El pasado mes de junio los Comités Europeos de Medio Ambiente y Agricultura votaban a favor de un Proyecto de Ley cuyo objetivo era el de prohibir la producción de carne y leche de animales clonados y sus descendientes en las granjas de la Unión Europea, dicho proyecto también prohibía la importación de animales clonados y alimentos derivados de terceros países. Como ya explicábamos aquí, quedaban todavía varios pasos antes de que se aplicase la nueva legislación, siendo el siguiente la votación del Proyecto de Ley en el Parlamento Europeo.
Pues bien, ya se ha realizado la votación y el Parlamento Europeo ha endurecido la propuesta inicial realizada, haciéndola extensiva a todos los animales destinados a la ganadería, a sus crías, a alimentos derivados, así como a las importaciones de terceros países. Se ha vuelto a hablar de los problemas relacionados con las técnicas de clonación, destacando que los animales clonados sufren muchas más enfermedades y más mortandad que los animales originales, algo que no debería ocurrir, dado que son, en teoría, idénticos. Algunos investigadores han atribuido el problema a las técnicas de clonación, considerando que, por el momento, no ofrecen las máximas garantías, por lo que se podría deducir que los alimentos podrían representar un peligro para la salud humana a corto o largo plazo.
El Parlamento Europeo amplía el veto a la clonación animal, algunos europarlamentarios quieren que se haga efectiva una prohibición completa, no sólo de las técnicas que se emplean para la clonación, también de las importaciones de material para fines reproductivos, clones y sus correspondientes crías. Se argumenta que la trazabilidad es posible y se puede conocer perfectamente la procedencia de los animales, existen registros y libros genealógicos disponibles para realizar el correspondiente control a fin de evitar que entren animales clonados a la UE. Los parlamentarios explican que con su postura y los informes correspondientes lanzan un mensaje a los demás socios comerciales indicándoles que la UE no está dispuesta a poner en riesgo la salud de la población utilizando alimentos cuya calidad es cuestionable por los problemas antes citados.
Con este veto endurecido a la clonación se pretende asegurar que no se va a tomar un camino (aceptar la clonación animal) en el que quizá no hay vuelta atrás. El Parlamento Europeo ha acordado que las importaciones comunitarias deben contar con un certificado que pruebe que los animales no son clonados o que los alimentos no se han obtenido a partir de animales clonados o de sus descendientes, además, esta regla se va a aplicar a los productos para reproducción y a los alimentos y piensos de origen animal, para algo existe la trazabilidad.
Quizá en Estados Unidos los consumidores acepten de mejor grado los alimentos clonados, pero no en Europa, de ello hablábamos aquí, además los estadounidenses posiblemente ni siquiera saben si están consumiendo alimentos procedentes de este tipo de animales, recordemos que la FDA (Food and Drug Administration) no regula la venta de carne o leche de animales clonados o sus descendientes y no se etiquetan los productos como clonados, ya que considera que son equivalentes en composición y características nutricionales a los alimentos tradicionales. Recordemos que la misma regla se aplica a los alimentos transgénicos, se les otorga el principio de equivalencia sustancial, es decir, que un alimento transgénico cuya equivalencia en peso, imagen y contenido nutricional es similar a la de un alimento tradicional, es totalmente seguro, de ahí que se considere que no deban ser etiquetados.
Se ha citado un informe del año 2008 en el que la EFSA (Agencia de Seguridad Alimentaria de la Unión Europea) constataba la mala salud y la precariedad de una proporción significativa de animales clonados. Se destacaba además que las técnicas de clonación tenían una baja tasa de efectividad que hacía que fuera necesario implantar embriones clonados a varias hembras para obtener un clon. A esto hay que añadir las camadas más numerosas que dan lugar a partos más complicados, crías con malformaciones, muertes neonatales, etc. Pero curiosamente no se ha citado un informe posterior dado a conocer en el año 2012, en el que la EFSA reafirmaba la seguridad de los alimentos clonados, tras haber realizado una revisión sobre la documentación científica relacionada, llegaba a la conclusión de que los alimentos obtenidos a partir de animales clonados o su descendencia eran similares a los alimentos que se obtienen de animales tradicionales, es decir, la misma respuesta que da la FDA. Sin embargo, sí se apuntaba que en relación a la salud y bienestar de los animales clonados, no se había avanzado mucho y existían problemas que se debían solucionar.
Los eurodiputados han hecho referencia a los estudios sobre los hábitos de consumo de los ciudadanos comunitarios, en los que se concluye que los consumidores rechazan los alimentos obtenidos de animales clonados o de sus descendientes, tampoco están de acuerdo en el uso de la clonación por razones éticas y por motivos de bienestar animal, en definitiva, son muchos los argumentos que avalan el rechazo a la clonación animal. El texto que se ha modificado de la propuesta inicial tiene como objetivo convertir la norma en reglamento para que se aplique de forma directa en todos los Estados miembros de la UE, si se tratase de una directiva, sería necesario aprobar una legislación adicional de cada país miembro.
Ahora, y según leemos en este comunicado del Parlamento Europeo, otro paso a seguir es la negociación con el Consejo de Ministros para aplicar la nueva reglamentación. Esto nos lleva a pensar que aún deberán pasar varios meses antes de que se apruebe la ley, ya veremos si realmente se hará efectiva o aparecerá alguna objeción que impida su implantación.
Foto | Alexandre Dulaunoy