Una de las acciones que se han barajado como parte de la estrategia contra la obesidad, es la presentación de alimentos y bebidas que se consideran poco saludables en formatos más pequeños. Pero la presentación de estos formatos debe gestionarse de un modo correcto para que no produzca un efecto contrario, se puede comercializar un producto en formato grande, pero su contenido debe estar presentado en porciones individuales.
Comercializar formatos pequeños e individuales parece que lleva a que los consumidores coman más, así se concluye en un estudio desarrollado por expertos de la Universidad de Gante (Bélgica). Para los investigadores, el tamaño de los envases sí importa para reducir el consumo de alimentos poco saludables, pero siguiendo unas reglas precisas en cuanto a los formatos utilizados que favorezcan este objetivo.
En esta investigación participaron un grupo de 188 personas a las que les pidieron ver una película durante 10 minutos mientras comían unos bizcochos de chocolate, éstos estaban presentados en cuatro formatos, un plato con seis porciones de bizcocho, un plato con dos porciones, tres paquetes pequeños que contenían dos porciones y un paquete grande con seis porciones. Hay que decir que en todos los casos la cantidad de bizcocho era la misma, 100 gramos.
Los participantes consumieron lo que quisieron mientras veían la película, al finalizar la sesión, los investigadores procedieron a pesar la cantidad de bizcocho sobrante en las cuatro presentaciones. En la primera opción (presentación de seis porciones en un plato), los participantes comieron menos cantidad que los que comieron de la segunda opción (presentación de dos porciones). Aquí se constata que en ausencia de envase, las raciones más pequeñas ayudaron a reducir el consumo.
Sin embargo, esto cambia con la presentación del bizcocho en envases, los participantes consumieron más bizcocho con la tercera opción (presentación en formato de envase más pequeño), que con la cuarta opción (presentación de un gran formato con seis porciones individuales). Se evidencia que los envases pequeños individuales promueven un mayor consumo que los envases grandes que contienen esas mismas porciones, de ahí que los expertos hablen de gestionar correctamente las presentaciones para mejorar la eficacia de la estrategia.
Los investigadores comentan que las empresas que comercializan productos en envases de gran tamaño deben fraccionar su contenido en raciones pequeñas, esta es una mejor estrategia que presentar de forma individual el producto y en formatos pequeños. Evidentemente, estas recomendaciones son difíciles de aplicar en refrescos y bebidas azucaradas, en este caso se comercializan formatos pequeños, aunque lo mejor y más efectivo es reformular las bebidas para reducir significativamente el contenido en azúcar.
Algunos gobiernos, como el del Reino Unido y concretamente el Departamento de Salud Pública, en su estrategia para luchar contra la obesidad recomiendan la reformulación y también la presentación en formatos pequeños, algo que la industria alimentaria lleva a cabo desde algún tiempo. Sin embargo, si no se sigue un criterio correcto, esta estrategia se vuelve en contra de los consumidores, no se reduce el consumo de alimentos poco saludables, a la larga se incrementa ¿será consciente la industria de ello?
Merece la pena recordar que en el año 2013 se presentó este estudio desarrollado por la Universidad de California (Estados Unidos), en el que se concluía que ofrecer formatos más pequeños de refrescos no era una buena idea, la razón es que podría motivar a los consumidores a adquirir más unidades y, en consecuencia, se mantendría el consumo, se gastaría más dinero y no se vería reflejado en una mejora de la dieta. Aunque se hablaba de los refrescos, los resultados se pueden trasladar a los alimentos.
El pasado mes de marzo, en el Reino Unido se estableció una orientación sobre la reducción de formatos de productos alimentarios en nueve categorías a fin de reducir la ingesta de azúcar, considerando que esta era una mejor estrategia que la reformulación de los productos. A nivel europeo, desde el año pasado CAOBISCO (Association of Chocolate, Biscuits and Confectionery), organización que agrupa a las industrias europeas del sector del chocolate, las galletas y los productos de confitería, recomendó a sus miembros que trabajaran en distintas opciones de formatos para luchar contra el problema de la obesidad, destacando que el control de las raciones debía ser el centro de atención.
Quizá esta y otras organizaciones, tengan en cuenta los resultados de este estudio y planteen una presentación que favorezca la disminución del consumo. Podéis conocer todos los detalles de la investigación a través de este artículo publicado en la revista científica Journal of Business Research.
Foto | Receta de Brownie praliné