A partir del próximo día 1 de julio, el Gobierno de España implementará una medida importante para los consumidores españoles, se trata de la eliminación del IVA del aceite de oliva, siendo un paso hacia la consideración de un producto de primera necesidad. Esta medida que se anuncia como iniciativa que parte del Ministerio de Hacienda, se alinea con el esfuerzo del Gobierno para reducir la carga fiscal de los bienes esenciales y será ratificada en el próximo Consejo de Ministros.
Por tanto, la nueva normativa incluirá el aceite de oliva en el grupo de productos a los que se les aplica un IVA súper reducido del 4% en condiciones normales, en lugar del actual 10% actual. La decisión sigue la línea de una rebaja previa que se realizó en el año 2023, cuando el IVA del aceite de oliva se redujo del 10% al 5% en respuesta a la brutal subida del precio de los alimentos.
Según el INE (Instituto Nacional de Estadística), el precio del aceite de oliva tuvo un aumento del 68’1% en abril respecto al mismo mes del año pasado, y un incremento acumulado del 204’8% desde el mes de enero del año 2021. Los datos reflejan un encarecimiento alarmante, llegándose a triplicar el precio del aceite de oliva en los últimos tres años.
Antes hemos comentado que la medida se anuncia como iniciativa del Ministerio de Hacienda, medida resultante de un acuerdo alcanzado en marzo entre PSOE y Sumar en el Congreso para reducir las cargas fiscales de los aceites de oliva y de semillas a 0%. Pero, en realidad se formalizó en el mes de marzo, fruto de un anterior acuerdo con el partido político independentista Junts per Catalunya, a cambio del apoyo para la aprobación de varios decretos.
Aunque se pretende reflejar la intención de los partidos de coalición de mitigar los efectos de la crisis económica sobre los productos básicos, como ya hemos comentado en otras ocasiones, no se han introducido medidas que evitaran la especulación o el abuso, de hecho, la reducción del IVA no ha sido prácticamente apreciada por los consumidores. Recordemos que en septiembre del año pasado nos hacíamos eco de un estudio de FACUA en el que se concluía que un 48’4% de los alimentos que tenían la rebaja del IVA se habían encarecido.
Algunos medios de comunicación comentan que esta decisión del Ministerio de Hacienda llega en un momento de expectativas moderadamente optimistas para los agricultores que se dedican a la aceituna, ya que confían en la recuperación de los cultivos gracias a las últimas lluvias. Se espera que esta mejora en la cosecha se traduzca en beneficios para los consumidores, especialmente con la eliminación del IVA, que debería aliviar aún más el precio final del producto.
Esto es algo que resulta bastante difícil de creer, sólo hay que realizar un seguimiento de publicaciones como el IPOD (Índice de Precios de Origen y Destino de los alimentos) de COAG (Coordinadora de Organizaciones de Agricultores y Ganaderos), así como los estudios que realizan algunas asociaciones de consumidores como el citado de FACUA, para darse cuenta que es probable que ese alivio de los precios se diluya entre intermediarios y subidas de precio de algunos minoristas.
La eliminación del IVA del aceite de oliva supone una buena noticia, pero es un (muy) pequeño alivio fiscal para los consumidores, y aún está por ver qué ocurrirá en el mercado del aceite. Por cierto, ¿para cuándo la bajada del IVA en alimentos como la carne y el pescado? Recordemos que según una noticia de la OCU (Organización de Consumidores y Usuarios), la mayoría de los consumidores ha reducido el consumo de pescado, carne y aceite de oliva, decantándose por la compra de productos de peor calidad.
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