El Reino Unido considera extender el impuesto al azúcar a las bebidas lácteas

Hemos conocido la noticia de que el Reino Unido considera extender el impuesto al azúcar a las bebidas lácteas, propuesta que busca reducir el consumo de azúcar en el país, ya que sigue siendo muy elevado. Soft Drinks Industry Levy (SDIL) o impuesto a las bebidas azucaradas, se introdujo en el año 2018 y se aplica a las bebidas azucaradas no alcohólicas con el fin de incentivar la reformulación por parte de la industria para que disminuya su contenido de azúcar.

Sin embargo, las bebidas lácteas, como batidos, café con leche y otras bebidas listas para consumir, quedaron exentas del impuesto del azúcar siempre que tuvieran al menos un 75% de contenido lácteo. El gobierno revisa el impuesto, evaluando y considerando si estas bebidas azucaradas con base de leche, también deberían estar sujetas al gravamen, ya que suelen tener un alto contenido de azúcar y tienen un impacto en la salud pública.

Como ya explicamos en su momento, la exclusión del impuesto del azúcar de las bebidas lácteas se basó en el valor nutricional de estos productos, ya que aportan calcio y otros nutrientes beneficiosos especialmente para los jóvenes. La excepción se concibió para evitar una disminución en el consumo de calcio, considerando que muchos niños y adolescentes dependen de las bebidas lácteas para complementar su ingesta de nutrientes esenciales. De manera similar, el impuesto tampoco incluye a las bebidas vegetales, como las de soja o almendra.

Sin embargo, y a pesar del aporte nutricional, muchas bebidas lácteas procesadas y en especial aquellas que incluyen sabores y azúcares añadidos, pueden tener altos niveles de azúcar que contribuyen a problemas de salud pública como la obesidad y las enfermedades metabólicas. Desde el Gobierno del país se señala que a pesar del aporte en calcio, estas bebidas apenas cubren el 3’5% de las necesidades de los jóvenes, lo que hace que el beneficio no justifique ni compense el impacto negativo que tiene el exceso de azúcar en el organismo.

El actual impuesto del azúcar impone dos tarifas según el nivel de azúcar de las bebidas, 18 peniques por litro para las bebidas que contienen entre 5 y 8 gramos de azúcar por cada 100 ml y 24 peniques para las que superan los 8 gramos por cada 100 ml. En la revisión que se realiza, el gobierno también considera si las tarifas y umbrales actuales son suficientes para favorecer la reducción del consumo de azúcar. Una opción que se baraja es reducir el umbral mínimo a menos de 5 gramos de azúcar, lo que incluiría a más productos en el gravamen. Otra posibilidad es introducir una tarifa adicional (mayor tasa impositiva) para las bebidas con más de 10 gramos de azúcar por cada 100 ml.

Impacto de la inclusión de bebidas lácteas en el impuesto del azúcar

Los resultados del gravamen han mostrado un efecto significativo en el mercado, muchas empresas reformularon sus productos para evitar la carga impositiva, lo que ha reducido la cantidad de azúcar consumida en el país. Las versiones de bebidas sin azúcar han ganado popularidad y por tanto han incrementado sus ventas, mientras que las bebidas azucaradas han experimentado una caída. Algunos defensores de la salud pública, como la Dra. Kawther Hashem de Action on Sugar (organización sin ánimo de lucro que trabaja para reducir el consumo de azúcar y combatir los problemas de salud pública asociados como la obesidad y la diabetes tipo 2), creen que incluir las bebidas lácteas en el impuesto podría tener un efecto similar. Considera que el gravamen alentaría a los fabricantes a reducir el azúcar en estas bebidas ofreciendo versiones más saludables, como ya ocurrió con los refrescos y otras bebidas no lácteas.

Como se podría esperar, esta medida no es bien vista por la industria láctea, Judith Bryans, directora ejecutiva de Dairy UK, organización que representa a la industria de productos lácteos en el Reino Unido, argumenta que incluir todas las bebidas lácteas en el gravamen podría tener consecuencias imprevistas para la salud nutricional, apuntando que muchas de estas bebidas contienen lactosa, un azúcar natural que no supone un riesgo para la salud pública. También comenta que las bebidas con un contenido de más de 75% de leche deberían seguir exentas del impuesto debido a su aporte nutricional, apuntando que las bebidas con más de tres cuartas partes de leche podrían considerarse beneficiosas para la salud a pesar de que contengan algo de azúcar añadido… ¿algo?, sin duda, una declaración un tanto vaga.

El gobierno ha iniciado las consultas pertinentes con expertos de la industria, académicos e interesados, para analizar los posibles impactos de este cambio en el impuesto del azúcar. Se espera que las conclusiones finales se presenten en los primeros meses de 2025, y si se decide ampliar el impuesto a las bebidas lácteas, esta medida podría aplicarse a partir del nuevo año fiscal que se iniciaría en abril del 2026.

La experiencia del Reino Unido con el impuesto del azúcar ha sido tomada como ejemplo de política fiscal aplicada a la salud pública, asegurando que ha demostrado que los impuestos pueden ser una herramienta efectiva, que incentive y acelere la reformulación de productos y lograr el objetivo marcado, reducir el consumo de azúcar en la población. De todos modos, queda por ver si el impacto del gravamen sería similar en las bebidas lácteas, ya que estas contienen nutrientes adicionales y los consumidores las perciben como más saludables. En todo caso, la posible inclusión de las bebidas lácteas en el impuesto refleja la intención del Reino Unido de una mayor regulación de esas bebidas con alto contenido de azúcar, independientemente de sus otros beneficios nutricionales.

Podéis conocer más detalles de la noticia a través de Action on Sugar, y a través de este artículo publicado en la página del gobierno del Reino Unido.

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