España apuesta por los transgénicos, aunque se debería matizar que es Miguel Arias Cañete, Ministro de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente, el que apuesta por los alimentos modificados genéticamente, asevera que son fundamentales para poder garantizar la rentabilidad y la seguridad alimentaria, su apuesta es que la Unión Europea avance conjuntamente en este campo. Es interesante tener memoria política y recordar que hace unos años la Fiscalia de Medio Ambiente de la capital española investigó delitos ecológicos y casos de corrupción en los que presuntamente estaba implicado Miguel Arias Cañete, al parecer, se permitía la producción de alimentos transgénicos sin control alguno y además existía un trato de favor para las grandes empresas biotecnológicas que los producen.
Ante estos supuestos hechos, no nos sorprende que el Ministro de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente se muestre públicamente a favor de los transgénicos. Como sabemos, desde 1998 nuestro país ha estado autorizando el cultivo de maíz Mon 810 y otras variedades transgénicas, no es de extrañar que en el año 2008 se llegara a considerar que España era un campo de pruebas de los alimentos transgénicos, por otro lado, basta con dar un vistazo al mapa de la localización de los cultivos transgénicos en España para ver la cantidad de proyectos que se ponen en marcha en torno a los alimentos modificados genéticamente. España favorece los alimentos transgénicos, pero lo hace desde hace años y parece que ahora pretende abanderar una cruzada pro transgénicos con más efusión.
Las declaraciones del Ministro se realizan justo cuando los ministros de Medio Ambiente comunitarios se reunen para discutir la propuesta de dar mayor libertad a los países miembros de la UE, para permitir o vetar el cultivo de productos transgénicos en sus territorios, independientemente de si han sido autorizados o no por el conjunto de la Unión Europea. Recordemos que de este tema ya hablábamos en el año 2010 en el post ¿Libertad de elección sobre transgénicos en la Unión Europea? Posteriormente, en el mes de julio de 2011, se determinó que los países de la Unión Europea decidirían individualmente sobre el cultivo de transgénicos.
Se renacionalizaba la aprobación o prohibición de los alimentos modificados genéticamente, sería una decisión competencia exclusiva de cada país, aunque esto debía aprobarse por mayoría en el Parlamento Europeo y posteriormente la decisión debía ser ratificada por el Consejo de Ministros, y no es una decisión que satisfaga a todos los países. El caso es que aumentó la superficie de cultivo transgénico en España en 2011 y ya veremos qué ocurre en el presente año independientemente de la resolución que se adopte. De momento ya han pasado dos años desde que se lanzó la propuesta para renacionalizar este tipo de decisiones, algo que no casa por la política de la UE en otras materias.
El cambio de gobierno no ha traído cambios en la política de los alimentos transgénicos, se le ha preguntado al Ministro Miguel Arias Cañete al respecto, y la respuesta es que se reconocen los esfuerzos realizados por la presidencia danesa en la UE para introducir modificaciones en la propuesta inicial con el fin de lograr avanzar y alcanzar un consenso, pero sobre la postura y opinión española no ha declarado nada al respecto. Algunos países van a permitir la entrada de todo tipo de alimentos modificados genéticamente a fin de no descolgarse de la carrera biotecnológica y del negocio que supone, en el caso de nuestro país, España se ha opuesto a la renacionalización de estas decisiones, ya que parece más cómodo y sencillo que vetar o aprobar fuera una decisión de la UE, con la renacionalización las decisiones las deberá tomar el gobierno y no podrá esconderse tras el escudo de la Unión Europea, ¿qué pasará entonces?, ¿atenderá a las miles de personas que no quieren cultivos transgénicos?, o por el contrario, ¿mantendrá su política pro transgénicos al 110%?, dadas las declaraciones del ministro, parece evidente que la apuesta biotecnológica será mayor que hasta el momento.
En el documento danés introduce una novedad para lograr el consenso, una fase previa al voto de los 27 países miembros sobre una autorización europea, para que los miembros reacios a la introducción de alimentos modificados genéticamente abran un diálogo con la empresa que solicita permiso para pedirle que se excluya el cultivo en sus territorios. La verdad, si se introduce la renacionalización, no tiene sentido este texto, ¿acaso se le debe pleitesía a las compañías biotecnológicas?, ¿hay que justificarse al rechazar este tipo de alimentos?
Cada gobierno podrá argumentar criterios medioambientales y socioeconómicos para rechazar los alimentos modificados genéticamente, siempre que cuente con la aprobación comunitaria y siempre que estos argumentos no entren en conflicto con la evaluación de riesgo realizada a nivel europeo. Es interesante recordar que la eurodiputada Corine Lepage explicaba el año pasado que cada medio receptor es diferente, todos los países son distintos, no tienen el mismo ecosistema, clima, etc., algo que no se puede evaluar en toda Europa. Anteriormente se pretendía estudiar lo que se conoce como medios receptores o lugares donde se plantarían los nuevos cultivos transgénicos, esto terminó evidentemente en agua de borrajas.
Según leemos en un artículo de la publicación digital La Vanguardia, Cañete no ha querido comentar los cambios y mucho menos aclarar la posición española, pero dado que indica que los alimentos transgénicos son fundamentales para poder garantizar la rentabilidad y la seguridad alimentaria, es fácil deducir cuál es la posición. Por otro lado se rubrica cuando dice que nuestro país apoyará a quienes quieran avanzar, ya veremos qué resulta de la reunión, pronto tendremos más noticias.
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