Hace unos días conocíamos un estudio desarrollado por expertos de la Universidad de Oxford en el que se concluía que era necesario introducir un impuesto en la carne, medida con la que se podría prevenir la muerte de más de 200.000 personas al año, permitiendo un ahorro a los sistemas nacionales de salud cuantificado en unos 40.000 millones de dólares. Según el estudio, el consumo de productos cárnicos es muy elevado y está teniendo un impacto significativo en la salud de los consumidores y en los sistemas sanitarios, que son financiados por los propios contribuyentes, lo que afecta a la economía de los países.
Pues bien, sobre este estudio se ha pronunciado la doctora Carrie Ruxton, consultora principal de Nutrition Communications, nutricionista y miembro del panel asesor de la carne de Hybu Cig Cymru – Meat Promotion Wales (HCC), asegura que el estudio ignora los principales beneficios de la carne para la salud y comenta que el impuesto de la carne sería un paso atrás en la calidad de la dieta y en las desigualdades de salud.
Hybu Cig Cymru – Meat Promotion Wales (HCC) es una organización a la que pertenecen empresas dedicadas al desarrollo, promoción y comercialización de la carne roja en Gales (Reino Unido), por lo que es lógico que la doctora que está en nómina de esta organización se posicione a favor del consumo de carne. La nutricionista destaca que la carne roja ofrece nutrientes valiosos para el organismo, como puede ser el hierro, el zinc, las vitaminas del grupo B o la vitamina D, nutrientes que a menudo son limitados en las dietas de niños, adolescentes, mujeres y, en especial, de las familias de bajos ingresos.
Sin embargo, como nutricionista sabe que existen alternativas alimentarias que proporcionan estos nutrientes, pero obvia hablar del tema. Hay que recordarle que en ningún momento se ha hablado de eliminar el consumo de carne, sino de reducirlo en beneficio de la salud y del medio ambiente. Como sabemos. la carne roja ha sido considerada por la OMS como un probable carcinógeno para el ser humano, y la carne procesada como un carcinógeno para el ser humano. A esto sumamos que la actual producción animal no es nada sostenible por su elevada tasa de emisiones de gases de efecto invernadero, por los problemas relacionados con la disponibilidad del agua y su contaminación, la cantidad de tierra cultivable que se destina a su producción, la degradación y deforestación del suelo, etc.
Recordemos que otro estudio anterior realizado por la Universidad de Oxford, recomendaba aplicar un impuesto del 40% en la carne de vacuno y un 20% en los productos lácteos, con este gravamen se lograría una notable reducción de la venta de estos alimentos, lo que derivaría forzosamente en la reducción de la producción. El caso es que la doctora ha obviado hablar sobre los temas relacionados con el medio ambiente, algo lógico teniendo en cuenta que no es la materia que trata, pero no debería ignorar lo que dicen los expertos sobre las consecuencias medioambientales del actual sistema de producción cárnica.
Carrie Ruxton comenta que no existen pruebas de calidad que relacionen el consumo de carne roja y procesada con la enfermedad cardíaca, el derrame cerebral o la diabetes, sobre el riesgo de cáncer, argumenta que sólo se aplica cuando la ingesta de carne supera los 700 gramos por semana. Estas declaraciones son cuestionables, existe mucha documentación científica que han relacionado el consumo de carne con las enfermedades antes citadas, pero ya sabemos que la industria cárnica suele negar evidencias, del mismo modo que la industria de los refrescos ha estado afirmando que no existen pruebas de la relación entre el consumo de bebidas azucaradas y el aumento de peso, a pesar de la gran cantidad de estudios que lo demuestran.
Según leemos aquí, la doctora comenta que sería mucho más eficaz prevenir enfermedades crónicas, centrándose en el tabaquismo, el abuso de alcohol, el sobrepeso y la obesidad, en vez de centrarse en un alimento como la carne que proporciona un gran número de beneficios nutricionales. De nada servirán estas afirmaciones, como ya hemos comentado anteriormente, un impuesto en los productos cárnicos será inevitable, pesan más todos los problemas asociados a la carne que los beneficios nutricionales que ofrece.