El arroz es uno de los alimentos básicos más importantes del mundo, de hecho, más de la mitad de la población mundial depende de él como alimento principal. Debido a la evolución de las preferencias alimentarias, el crecimiento poblacional, etc., la demanda de productos a base de arroz aumenta de forma continua. Todo ello hace que el arroz sea uno de los productos más susceptibles al fraude, comercializar arroz de baja calidad como arroz premium, realizar mezclas de arroz, ofrecer una variedad de arroz cuando en realidad es otra, adulterarlo con blanqueantes para modificar su aspecto, adulterarlo con resinas y otros productos, etc.
A medida que aumenta la demanda, el riesgo de fraude alimentario se incrementa de forma paralela, por desgracia, muchas actividades fraudulentas pasan desapercibidas debido a que muchos métodos analíticos son complejos, lentos, costosos y pueden implicar el uso de sustancias químicas. Según un grupo de investigadores que ha trabajado en un sistema de detección rápida en dos niveles con el que se pueden identificar muchos de estos fraudes, comenta que entre un 20% y un 50% de todo el arroz de calidad premium está adulterado de algún modo, a esto se suma que hasta un 20% del arroz de baja calidad también está adulterado con el fin de poder comercializarlo como arroz de calidad.
Los expertos han desarrollado un dispositivo portátil que se basa en la espectroscopia molecular, técnica que permite “escanear” el arroz para tomar una huella digital espectral, para compararla con las huellas presentes en una gran base de datos e identificar de qué variedad de arroz se trata. El segundo nivel es un sistema basado en la espectrometría de masas, técnica con la que se puede analizar con gran precisión la composición química del arroz y que se utilizaría ante la sospecha de fraude.
Los investigadores explican la razón de desarrollar una prueba para detectar el fraude del arroz en dos niveles, el primer nivel permite contar con una tecnología que resulta sencilla de utilizar por productores, fabricantes, distribuidores, consumidores, comerciantes y otros actores de la cadena de suministro. Un comprador puede llevar a cabo un escaneo para confirmar si el arroz se corresponde con lo indicado en su envase, un vendedor puede utilizar el sistema para proporcionar confianza a los consumidores y que sepan que adquieren un producto de calidad con información veraz. El segundo nivel está concebido para otro ámbito, un segmento concreto de la industria del arroz necesita contar con un análisis más detallado, a fin de poder comprender la naturaleza del fraude y ponerle fin.
Según leemos aquí, los expertos comentan que es realmente difícil cuantificar cuánto abarca el fraude del arroz, pero estiman, como hemos comentado, que entre un 20% y un 50% del arroz de calidad premium está adulterado. Se trata de una estimación basada en pruebas, análisis y seguimientos realizados hasta la fecha, de los suministros mundiales del arroz, pero hay que apuntar que, según creen algunas agencias alimentarias, la incidencia del fraude es mucho mayor de lo que se informa, es decir, superaría el 50%.
Existen miles de variedades de arroz, algunas son muy apreciadas por sus cualidades organolépticas y muchos consumidores están dispuestos a pagar un precio más elevado por ellas, lo que lo convierte en un alimento muy susceptible al fraude. Algunos comerciantes sin escrúpulos no dudan en mezclar el arroz premium con arroz de baja calidad, o realizar adulteraciones de otro tipo con el fin de obtener interesantes ingresos con el mínimo esfuerzo. Claro, que estos cambiazos ocurren con muchos otros productos, la mozzarella, la leche, el azafrán, el café, y así un largo etcétera. Recordemos que el fraude alimentario afecta a todo tipo de productos y a todas las regiones del mundo, algo que se ha podido comprobar cada año con los resultados de las operaciones Opson de Europol e Interpol.
Hay que decir que generalmente, el problema del fraude del arroz está relacionado más con la calidad que con la seguridad del producto, véase, por ejemplo, el caso del fraude del arroz para risotto ocurrido en 2015 en Reino Unido. En algunos casos sí existen riesgos de seguridad alimentaria, como el arroz que contiene altos niveles de pesticidas u otros contaminantes químicos, arroz que estaba almacenado y contenía moho, por lo que ha sido saneado con productos como la lejía para eliminar el moho y posteriormente se ha tratado con compuestos sintéticos que hacen que este arroz enmohecido tenga aroma a arroz de calidad premium.
La nueva metodología se puede extrapolar para combatir el fraude alimentario en otras áreas, lo que le da un valor añadido y la convierte en una herramienta muy práctica para combatir este tipo de frades. Podéis conocer todos los detalles de la investigación y el sistema de detección rápida en dos niveles a través de este artículo publicado en la Universidad de Cape Coast (Ghana) y en este otro de la revista científica Spectrochimica Acta Part A: Molecular and Biomolecular Spectroscopy.
Foto 1 | Charles Haynes
