Ayer hablábamos sobre un informe en el que se destacaba que muy pocos países del mundo ofrecen guías alimentarias que incluyan recomendaciones sobre las pautas dietéticas, la salud y la sostenibilidad. De los 215 países analizados por los expertos de la FAO y la FCRN, sólo cuatro incluían este tipo de recomendaciones, la información muestra la conexión entre las amenazas que plantea el sistema de producción alimentario, con los patrones dietéticos y la salud. A los cuatro países que ofrecen este tipo de información (Alemania, Brasil, Suecia y Qatar), se suman otros dos, los Países Bajos y el Reino Unido, ya que están dando los pasos oportunos para incluir las consideraciones ambientales en las guías alimentarias.
Pues bien, ahora China ha dado un paso en este sentido, las autoridades sanitarias de este país han publicado recientemente una guía alimentaria con varias directrices que tiene como objetivo realizar recomendaciones sobre una dieta saludable. El Gobierno de China recomienda comer menos carne a los habitantes del país, y aunque sólo aluden los motivos saludables (omite los motivos medioambientales), es un gran paso, recordemos que el consumo de carne en los países emergentes y en los países en vías de desarrollo crece a un ritmo elevado, siendo un claro ejemplo China.
El paso que ha dado el Gobierno chino podría ayudar a reducir de forma significativa las emisiones de gases de efecto invernadero procedentes de la ganadería. Como sabemos, el apetito por la carne es un importante motor del cambio climático, ya que el sector ganadero contribuye en el 15% de las emisiones de gases de efecto invernadero, el equivalente a las emisiones generadas por todos los vehículos del mundo.
En esta nueva guía se recomienda que no se superen los 200 gramos de huevos y carne al día a fin de reducir riesgos para la salud. Se ha aplicado un límite de consumo antes inexistente, lo que supone un gran paso para un país cuyo crecimiento en la ingesta de carne es muy significativo. También se recomienda reducir el consumo de azúcar y alimentarse de forma habitual con grano, verduras, frutas, pescado y huevos, la carne magra se recomienda como alternativa a la carne roja.
Si la mayoría de la población de China siguiera las nuevas directrices alimentarias, las emisiones globales de gases de efecto invernadero se reducirían de forma significativa, a esto hay que añadir que el mercado de la carne se resentiría económicamente y posiblemente bajarían los precios de este alimento para intentar aumentar las ventas. Para algunos expertos esta es una gran noticia aunque no se hayan incluido criterios de sostenibilidad, aconsejar el cambio en la dieta reduciendo el consumo de carne es importante para la salud de la población, pero también para la salud del planeta.
Según leemos en este artículo del periódico digital CCTV, las nuevas directrices alimentarias sustituyen a las que se lanzaron en el año 1989, por lo que ya tocaba realizar una revisión. Las autoridades sanitarias comentan que aunque la esperanza de vida de los ciudadanos chinos ha aumentado, la dieta que se mantiene no es recomendable, ya que se consume grasa en exceso y existen varias deficiencias nutricionales que están provocando que el problema de la obesidad sea más evidente que nunca.
Como ya hemos comentado en otras ocasiones, reducir el consumo de carne roja, aunque sea un poco, tiene un profundo impacto en el futuro del planeta. Recordemos que el cambio climático obliga a un cambio de dieta a nivel mundial si se pretende mantener el calentamiento global por debajo de los 2º C. Ya veremos si los ciudadanos de este país siguen las recomendaciones de la nueva guía alimentaria que se ha lanzado como parte de una campaña que lucha contra la obesidad, o si por el contrario se mantiene el creciente consumo de carne.
Foto | Chris McKee