En Alemania se han empezado a comercializar los primeros huevos del mundo procedentes de gallinas ponedoras que fueron identificadas como gallinas a los nueve días de la fertilización del huevo, es decir, sin que haya sido necesario esperar a su eclosión y posterior sexado para determinar si el pollito era macho o hembra. Esto ha sido posible gracias al Proceso Seleggt desarrollado por Seleggt Responsible Solutions, se trata de un proceso patentado adaptado al sistema industrial, que permite la identificación endocrinológica de género en los huevos, evitando que se tenga que sacrificar a los polluelos macho como lleva a cabo actualmente la industria avícola.
Esta nueva generación de gallinas identificadas con el Proceso Seleggt ponen huevos que se comercializan como respetuosos con el bienestar animal, ya que, como hemos comentado, son procedentes de un sistema que evita el sacrificio de pollitos. Son huevos que cuentan con el sello “respeggt”, identificación que permite que los consumidores que se preocupan por el respeto y bienestar animal, saber que estos huevos no se asocian al sacrificio de pollitos.
Pero para entrar en antecedentes, explicamos de forma resumida uno de los procesos avícolas industriales para la cría de pollitos para ser gallinas ponedoras o pollos para la industria alimentaria. El proceso se inicia con la recolección de miles de huevos fertilizados que se almacenan en unas cámaras especiales que reproducen el ambiente adecuado para el desarrollo de los polluelos, a una temperatura de 37º C y una humedad relativa del 55%. Cuando faltan tres días para la eclosión, la humedad se eleva al 70% para facilitar el ablandamiento de la cáscara y que los pollitos puedan romperla con menos esfuerzo.
Una vez eclosionan, se procede al separado de la cáscara y al sexado de los pollitos, unos expertos comprueban las alas para determinar si son machos o hembras a través de una diferencia en las plumas, aunque dependiendo de la raza se determinan las diferencias por el color o por las variaciones anatómicas de la cloaca. Acto seguido, una buena parte de los pollitos macho son sacrificados, ya que no tienen valor comercial para la industria del huevo, sacrificio que ha sido denunciado por grupos ecologistas desde hace años por considerar que la producción avícola industrial atenta contra los derechos de los animales, ya que pueden ser gaseados o introducidos vivos en una trituradora.
Con el Proceso Seleggt se evita el sacrificio de millones de polluelos, según la empresa, en 2016 se sacrificaron 46’88 millones de polluelos, según las conclusiones de algunos estudios, en el mundo se sacrifican entre 4.000 y 6.000 millones de pollitos de género masculino porque no tienen ningún propósito económico, y, además, mediante métodos que son aberrantes, basta con ver el vídeo de este post para horrorizarse por el sistema. El proceso de la empresa Seleggt permite determinar el sexo del pollito nueve días después de la fertilización del huevo, por lo que se pueden separar los huevos que interesan para seguir incubándolos durante 21 días. Este sistema permite prescindir de la selección y sexado de los pollos en vivo y su posterior sacrificio.
La técnica se basa en el uso del láser para realizar una pequeña incisión de 0’3 milímetros en la cáscara del huevo y asi poder extraer una pequeña cantidad de fluido alantoideo, localizado entre la membrana extraembrionaria y la cámara de aire que tienen los huevos, hay que decir que el proceso es mínimamente invasivo y no afecta al desarrollo del embrión. Posteriormente, este fluido se coloca en un marcador patentado para detectar el sulfato de estrona, la respuesta del sexo se ofrece a través de un marcador de color (como si fuera un test de fertilidad) que identifica el sexo del ave. En el vídeo podréis conocer más detalles del proceso.
Gracias a este avance en la identificación del género en los huevos, una nueva generación de gallinas ponedoras procedentes del sistema que evita el sacrificio las aves, ha permitido que Alemania comercialice los primeros huevos del mundo no asociados al sacrificio de pollitos. Como comentan aquí, el sacrificio es una solución desordenada para un problema espinoso de la avicultura moderna, los seres humanos han criado pollitos con dos propósitos, producir carne o huevos, lamentablemente, la mitad de todos los animales criados para estos propósitos se consideran no rentables, por lo que la industria prefiere sacrificarlos.
Como decíamos, el sistema para determinar el sexo de los pollitos en los huevos ha sido desarrollado por Seleggt Responsible Solutions, empresa creada por REWE Group y HatchTech. Los huevos se pusieron a la venta el pasado mes de noviembre en 223 tiendas las cadenas de supermercados REWE y Penny, pero se prevé comercializarlos en todas las tiendas de estos minoristas, unos 5.500 puntos de venta. Sin duda, estos huevos tendrán una gran aceptación y serán muchos los consumidores que los quieran comprar, de hecho, y según una investigación realizada por la Universidad de Wageningen (Países Bajos), el 90% de los consumidores se oponen a la práctica de que se sacrifiquen pollitos en la industria avícola.
El siguiente paso es poner a disposición de la industria avícola esta tecnología, que se prevé podrá estar disponible para su implantación a partir del año 2020. Se trata de un gran avance que revolucionará esta industria y acabará con el sacrificio de los pollitos. A través de la página de la empresa, podréis conocer más detalles sobre la tecnología y los planes de futuro.
