Pocos Gobiernos de países europeos apuestan tanto por los alimentos ecológicos como el Gobierno de Dinamarca, ahora ha anunciado un plan con 67 medidas que tiene como objetivo duplicar la superficie ecológica para el año 2020 e incrementar la demanda de alimentos ecológicos en la población del país. El sector minorista danés de los alimentos ecológicos es ya el más desarrollado del mundo, sus productos representan el 8% del consumo total de alimentos en el país.
Entre las medidas que se van a llevar a cabo se puede citar la introducción de los alimentos ecológicos en las más de 800.000 comidas que cada día se sirven en instituciones gubernamentales, hospitales y guarderías, la meta es lograr que el 60% de los alimentos que se sirven en las instituciones públicas sean ecológicos. El Gobierno de Dinamarca ha destinado una partida presupuestaria de 53’7 millones de euros para mejorar la producción y oferta ecológica, se van a crear mejores condiciones para los agricultores ecológicos, se pretende fortalecer el desarrollo y la conversión del cultivo tradicional al cultivo ecológico, y también se apuesta por la ganadería y la producción de leche y derivados lácteos ecológicos.
El mencionado plan, que podéis consultar aquí, aborda varias cuestiones, cómo hacer más ecológicos los menús que se sirven en el país, cómo se puede fortalecer la comercialización de estos productos, el plan de trabajo para lograr la conversión hacia un sistema de alimentación basado en alimentos ecológicos, investigación, subvenciones para la conversión, actividades que apoyan al mercado ecológico, consolidación de la producción ecológica… Se tratan muchos temas y se muestra claramente el apoyo que brinda el gobierno del país en las cuestiones relacionadas con este tipo de alimentos.
Dinamarca considera que los alimentos ecológicos deben estar presentes en cualquier cadena de suministros, no ocurre como en nuestro país a pesar de ser uno de los mayores productores de alimentos ecológicos, no es tan fácil encontrar estos productos en supermercados e hipermercados, su presencia es prácticamente testimonial. Es evidente que Dinamarca realiza una fuerte apuesta por los productos ecológicos y quiere ser uno de los países claramente referentes en Europa tanto en producción como en consumo. No se habla de producir más para exportar, sino de producir más para abastecer a la población y orquestar los mecanismos necesarios para lograr que la alimentación ecológica sea dominante y habitual.
Durante los últimos años en Europa se ha estado hablando continuamente de alimentos transgénicos, pero la demanda de alimentos ecológicos ha ido incrementándose hasta el punto de que este mercado se ha cuadruplicado en la última década, según los datos facilitados por la Unión Europea, sin embargo, las tierras agrícolas destinadas a la producción de este tipo de alimentos sólo se ha duplicado en el mismo periodo, lo que muestra un claro desfase. Esta es una de las razones por las que la Comisión Europea propuso poner en marcha hace un año las normas más estrictas en la producción orgánica y la exportación, normas que previsiblemente entrarán en vigor en el año 2017.
Según leemos aquí, a los productores no les ha hecho mucha gracia la propuesta de la CE, consideran que su enfoque no es el correcto ya que esas normas, más estrictas en teoría, tienen como finalidad aumentar la confianza del consumidor, cuando en realidad en lo que se tendría que trabajar es en equiparar lo que se produce y consume en la UE. Esa gran brecha no tiene mucho que ver con la confianza, y lo demuestra la creciente demanda de los alimentos ecológicos. Para que nos hagamos una idea, las ventas de este tipo de alimentos crecieron nada menos que un 25% en el periodo 2008-2013 y se espera que sigan creciendo.
Hablando de confianza, nos gustaría recordaros que la ANH (Aliance For Natural Healt) denunciaba que los alimentos ecológicos de la UE no son tan ecológicos, ya que la UE aprueba reglamentaciones que socavan los principios y filosofía de la producción ecológica. Quizá la Unión Europea debería revisar la reglamentación y dejar de permitir el uso de alimentos no ecológicos en la producción ecológica, como por ejemplo proporcionar piensos industriales a las aves de corral supuestamente ecológicas que abastecen al mercado de carne y huevos ecológicos.
En España las campañas que se realizan desde el Ministerio de Agricultura por los alimentos ecológicos son meros testimonios en comparación con las campañas o planes de trabajo que se desarrollan en Dinamarca, no hay que olvidar que el Gobierno de nuestro país respalda de forma contundente la producción de alimentos modificados genéticamente a pesar de saber que es un gran productor de alimentos ecológicos.
La apuesta del Gobierno de Dinamarca por los alimentos ecológicos dará sus frutos, seguramente en los próximos años el país dará que hablar y se convertirá en un modelo a seguir para quienes prefieren una alimentación ecológica.