A finales de diciembre caducaba la autorización para el uso del glifosato en la Unión Europea, la Comisión Europea propuso renovar la autorización 15 años más, pero tras el estudio realizado por el IARC (Centro Internacional de Investigaciones sobre el Cáncer de la OMS), en el que se concluía que el glifosato era posiblemente cancerígeno para los seres humanos, algunos países han mostrado su preocupación, algo que provocó que se pospusiera la votación para su renovación. En principio, el plazo límite para la toma de una decisión sobre la posible renovación de la autorización para el uso glifosato concluye en el mes de junio.
En el mes de febrero podíamos conocer la postura del Parlamento Europeo sobre el glifosato, los parlamentarios votaron para vetar la importación de tres tipos de soja transgénica y consideraban que la Comisión Europea debía retirar la autorización de la importación de estas variedades de soja modificadas genéticamente por ser tolerantes al uso del glifosato. El argumento que se dio fue el dictamen emitido por el Centro Internacional de Investigaciones sobre el Cáncer de la OMS, en el que se concluía que el glifosato era posiblemente cancerígeno para los seres humanos. Por otro lado, y tal y como comentábamos aquí, no se había aprobado la renovación del permiso para el uso del herbicida.
Anteriormente, concretamente en el mes de noviembre, la EFSA (Agencia de Seguridad Alimentaria de la Unión Europea) dio a conocer sus conclusiones sobre el estudio que había realizado el IARC, indicando que era poco probable que el glifosato supusiera un riesgo cancerígeno, contradiciendo el dictamen arrojado por el IARC. Posteriormente algunos expertos del Centro Internacional de Investigaciones sobre el Cáncer y otros investigadores sugirieron que el proceso de reevaluación de la EFSA era favorable a la industria dada la proximidad de la fecha para la renovación del permiso. La EFSA se defendió aclarando su postura y los métodos que había llevado a cabo para la evaluación, volvió a asegurar que no existen evidencias de carcinogenicidad en el glifosato, y presentaba sus argumentos en un documento de 18 páginas en el que se contestaba a uno de los principales investigadores del Centro Internacional de Investigaciones sobre el Cáncer, de todo ello hablábamos aquí.
La Comisión Europea se ha respaldado en este informe para intentar acelerar el proceso de aprobación del glifosato, pero hay que decir que son muchos los estudios que advierten sobre los riesgos de este herbicida que está presente en el agua, en el aire, en los alimentos e incluso en la leche materna o en la leche de fórmula, podemos citar por ejemplo el análisis realizado por el laboratorio estadounidense Abraxis LLC. El glifosato es uno de los herbicidas que más se utilizan en el mundo actualmente, se autorizó por primera vez en la década de los años 70, pero fue a partir de 1996 cuando su uso se intensificó para ser utilizado con los cultivos modificados genéticamente, incrementándose de forma significativa.
Sobre el tema de los transgénicos y el glifosato, el Parlamento Europeo y la Comisión Europea han chocado continuamente, pero ahora conocemos una noticia que seguramente sorprenderá a consumidores, investigadores y muchas de las asociaciones y organizaciones que han pedido al PE que evite la renovación del permiso para el uso del glifosato. El Parlamento Europeo está a favor de renovar la autorización para el uso del glifosato, aunque con la condición de que el permiso sea de siete años. Para algunos esta decisión ha sido motivo de alegría, asegurando que se trata de una victoria para la formulación de políticas basadas en la ciencia. En la resolución se pide a la CE que inicie una revisión independiente sobre la toxicidad, y no sólo basada en los datos relativos a su carácter cancerígeno, también sobre las posibles propiedades endocrinas disruptivas. Por otro lado, se solicita a la CE que reconsidere el permiso cuando la Agencia Europea de Sustancias y Mezclas Químicas presente la clasificación armonizada del glifosato.
En una resolución no vinculante, el Parlamento Europeo ha pedido la prohibición de todos los usos de herbicidas con el componente activo glifosato en áreas verdes privadas y públicas, incluyendo la pulverización en y alrededor de los parques públicos, parques infantiles y jardines. También se piden restricciones de uso en los campos agrícolas poco antes del cultivo, algo que no ha sentado nada bien a algunos agricultores, especialmente a los del Reino Unido.
Para Greenpeace ha sido un primer paso, pero no es suficiente, considera que los eurodiputados tienen la facultad de exigir fuertes restricciones en el uso del glifosato, pero estas no pueden proteger completamente a las personas y al medio ambiente. Según el grupo ecologista, la ciencia ha demostrado que el glifosato es una amenaza para la salud pública y debe ser prohibido completamente, pero esta percepción no es compartida por otros organismos y empresas, es de suponer que esta decisión adoptada por el PE seguirá dando que hablar.
De todos modos, la votación y aprobación del Parlamento Europeo no es algo definitivo, ya que será el Consejo Europeo el que tome la decisión final sobre el glifosato. En teoría, el Parlamento Europeo defiende los intereses de los ciudadanos, y estos ya se han pronunciado en contra del herbicida, por lo que muchos no entienden por qué no ha seguido manteniendo la postura de una prohibición total. Podéis conocer más detalles sobre la votación y aprobación para la renovación del uso del glifosato a través de este artículo publicado en la página web del Parlamento Europeo.