salud y el medio ambiente.
Se habla de todas aquellas especies que influyen directa o indirectamente en los sistemas alimentarios y en las personas que producen los alimentos como, por ejemplo, los insectos polinizadores, las lombrices, microorganismos que habitan en los suelos, hongos, aves, especies vegetales, algas, etc. La FAO advierte en su informe que esta biodiversidad que se pierde ya no puede recuperarse, y dado que es fundamental para poder garantizar la seguridad alimentaria en las próximas décadas, es necesario preservarla mediante un uso sostenible.
Se trata del primer informe de este tipo que realiza la FAO bajo la dirección de la Comisión de Recursos Genéticos para la Alimentación y la Agricultura, foro de carácter internacional que se encarga concretamente de todos los componentes de la biodiversidad para la alimentación y la agricultura. El informe es un paso esencial para poder crear una imagen del estado y uso de la biodiversidad, se proporciona una base sólida para poder desarrollar intervenciones efectivas que la preserven y favorezcan el desarrollo sostenible de los sistemas alimentarios resilientes, capaces de adaptarse a los problemas derivados del calentamiento del planeta y el cambio climático en general.
El documento es el resultado de cinco años de trabajo que han tenido como base la información proporcionada por 91 países y 27 organizaciones internacionales, los análisis de la literatura científica mundial sobre el tema, la contribución de investigaciones e informes de más de 175 expertos, también se han utilizado los últimos datos recabados sobre los cambios experimentados en la biodiversidad, etc. El documento apunta que con menos biodiversidad, plantas y animales son más vulnerables a plagas y enfermedades, que la pérdida creciente de biodiversidad para la alimentación y la agricultura, agravada por nuestra dependencia de cada vez menos especies para alimentarnos, está conduciendo la seguridad alimentaria al borde del colapso. Merece la pena recordar que dependemos de unos pocos alimentos, a pesar de tener una gran variedad alimentaria en el planeta, sólo se cultivan algo más de 100 especies.
En este sentido, merece la pena retomar la lectura de este post en el que hablábamos de un estudio en el que se advertía que la dieta global es una amenaza para la seguridad alimentaria. A pesar de todo lo que se puedan encontrar en el mercado, que parece mostrar una enorme variedad de productos alimentarios, la diversidad agroalimentaria se está reduciendo, debido a que la dieta de distintos países y culturas del mundo son cada vez más similares en su composición, lo que supone una amenaza para la seguridad alimentaria. Por tanto, no se trata sólo de preservar la biodiversidad, también de evitar la globalización de la dieta.
Volviendo al informe, se denuncia la reducción de la diversidad vegetal en las explotaciones agrícolas, el incremento de las razas ganaderas en peligro de extinción, el aumento de las especies de peces que están sufriendo la sobrepesca, que en algunos casos podrían alcanzar un punto de no retorno y no se podrían recuperar, etc. Obviamente, en estos problemas están muy implicadas las empresas y los gobiernos, se ha buscado la rentabilidad económica, la productividad y otras cuestiones que han dejado al margen la importancia de la biodiversidad y la sostenibilidad, lógicamente, a medio y largo plazo se deben pagar las consecuencias.
La FAO advierte que de las 6.000 especies de plantas que se cultivan para la alimentación, menos de 200 contribuyen de forma significativa a la producción alimentaria mundial, recordemos que, entre el arroz, el trigo y el maíz, se alcanza algo más del 60% de la producción mundial agrícola. Sobre la producción ganadera, la organización apunta que la producción mundial se basa en 40 especies, de las que unas pocas son las que abastecen la mayor parte de la carne, leche y huevos. No es extraño, por tanto, que a medida que pasan los años desaparezcan cada vez más especies y la principal causa es que no eran viables comercialmente.
La FAO comenta que de las 7.745 razas de ganado locales registradas en el mundo, el 26% están actualmente en peligro de extinción y se desconoce el futuro del 67% de estas razas, librándose únicamente el 7% del riesgo. Recordemos que este informe de 2016 la FAO concluía que la diversidad genética del ganado podía ayudar a garantizar la seguridad alimentaria, algo difícil de alcanzar si no existe un plan global para preservar esas especies que se han dejado a un lado por no ser comercialmente interesantes.
Sobre los peces, apunta que un tercio de las poblaciones están sobreexplotadas y más de la mitad han alcanzado el límite de explotación sostenible, al respecto, merece la pena retomar la lectura del informe sobre el Estado Mundial de la Pesca y la Acuicultura 2018, en él se advierte del preocupante nivel de sobreexplotación y el número de especies marinas que se encuentran amenazadas.
En este informe (Pdf) de 529 páginas, la FAO describe los distintos problemas que afectan a la biodiversidad y cómo su reducción pasa factura a la producción y a la seguridad alimentaria, pero también se describen los esfuerzos que se realizan para promover el uso sostenible y la conservación de la biodiversidad con políticas de apoyo, legislación, instituciones, etc. El estudio finaliza con una discusión acerca de las necesidades y desafíos de futuro en el manejo de la biodiversidad para la alimentación y la agricultura.