La tilapia es un pez de agua dulce originario del África muy resistente y fácil de criar en piscifactorías, de hecho, se produce como si fueran pollos de granjas avícolas, de ahí que se le llame ‘pollo acuático’. Pues bien, según un informe del World Resources Institute, para poder incrementar la producción de peces hasta en un 133%, cantidad planteada para satisfacer las necesidades alimentarias de la población en el año 2050, hay que modificar las pautas de consumo para que se consuman peces como el denominado pollo acuático. El informe asegura que se podría alimentar a millones de personas en el futuro y satisfacer las necesidades alimentarias previstas para el año 2050.
El grupo de expertos aboga por la producción intensiva de peces que se encuentran en la parte baja de la cadena trófica, encabezando la lista estaría la tilapia, le seguiría el bagre, la carpa y algunos moluscos bivalvos. En el documento se explica que la oferta mundial de pescado silvestre ha alcanzado su pico máximo productivo y es poco probable que se pueda incrementar a no ser que se sobreexplotaran las especies, algo que a largo plazo traería consecuencias muy negativas. Al estar estancado el suministro de pescado salvaje, no queda más remedio que trabajar en el campo de la acuicultura y con determinadas especies para poder aumentar la producción y satisfacer las necesidades alimentarias del futuro.
Según los expertos, es necesario incrementar la producción de pescado en más del doble, pasando de los 67 millones de toneladas capturadas en el año 2012, a casi 140 millones de toneladas previstas para el año 2050. La acuicultura podría contribuir a abastecer el 14% de la proteína animal adicional que se necesitará en el futuro, la producción de las especies mencionadas permitiría proporcionar trabajo y generar buenos ingresos. Los investigadores aseguran que la producción de las especies mencionadas es similar en eficiencia a la producción de aves de corral, además se apunta que es mucho más eficiente que la producción de carne de vacuno.
El impacto ambiental de la acuicultura sería menor con especies como la tilapia o pollo de agua, se apunta que es necesario trabajar para mejorar la tecnología, cambiar los hábitos de consumo, las políticas públicas, todo lo necesario para poder desarrollar con más eficiencia la producción en la acuicultura de una forma más sostenible que asegure la alimentación en un futuro.
Se ofrecen cinco recomendaciones para transformar el sector de la acuicultura:
1. Invertir en innovación tecnológica, en crianza específica y tecnología de incubación, en control de enfermedades, en alimentación y nutrición de las especies que se producen, desarrollar sistemas productivos con un bajo impacto económico y medioambiental.
2. Desarrollar la ordenación territorial de la producción por zonas para reducir los impactos acumulativos de muchas explotaciones, asegurando que cada explotación se encuentre dentro de la capacidad de carga del ecosistema en el que se está desarrollando.
3. Ofrecer incentivos a las granjas para recompensar las políticas de sostenibilidad.
4. Aprovechar las nuevas tecnologías de la información, satélites, mapas, datos ambientales, modelos ecológicos, conectividad para la vigilancia a nivel mundial, etc., todo aquello que permita planificar formas sostenibles para el desarrollo de la acuicultura.
5. Finalmente, desplazar el consumo actual de las especies de pescado por otras del nivel bajo de la cadena trófica, como antes hemos indicado, la tilapia, el bagre, la carpa, y los moluscos bivalvos de la cadena alimentaria.
Los expertos consideran que el «pollo acuático» o tilapia podría alimentar a millones de personas en el futuro, son muchas las ventajas a destacar, producción de bajo mantenimiento, aceptación como alimento sostenible, tolerancia a las diferentes condiciones ambientales, alta resistencia a enfermedades e infecciones parasitarias, una dieta herbívora que evita la acumulación de toxinas y otros contaminantes… una serie de condiciones que han convertido a la tilapia en el pilar económico de muchos pequeños acuicultores.
De todos modos es interesante tener en cuenta que esta especie tiene un aporte de grasas omega 3 muy reducido, al ser una especie que en cautividad se alimenta con maíz y soja y no con plantas y algas como se alimentaría en su entorno natural, su carne tiene una mezcla poco saludable de ácidos grasos. Hay más problemas a destacar del actual cultivo de tilapia, quizá si se siguen las recomendaciones proporcionadas en World Resources Institute, se podrían solventar. Pero queda un tema importante, la aceptación por parte de los consumidores, especialmente de los países desarrollados, ya que en una buena parte de los países en vías de desarrollo si se ha aceptado.
Foto | Jeremy Weate