El eneldo (Anethum graveolens) es una hierba aromática de la familia de las Apiaceae. Originaria de la cuenca del Mediterráneo y Asia Menor, y utilizada por las primeras civilizaciones de la humanidad, actualmente se cultiva en casi todo el mundo. Es una planta anual que no llega al metro de altura, florece en los meses de verano, con grandes umbelas amarillas en las que se alojan sus semillas ricas en aceites esenciales.
El eneldo crece silvestre en suelos sin cultivar, era muy apreciada en el antiguo Egipto como planta medicinal, también hay constancia de su valor terapéutico y culinario en la antigua Grecia y Roma. El eneldo recibe también otros nombres como hinojo fétido o hediondo, aneto, anís falso, anetaverón… guarda cierta similitud con el hinojo y el anís precisamente por su aroma y sabor anisado.
Del eneldo se utilizan las hojas, las flores y las semillas, como condimento culinario y para hacer infusiones cuya finalidad es la de tratar ciertos problemas de salud, como la acidez gástrica, también es diurético y está indicado para tratar de forma natural los espasmos digestivos y digestiones pesadas, además se le otorgan propiedades favorables para aumentar la formación de leche materna.
Las finas hojas del eneldo son las más usadas a la hora de cocinar, se pueden encontrar frescas y secas, y como en todas las hierbas aromáticas, al ser desecada pierde gran parte de sabor y de su poder aromático. No obstante, el eneldo tiene un sabor muy potente, por lo que no debe utilizarse en grandes proporciones para que no reste protagonismo a otros ingredientes de la receta culinaria en la que se incluya.
El eneldo es un ingrediente básico en muchos países, indispensable en las cocinas de los países nórdicos y bálticos, sobre todo para la elaboración de encurtidos (en los que se incluyen las semillas) y pescados, su combinación con el salmón es conocida por todos, tanto en la elaboración de guisos de este u otros pescados, como en el salmón marinado o la especialidad escandinava conocida como gravlax. En caso de utilizarlas en platos cocinados, conviene añadir el eneldo casi al final de la cocción para que su aroma y su sabor no se pierdan.
Con el eneldo fresco se pueden aromatizar todo tipo de platos, se puede añadir, además de a los pescados, a mariscos, carnes, arroces, ensaladas, vinagres y aceites aromatizados, salsas… proporciona su sabor dulzón, fresco y anisado, un sabor único que ninguna otra planta aromática puede proporcionar.