Con el propósito de conocer la postura y opinión de los ciudadanos, autoridades públicas, organizaciones no gubernamentales, etc., de los países comunitarios en lo que respecta a alimentos modificados genéticamente y alimentos orgánicos, se acaba de lanzar la encuesta de la Comisión Europea sobre la política de transgénicos y ecológicos actualmente vigente. Hasta el próximo 10 de abril vamos a poder rellenar un cuestionario en el que se tratan temas relacionados con la agricultura ecológica, la coexistencia entre cultivos transgénicos y ecológicos, normativa de etiquetado a nivel internacional, investigación e innovación, comercio con terceros países, controles y seguridad, etc.
En el cuestionario sobre alimentos transgénicos y orgánicos de la CE podemos encontrar preguntas que tratan temas como la armonización de normas y requisitos de control a nivel europeo, si éstas pueden ayudar al desarrollo de la producción ecológica por parte de las pequeñas empresas, se pregunta si es necesario reforzar la normativa en materia de productos orgánicos, y si es así, cómo se podría llevar a cabo, por ejemplo eliminando normativas flexibles, introduciendo nuevas sanciones, preparando una legislación más estricta, etc. Se plantean cuestiones como si es necesario reducir el nivel de residuos de productos fitosanitarios en los alimentos orgánicos, y si éste debe ser inferior al de los alimentos tradicionales.
El cuestionario no tiene desperdicio por la cantidad de temas que trata, la Comisión Europea nos pregunta si asociamos la descriptiva orgánico a un alimento que está libre de organismos modificados genéticamente, y si esta es una razón de peso para comprar productos orgánicos. Esta pregunta tiene sentido dado que como sabemos, según la actual legislación comunitaria los fabricantes de alimentos que se consumen en Europa no están obligados a informar a los consumidores cuando éstos no contienen más de un 0,9% de materia prima transgénica. Según la CE la reducción de ese margen del 0’9 obliga a poner en marcha requisitos más estrictos que podrían provocar el aumento de precios, tras esta explicación se pregunta a los consumidores si estaban al corriente del umbral del 0’9%, parece que quieren determinar el grado de comprensión y conocimiento de la población en estas materias.
En lo que respecta a alimentos ecológicos y tradicionales nos preguntan si se deben aplicar los mismos criterios y normativas de etiquetado, en lo que respecta a la presencia accidental o inevitable de materia prima transgénica, si creemos que el umbral mencionado anteriormente del etiquetado en los productos ecológicos debe ser inferior al de los alimentos convencionales. A esta pregunta queremos responder, como ya sabemos, muchos consumidores no quieren saber nada de transgénicos y deberían poder adquirir alimentos tradicionales o ecológicos 100% libres de ingredientes modificados genéticamente. Quizá el precio se incrementaría como advierte la Comisión Europea, pero seguro que algunas personas pagarían gustosamente por esa certificación 100%.
Otras preguntas abordan el tema de la producción, como por ejemplo si creemos que los agricultores ecológicos comunitarios y otros operadores deben regirse por las mismas normas en todos los países que forman la Unión Europea, en esta pregunta se refiere a que hoy en día, en determinadas circunstancias operadores y agricultores ecológicos pueden estar exentos de las normas de producción. Por ejemplo, si no tienen a su abasto semillas ecológicas pueden utilizar semillas convencionales, si hablamos de ganadería lo mismo, se pueden utilizar animales no ecológicos. Por tanto el riesgo de la presencia de alimentos modificados genéticamente se incrementa.
Al respecto, se pregunta a los ciudadanos si estas excepciones deben mantenerse o por el contrario deben ser eliminadas. En el cuestionario se abordan varios temas, no sólo se habla de cultivos transgénicos y ecológicos, también se hace referencia al bienestar animal, la relación entre el medio ambiente y la producción, el uso de productos fitosanitarios y fertilizantes, cómo mejorar el etiquetado y la información que se brinda a los consumidores, cómo mejorar la promoción de los alimentos ecológicos… en definitiva, se abordan muchos temas.
Es difícil saber si esta encuesta determinará los criterios y políticas comunitarias alimentarias, pero la CE asegura que las respuestas las tendrá en cuenta a la hora de poner en marcha nuevas políticas sobre los temas tratados. Por último, como reflexión, hay que decir que la UE argumenta que actualmente sólo el 5% de las tierras de cultivo de los países comunitarios están destinadas a la agricultura ecológica, pero reconoce que es un sector que cuenta con un gran impulso debido a la creciente demanda de los consumidores, quizá esta sea una razón de peso que ayude a mejorar las reglamentaciones en los temas referenciados.
En el mes de abril podremos conocer los resultados de la encuesta, participación y porcentaje de las respuestas, a partir de estos resultados podremos saber algo más sobre lo que piensan los ciudadanos europeos, claro, que hay que tener en cuenta el nivel de participación, recordemos que la población de los países comunitarios supera los 500 millones de personas, si la encuesta la rellenan 30.000 personas, se tratará de una participación poco significativa y no representativa. En este sentido hubiera sido interesante que se hubiera realizado una difusión más amplia de esta consulta, incluyendo todo tipo de medios de comunicación para incrementar la participación.
Foto | Basheertome