Según declaraciones del Secretario de Agricultura de Estados Unidos, Sonny Perdue, el USDA (Departamento de Agricultura) no regulará las plantas sometidas a la edición genética y tampoco tiene planes para hacerlo en un futuro. Por tanto, no impedirá la liberación de los cultivos que hayan sido creados con herramientas moleculares CRISPR (Clustered Regularly Interspaced Short Palindromic Repeats) que se utilizan para editar o corregir el genoma.
Sonny Perdue comenta en un comunicado que no se impedirá el lanzamiento de los cultivos de plantas editadas genéticamente, siempre que el producto final sea algo que se podría haber obtenido a partir de las técnicas de reproducción tradicionales, es decir, mediante cruzamientos. Esto nos recuerda lo ocurrido en Australia hace unos meses, donde la Oficina Reguladora de Tecnología Genética propuso cambiar la normativa sobre edición genética para reducir las restricciones que existen sobre ella.
La razón es que en Australia, los expertos consideran que se trata de una tecnología diferente a la modificación genética, en la edición genética se “cortan y pegan” secuencias específicas de ADN de la misma especie, en cambio, en la modificación genética se incluye la transferencia de genes de otras especies. Igual que en Australia, en Estados Unidos se considera que esta técnica puede contribuir a garantizar la seguridad alimentaria mediante la creación de nuevas variedades de cultivo adaptadas a las necesidades y exigencias actuales y futuras.
El USDA explica que el conjunto de nuevas técnicas (hablando de la edición genética) que los productores de plantas utilizan con más frecuencia, para producir nuevas variedades de plantas que no se pueden distinguir de las producidas mediante los métodos tradicionales de mejoramiento, no precisan regulación alguna, ya que se trata de herramientas para introducir nuevos rasgos de plantas de manera más rápida y precisa, ahorrando mucho tiempo, el que se necesitaría con los cruzamientos tradicionales para llegar al mismo resultado.
Es de suponer, que aunque se habla de plantas, también se liberaría de la regulación la edición genética en modelos animales, recordemos que esta técnica ya se ha empleado en países como Noruega, donde investigadores del Instituto de Investigación Marina de Bergen han creado un salmón que, mediante la edición de los genes, ya no puede producir células reproductivas, dando respuesta al problema de que los salmones de piscifactoría se escapen a mar abierto para reproducirse con salmones salvajes, de ello hablábamos aquí.
En la actualidad encontramos cuatro métodos para modificar el genoma, el cruzamiento de plantas con diferentes secuencias genéticas para crear una nueva planta que combine los genes que resulten de interés, la modificación genética que implica añadir nuevo material genético en el genoma de una planta, lo que provoca cambios en su secuenciación, la mutación del genoma utilizando sistemas como la radiación o determinados productos químicos, algo que facilita el cambio del ADN, y la edición genética, tecnología para añadir o eliminar secuencias genéticas de la misma planta a fin de modificar el ADN original.
Con esta política, el USDA quiere facilitar la innovación siempre que no existan riesgos, asegurando que eso no implica que se aleje de las responsabilidades regulatorias. El Secretario de Agricultura comenta que, si bien estos cultivos editados genéticamente no requieren supervisión regulatoria, la agencia tiene un papel importante que desempeñar en la protección de la salud de las plantas mediante la evaluación de los productos que se han desarrollado utilizando la biotecnología moderna.
Seguramente esta declaración indignará a organizaciones ambientalistas, organizaciones de consumidores, agricultores, etc., que consideran que estas técnicas se enmarcan en la legislación sobre la modificación genética, ya que, a pesar de que no se integre ADN de otras especies, se realiza una modificación del propio genoma que no es natural y que quizá no se obtendría mediante los sistemas tradicionales. El USDA espera permitir y fomentar «la innovación cuando no hay riesgos presentes» al adoptar este enfoque de no regulación, esto puede dar pie a una proliferación de plantas editadas genéticamente por parte de universidades y compañías biotecnológicas.
El secretario del USDA asegura en este comunicado que la innovación en fitomejoramiento es la gran promesa para ayudar a proteger los cultivos de problemas como la sequía y las enfermedades que atacan a las plantas, a su vez, se podrán eliminar alérgenos y mejorar la calidad nutricional de los alimentos que, además, se obtendrán consumiendo menos recursos naturales. Pero no hay que olvidar que esta tecnología todavía está en pañales y debe seguir siendo objeto de investigación y control riguroso por parte de los organismos competentes, por lo que lo lógico sería que el USDA procediera a las oportunas regulaciones.
Sabiendo que se habla de una tecnología relativamente nueva, ¿qué verdaderos motivos llevan al USDA a realizar tal anuncio?
Foto 1 | Brian Giesen
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