En el mes de marzo hablábamos del Proyecto de regulación de alimentos clonados y nuevos alimentos, proyecto con el que el Consejo de Ministros de Medio Ambiente de la Unión Europea, pretendía introducir en el mercado comunitario los denominados alimentos innovadores, alimentos de los que decían, muestran un grado elevado de seguridad medioambiental y humana. Pues bien, el Parlamento Europeo se pronuncia de nuevo contra la clonación animal destinada a la elaboración de alimentos y además, exige que se prohíban los alimentos derivados de los animales clonados o su descendencia.
La Comisión Europea y el Consejo de Ministros están a favor de que los alimentos obtenidos a partir de animales clonados sean sometidos a las mismas reglas que rigen a los denominados nuevos alimentos y el argumento para ello es que no existe una legislación específica que los regule. Como ya decíamos en el post sobre el proyecto de regulación, primero se abría brecha para favorecer a los alimentos transgénicos y ahora se intentará lo propio con los alimentos clonados. Queremos recordar (y podéis verlo a través de este enlace) que la EFSA (Agencia de Seguridad Alimentaria de la Unión Europea) solicitaba desde hace varias semanas que los investigadores que trabajan en el área de clonación, aportaran los datos de sus investigaciones relacionadas con la salud y el bienestar de los animales clonados.
Parece evidente que la EFSA pretendía recabar información que sirviera para respaldar la aprobación de los alimentos clonados, posiblemente Japón habrá ofrecido a la EFSA las investigaciones y los datos obtenidos con los que la Comisión Alimentaria de Japón afirmaba que los alimentos obtenidos de animales clonados son seguros. Según el informe de los expertos de ese país, tanto el contenido nutricional como el potencial alergénico de las carnes o la leche que se pueden obtener de los animales clonados, son idénticos a los que se obtienen de animales tradicionales.
El debate sobre la clonación en Bruselas continúa y a pesar de que el pleno del Parlamento Europeo ha reiterado su rechazo a este tipo de alimentos, es simplemente un contratiempo a superar, como sabemos, son tres las instituciones que se encargan de tomar decisiones en la Unión Europea, el Parlamento Europeo, el Consejo de Ministros y la Comisión Europea, y estas dos últimas están a favor de la clonación y los alimentos clonados, por lo que se puede deducir que será cuestión de tiempo que finalmente se apruebe. Posiblemente, si la EFSA recaba suficientes datos favorables, serán presentados para que se evalúen de nuevo en el seno de la UE.
Ya hemos hablado en varías ocasiones sobre la clonación y por qué se rechazan los alimentos derivados, incluso la EFSA manifestó su rechazo a las carnes y derivados de animales clonados, algunas evidencias hacen sospechar que pueden existir contraindicaciones en el consumo humano.
También se ha hablado sobre los alimentos desarrollados con nanotecnología, aunque en este caso no se ha formulado una negativa tan aplastante como la que se ha dado con los animales clonados y los alimentos derivados. El Parlamento Europeo ha pedido una moratoria sobre los nanomateriales y la nanotecnología alimentaria hasta que no se disponga de una evaluación más exhaustiva sobre los riesgos que puedan estar asociados a ella. Sería interesante retomar la lectura del post Alimentos desarrollados con nanotecnología, demasiados secretos, regular esta nueva tecnología y conocer con más detalle los materiales nanotecnológicos que se emplean, es fundamental, sólo con honestidad y transparencia los consumidores pueden confiar. También se solicita que se reflejen en las etiquetas de los productos alimentarios la presencia de nanomateriales para que cada consumidor decida si quiere o no consumir este tipo de alimentos, algo que también debería hacerse con los alimentos transgénicos.
A través de Europa Press hemos podido saber que el Parlamento Europeo se pronuncia contra la clonación animal y sobre la nanotecnología, pero pronto conoceremos más información sobre la nueva norma para simplificar los procesos de autorización de los denominados nuevos alimentos.
Foto | Pascal Vuylsteker