Hoy conocemos una noticia que nos ha sorprendido y que seguramente sorprenderá a muchos estadounidenses, el Departamento de Agricultura de Estados Unidos (USDA) ha desarrollado una nueva etiqueta para certificar los alimentos libres de transgénicos. Se trata de la primera certificación de este tipo que procede de un departamento del Gobierno Federal, claro, que se trataría de algo voluntario y las empresas que la quisieran para sus productos deberían pagar por ello.
De momento se trata de un proyecto puesto en marcha a raíz de la petición realizada por una empresa líder a nivel mundial en alimentación, para poder certificar sus productos sin transgénicos a través de un canal oficial. De momento no se ha dado a conocer la empresa que ha realizado la solicitud, pero seguramente no tardaremos en saber qué compañía está interesada en esta acción.
Hasta la fecha no existe ningún etiquetado o certificación gubernamental que garantice que un alimento está libre de materias primas modificadas genéticamente, muchas empresas utilizan una certificación creada por NON GMO Project, una organización sin ánimo de lucro que ofrece este servicio. Esta organización tiene el reto de lograr que los consumidores puedan saber si los productos contienen o no transgénicos para que puedan realizar una compra informada, decidiendo según su criterio y convicciones.
La nueva certificación del USDA no discriminaría entre alimentos producidos industrialmente o ecológicos, sólo certificaría que estarían libres de ingredientes modificados genéticamente, pero la verdad, parece un gran paso. El sello se está creando a través del departamento de marketing del Servicio de Agricultura, éste trabaja con las empresas que puedan estar interesadas en certificar la veracidad de los mensajes que se incluyen en sus productos y que hacen referencia a que no se han elaborado con materias primas transgénicas. Una vez que se realicen los oportunos controles y se verifique la ausencia de ingredientes modificados genéticamente, los productos se podrían comercializar con la nueva etiqueta de verificación del Departamento de Agricultura de los Estados Unidos.
Los alimentos modificados genéticamente contienen características como la capacidad para soportar la acción de los herbicidas como el Roundup, la mayoría de los cultivos de soja y maíz del país son transgénicos y se destinan a la alimentación animal, pero también como ingredientes de alimentos procesados para la alimentación humana. Hasta la fecha, el Gobierno de Estados Unidos ha asegurado que los transgénicos son totalmente seguros y dado el principio de equivalencia sustancial (un alimento transgénico cuya equivalencia en peso, imagen y contenido nutricional es similar a la de un alimento tradicional es totalmente seguro), no es necesario que sean identificados.
Como ya sabemos, se han llevado a cabo muchas iniciativas para conseguir que los consumidores puedan saber qué contienen los alimentos y así poder ejercer su derecho a elegir, y como hemos comentado en otras ocasiones, la mayoría de las iniciativas han fracasado, salvo la de Vermont, recordemos que en este Estado se aprobó una ley para etiquetar los alimentos transgénicos a partir del próximo año. Claro, que la Grocery Manufacturers Association (Asociación de Fabricantes de Alimentos) está luchando para que esta ley no se pueda aplicar, de ello hablábamos aquí.
Si no se puede etiquetar un alimento señalando la presencia de transgénicos, se puede optar por identificar los alimentos que no contienen materias primas modificadas genéticamente, a fin de cuentas es casi lo mismo, evidentemente en este terreno no tendrían por qué meterse las empresas que trabajan con transgénicos. Recordemos que a principios de año se presentó en el Congreso estadounidense un Proyecto de Ley apodado «Ley Oscura«, cuya finalidad es bloquear cualquier iniciativa para etiquetar los alimentos modificados genéticamente en cualquiera de los Estados del país. En este proyecto también se contempla la posibilidad de certificar los alimentos que no contienen materias primas transgénicas, algo que parece bastante contradictorio.
En definitiva, quizá la línea de trabajo a seguir es la certificación libre de transgénicos como el único modo de poder saber un poco más sobre los alimentos. Lo que resulta sorprendente, según leemos aquí, es saber que las grandes empresas que pertenecen a la GMA (Grocery Manufacturers Association), manifiestan apoyar esta iniciativa de la certificación libre de materias primas transgénicas, asegurando que ayudará al departamento en su desarrollo, esto huele aún más a chamusquina.
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