Ya en el mes de septiembre del año pasado se hablaba de una nueva crisis alimentaria mundial, la FAO (Organización de Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación), convocaba una reunión de urgencia al constatar fluctuaciones en el precio de los alimentos propiciadas por diferentes problemas, de ello hablábamos en el post ¿Nueva crisis alimentaria mundial? A todas las causas destacadas, hay que añadir la especulación en el precio de los alimentos, de este tema trata el vídeo que podéis ver sobre estas líneas.
Los precios de los alimentos suben de forma imparable y como ejemplo se habla de lo que ocurre en el Reino Unido, aunque este ejemplo se podría trasladar a muchos países europeos. En este país los consumidores han visto como los precios de los alimentos subían durante los últimos meses, doblándose o triplicándose, evidentemente los consumidores se preguntan ¿por qué? ¿es la causa la especulación alimentaria?
Como dice uno de los entrevistados en EuroNews, el coste de la vida se ha disparado mucho y muy rápido. Una gráfica nos muestra que desde el pasado mes de diciembre los precios de los alimentos se han incrementado en un 15% en un periodo muy corto, durante los últimos 5 años el porcentaje de subida se establece en un 135%. Pero según podemos comprobar en el caso de nuestro país, a través de las cifras que nos proporciona mensualmente el IPOD (Índice de Precios en Origen y Destino de los alimentos), se constata que las fluctuaciones de los precios en algunos casos están sujetas a la acción de los intermediarios, los productores se apretan el cinturón continuamente y especialmente en los productos de temporada, cuando hay abundancia, los márgenes comerciales de los intermediarios se incrementan significativamente, productores y consumidores pagamos las consecuencias.
Como decíamos, el reportaje gira en torno al Reino Unido y es fácil entender por qué, dado que en este país el precio de los alimentos se ha elevado especialmente en los alimentos básicos, superando con creces la media europea. La percepción de algunos consumidores es que los alimentos se pagan más caros porque cuesta más producirlos, se alude a motivos como el incremento del precio del gas, la electricidad, el petróleo… incluso se apunta que el Gobierno quizá ha presionado para que suban los precios. Otros creen que se trata de la ley de la oferta y la demanda, a mayor escasez de un producto, más se incrementan los precios, sin embargo esa regla no se cumple en el IPOD, ya hemos comentado que cuando hay abundancia de productos de temporada, las diferencias entre los que cobra el productor y lo que paga el consumidor es muy significativa. Nos quedamos con esta frase del reportaje, “No tengo ni idea a qué obedecen esas subidas”
El portavoz del British Retail Consortium (Consorcio Minorista Británico) nos proporciona una conclusión con la que muchos lectores no estarán de acuerdo. Indica que las grandes superficies protegen a los consumidores de las subidas excesivas y drásticas del precio de los alimentos. El portavoz indica que las subidas están sujetas al incremento del precio de las materias primas, nos habla del maíz, trigo o del petróleo, llega a decir que cree que las subidas del precio de los alimentos en las tiendas es mucho más lenta que las subidas del precio de las materias primas. Creemos que es una verdad a medias.
Suben las materias primas y el petróleo, la consecuencia es que sube toda la cadena, pero también los márgenes comerciales, estos no se ajustan, haya o no crisis, muchos intermediarios siguen ganando lo mismo y por supuesto, no se ajustan el cinturón. Véanse como ejemplos la crisis de la sandía del 2009, la crisis del melón por el exceso en la producción que obligaba a los agricultores a destruir parte de la producción, considerábamos que en época de abundancia era pura especulación que se pagara a los agricultores a 0’9 euros el kilo de melón y se vendiera a los consumidores a 10 veces su valor, 0′95 euros el kilo. La verdad es que podríamos citar otros ejemplos que muestran que la especulación en el precio de los alimentos tiene mucho que ver en la actual situación.
Sin embargo, también podemos conocer otras opiniones, con datos muy significativos. Julian Orman, de la World Development Movement, organización que entre otras cosas lucha contra la especulación alimentaria, nos explica que hace 10 años la especulación con las materias primas alimentarias eran un terreno exclusivo de operadores y productores. Un dato significativo, desde hace cinco años, las inversiones en productos alimentarios se han disparado de forma alarmante pasando de 35.000 millones a 300.000 mil millones de dólares, es evidente que la inversión en alimentos resulta muy rentable.
Julian nos explica las dos tendencias existentes, por un lado están bancos de inversión y los fondos indexados que cada vez invierten más dinero en materias primas, y la razón es que saben que los precios mantendrán una tendencia única, al alza. Que el maíz tenga más o menos demanda da igual, ellos controlan la materia prima y apuestan por la subida. Por otro lado están los especuladores y los fondos especulativos, son aquellos que quieren obtener beneficios a corto plazo, como por ejemplo en el caso de frutas y verduras (volvemos a citar los ejemplos antes mencionados). A mayor escala, ante un determinado problema, como las pérdidas de la cosecha de trigo en Rusia a causa de la sequía, los especuladores se lanzan a los mercados creando una volatilidad que perjudica seriamente a productores y consumidores.
Hay quien cree que los especuladores son necesarios y crean un equilibrio entre la oferta y la demanda, claro que las posturas varían dependiendo de cada eslabón de la cadena. Algunos expertos indican incluso que los especuladores impiden que los consumidores sufran el impacto total de la falta de materias primas causadas por desastres naturales como la sequía en el cultivo ruso, así lo cree San Bowman del Adam Smith Institute, un grupo de reflexión que defiende el mercado libre con unos puntos de vista muy particulares. Las explicaciones de San Bowman no nos terminan de convencer, nos habla de un mercado negro que se salta las normas establecidas en un país en lo que respecta al precio de los alimentos y parece hacer responsable a los consumidores.
La conclusión es que hay que dejar que los precios fluctúen según la ley de la oferta y la demanda, pero como dice Julian Orman, toda especulación que aumente el precio de los alimentos en un hogar que gasta entre un 60 y un 80% de su presupuesto económico, es algo inmoral, se benefician unos pocos especuladores mientras la mayoría de la población sufre, un ejemplo a citar es la pasada crisis del pan en Egipto. Nos quedamos con otra frase más “hay otras formas de hacer dinero en el mercado financiero, no hay necesidad de especular con los alimentos”.
La conclusión final es que los precios van a subir irremediablemente por muchas razones. No dejéis de ver el reportaje, no tiene desperdicio.
Foto | Peter Pearson