Según un informe del CSPI (Center for Science in the Public Interest), organización creada en 1971 con el objetivo de defender la salud, la nutrición, la seguridad alimentaria, etc., la carne de pollo, la carne de vacuno, los mariscos y los productos y derivados lácteos, han sido los principales alimentos causantes de enfermedades y toxiinfecciones en Estados Unidos, constituyendo el 57% de todos los brotes, así se muestra en un estudio que abarca el periodo comprendido entre el año 2003 y 2012.
Sobre las categorías de alimentos mencionadas, no se habla sólo de producción nacional, también de alimentos de importación. Millones de personas han enfermado en este periodo por haber comido alimentos contaminados por microorganismos patógenos, parásitos, sustancias químicas, etc. Se calcula que los microorganismos patógenos de origen bacteriano fueron los responsables del 54% de todos los brotes de enfermedades transmitidas a través de los alimentos, los virus acapararon un 35% de los casos, los productos químicos, otras toxinas y parásitos un 11%, aunque los brotes por enfermedades causadas por parásitos en los alimentos fue inferior al 1%.
Este estudio muestra que el índice de alimentos contaminados en Estados Unidos es muy elevado, sabiendo esto sorprende que se siga negociando entre la Unión Europea y Estados Unidos el TTIP (Tratado de Comercio e Inversiones). Este acuerdo pondría en la cuerda floja la actual reglamentación de la UE en materia de seguridad alimentaria, que nada tiene que ver con la reglamentación estadounidense. Se reduciría la posibilidad de restringir el acceso a alimentos transgénicos, el uso de hormonas u otros productos químicos a los que estarían expuestos los animales en las granjas. Con la finalidad de facilitar sobre todo el comercio, se relajarían normas en materia de seguridad alimentaria y bienestar animal, de hecho, las normativas serían creadas por un organismo transatlántico que, por supuesto, trabajaría en favor del comercio.
Volviendo al estudio, se apunta que el patógeno de origen bacteriano identificado con mayor frecuencia fue la Salmonella en sus tres divisiones ecológicas o subespecies, le sigue el Clostridium, el Bacillus cereus, la Escherichia coli y finalmente el Staphylococcus. El mayor número de brotes se produjo en restaurantes y otros establecimientos de comida acaparando un 40% de los casos, le siguen las viviendas particulares y finalmente lugares de trabajo. En la investigación también se desprenden notables diferencias en la incidencia de brotes según el Estado, pudiendo alcanzar la diferencia hasta un 34%. Según los autores, estas diferencias guardan relación con los presupuestos destinados a los departamentos locales y estatales de salud pública. Hay que tener en cuenta que el 63% de los estadounidenses viven en condados en los que se reducen drásticamente los presupuestos destinados a los servicios de salud.
El CSPI lucha por conseguir que los alimentos sean seguros en todos los eslabones de la cadena alimentaria, desde su producción hasta la llegada a la mesa del consumidor, pero existen muchos retos a superar, como la pronta identificación de un alimento en mal estado por cualquiera de las causas antes indicadas, lo que deriva en un mayor número de casos de toxiinfección alimentaria. También se apunta la deficiente gestión que se realiza en los departamentos de salud a causa de la falta de medios para poder actuar con mayor rapidez. Una detección a tiempo reduce de forma significativa el número de personas enfermas, se puede proteger con mayor efectividad a los consumidores al iniciar rápidamente una retirada del producto en mal estado.
El estudio es interesante, ya que recoge información de interés sobre los alimentos y los patógenos u otros agentes que están implicados en las enfermedades alimentarias, mostrando cual ha sido la evolución para mejorar la seguridad de los consumidores. Si bien es cierto que se ha reducido el número de casos durante el periodo indicado, sigue siendo bastante elevado, ya que sólo se ha registrado una disminución de los brotes por contaminación alimentaria de 12 puntos porcentuales.
En el informe se detallan los datos de cada estado, el tipo de alimento que más enfermedades alimentarias ha causado, qué patógenos han sido los de mayor incidencia, etc. Según el CDC (Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades) 48 millones de personas sufren enfermedades transmitidas por los alimentos, 128.000 son hospitalizadas y unas 3.000 mueren cada año, son cifras bastante elevadas que nos dan una idea del estado en el que se encuentra la seguridad alimentaria.
Insistimos, conociendo estos datos asusta que se pueda alcanzar un acuerdo en el Tratado de Comercio e Inversiones entre Estados Unidos y la Unión Europea, y hay que tener en cuenta que en el informe que podéis consultar aquí, se habla de las enfermedades alimentarias causadas por los microorganismos patógenos, a esto habría que añadir las grandes diferencias en las normativas sobre la manipulación y procesamiento de los alimentos, por poner un ejemplo bien conocido, en Estados Unidos se lleva a cabo el lavado de pollo con cloro para eliminar los microorganismos patógenos, método que no se permite en la UE.
Foto | Michael Stern