Según los resultados de un estudio realizado por expertos del Departamento de Economía de Alimentos y Recursos de la Universidad de Copenhague, en la producción de carne de cerdo, el bienestar y la salud animal son más importantes que los problemas medioambientales. Según los investigadores, la industria porcina genera preocupación en la sociedad por diferentes motivos, las posibles enfermedades toxinfecciosas, el uso de antibióticos en la producción, la presión que genera la producción en la naturaleza y el medioambiente, la falta de bienestar animal, etc.
El estudio revela que en la compra de carne de cerdo por parte de los consumidores, las mejoras climáticas no son lo que más importa a los consumidores, priorizan en la salud y bienestar del animal por encima de las consideraciones medioambientales. Los resultados, en cierto modo sorprenden, ya que en los últimos años el debate público sobre la producción de alimentos y sostenibilidad ambiental ha ocupado un papel relevante, pero a la hora de reducir la huella climática en la compra de alimentos como la carne de cerdo, su prioridad es baja entre los consumidores.
Según los expertos, el consumo mundial de carne de cerdo se asocia a varios cientos de millones de toneladas equivalentes de CO2 al año, en el caso de la producción de carne de vacuno, el volumen de la emisión de gases de efecto invernadero es mucho más significativo. Decimos esto porque hubiera sido interesante incluir en la encuesta las mismas preguntas pero con la carne de vacuno, para comprobar si la percepción es diferente, ya que cuando se ha hablado de cómo afecta la producción de carne al medio ambiente, generalmente se ha tomado como referencia al sector vacuno.
Recordemos que según la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), el sector ganadero en general contribuye de un modo significativo al total de emisiones humanas de gases de efecto invernadero, generando por sí solo tantos gases de efecto invernadero como todo el transporte mundial. Como información anexa, os recomendamos leer este post en el que hablamos de los problemas asociados a la ganadería industrial y al consumo excesivo de carne.
Las conclusiones se han obtenido a partir de una encuesta realizada a consumidores de Dinamarca, Alemania, Gran Bretaña y China (unos 1.500 por país), a los que se les solicitó que priorizaran entre cinco cuestiones, huella medioambiental, seguridad alimentaria, uso de antibióticos, bienestar animal y protección de las selvas tropicales. Tambien se planteó si los consumidores estarían dispuestos a pagar más por carne de cerdo producida de forma respetuosa con el medio ambiente o si, por el contrario, priorizan otras consideraciones y de igual modo estarían en disposición de pagar más por su cumplimiento.
Según los resultados de la encuesta, a la hora de elegir entre los diferentes puntos expuestos, gana la carne de cerdo procedente de animales con un mejor bienestar animal. Las respuestas muestran con claridad que las mejoras medioambientales en la producción porcina no son una prioridad para los consumidores, para ellos es más importante que los cerdos disfruten de un estatus de bienestar durante su vida. Segmentando por países la opinión varía, por ejemplo, en Alemania la consideración medioambiental obtuvo la puntuación más baja, mientras que en Dinamarca, Reino Unido y China, se colocó en segundo lugar.
Si se ha de elegir entre bienestar del animal y medioambiente, un 53% de los consumidores de Dinamarca optan por el bienestar, un 25% consideran las dos cuestiones por igual, y sólo un 18% valora más reducir la huella climática. Y los datos se reproducen más o menos igual en el resto de países, existe una menor conexión con la reducción de la huella medioambiental. Y es que muchos consumidores no consideran que puedan marcar una diferencia real en el clima cuando compran carne de cerdo, prefiriendo llevar a cabo otras acciones que beneficien al medioambiente.
Los investigadores explican que el estudio muestra que una etiqueta climática en el envasado de la carne de cerdo servirá de poco, dado que los consumidores tienen otras prioridades, además, una producción porcina respetuosa con el medioambiente podría significar que el bienestar animal estuviera comprometido. Y como ya hemos comentado anteriormente, la mayor parte de las emisiones de CO2 procedentes de la producción animal se asocian al sector vacuno, por lo que está etiquetado con el problema medioambiental. En todo caso, e indistintamente del tipo de carne, los expertos consideran necesario reducir su consumo y aumentar el de alimentos vegetales, esa reducción traería beneficios en las cinco cuestiones citadas.
Podéis conocer más detalles de este estudio a través de este artículo publicado en la revista científica Livestock Science.
Foto 1 | Dane Brian