Nielsen ha dado a conocer un estudio titulado Encuesta de Salud y Bienestar Global en el que se concluye que la creciente preocupación de los consumidores por la salud es una gran oportunidad de negocio para los fabricantes de alimentos. Según los datos de esta encuesta a nivel mundial, hasta el 88% de los consumidores están dispuestos a pagar más por alimentos que contengan propiedades saludables. Según Nielsen, la crisis de obesidad y el deseo de los consumidores de estar más sanos podría ser un motor de crecimiento para aquellos fabricantes que sepan ofrecer productos que satisfagan estas exigencias de los consumidores.
En la encuesta participaron 30.000 personas de 60 países distintos, el objetivo de este estudio era identificar cómo se sienten los consumidores con su imagen corporal y qué pasos están dando para sentirse más sanos. Un 80% de los encuestados utilizan de forma activa la alimentación para prevenir problemas de salud, colesterol, diabetes, sobrepeso y obesidad, hipertensión, etc. Los consumidores creen que las propiedades saludables de los alimentos que consumen son muy importantes y hasta cierto punto están dispuestos a pagar más por ellos. Un 27% de los encuestados están muy dispuestos a pagar más, un 23% no tendrían tanta predisposición a pagar más y sólo un 12% no estarían dispuestos a pagar más por alimentos que fueran saludables.
Claro, que esta predisposición a pagar más por alimentos que aporten valor a la salud varía dependiendo de la región del mundo, en América Latina un 94% pagarían más, en Asia un 93%, en África y Oriente Medio un 92%. En cambio en Europa el porcentaje se reduce a un 79%, muy similar al de América del Norte con un 80%. Con respecto a las características y atributos de los alimentos también se aprecia una brecha significativa, a nivel mundial el 43% de los encuestados consideran muy importante que los alimentos que adquieren no contengan materias primas transgénicas, sin embargo, sólo el 33% estarían dispuestos a pagar más por productos que no contuvieran materia prima modificada genéticamente. En lo que se refiere a alimentos ecológicos, un 33% considera que son alimentos muy importantes y estarían dispuestos a pagar más por un producto si la materia prima que se ha utilizado para su elaboración es ecológica.
La edad es otro de los factores que determinan la predisposición a pagar más por la alimentación de calidad, los más jóvenes (menores de 20 años y personas de entre 21 y 34 años) son los que están más dispuestos a pagar un extra por propiedades saludables en los alimentos, y los que menos quieren invertir son las personas a partir de 65 años. Los consumidores quieren alimentos libres de transgénicos, que no tengan colorantes o aditivos artificiales y sobre todo que sean naturales. Nielsen explica que los fabricantes deben hacer un esfuerzo por conectar con este segmento de consumidores jóvenes, ya que pueden incrementar sus posibilidades de éxito en las ventas de productos.
Existe una gran diferencia en la demanda de los alimentos funcionales que pueden reducir el riesgo de desarrollar ciertas enfermedades y promueven la salud, y los alimentos que son ambientalmente responsables. Esto no nos sorprende, recordemos que de este tema ya hemos hablado en otras ocasiones, podemos citar como ejemplo este estudio desarrollado por Klaus Grunert, profesor de la Universidad de Aarhus (Dinamarca), en él se concluía que el precio y el valor nutricional de los alimentos están por encima de la sostenibilidad. El profesor explicaba que hasta que los problemas medioambientales no sean más graves en el contexto alimentario, no se tendrá en cuenta la información ética y medioambiental de los alimentos.
También hay que añadir que la industria alimentaria debe cambiar y dejar de intentar engañar a los consumidores con los alimentos funcionales, en este caso os recomendamos ver la charla ofrecida por José Manuel López Nicolás, Profesor Titular del Departamento de Bioquímica y Biología Molecular de la Universidad de Murcia e investigador en el Grupo de Excelencia “Bioquímica y Biotecnología enzimática”. El experto concluye que los alimentos funcionales comerciales son uno de los grandes fraudes de la industria alimentaria y argumenta perfectamente las razones.
Volviendo al estudio de Nielsen, a la pregunta sobre qué atributos saludables buscan los consumidores, se pidió a los encuestados que valorasen atributos de salud calificados como muy importantes o no importantes a la hora de hacer la compra. El 43% de los encuestados quieren adquirir alimentos frescos, naturales y mínimamente procesados, dan mucha importancia a aquellos alimentos cuyos ingredientes son naturales y no contienen transgénicos. Los consumidores buscan alimentos funcionales que proporcionan beneficios que promueven la salud y reducen el riesgo de desarrollar enfermedades.
Como explicábamos al principio, Europa parece más reticente a pagar más por los alimentos que aporten un valor para la salud, sin embargo los europeos son los que más valoran los alimentos libres de transgénicos, siendo esta cuestión más importante que en otros países. El estudio Encuesta de Salud y Bienestar Global, al que podéis acceder a través de este enlace es extenso e interesante, podréis ver varias gráficas que muestran los cambios que se están produciendo a la hora de comprar alimentos, la preferencia por alimentos con menos grasas y azúcares, los métodos utilizados para perder peso y cuidar la salud, la valoración e importancia que se otorga a cada uno de los siguientes atributos: que sea un alimento natural 100%, que no contenga transgénicos, que no tenga colorantes o saborizantes artificiales, que sea bajo en sal, que no contenga gluten, que sea bajo en colesterol, etc.
El estudio nos muestra la tendencia de los consumidores con respecto a la alimentación y deja entrever qué cambios deberían realizar las empresas alimentarias para satisfacer a los consumidores, poder crecer y tener éxito en el mercado.
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