El glifosato es muy tóxico para los seres humanos, así se ha mostrado en un estudio realizado por investigadores del Laboratorio de Embriología Molecular de la Universidad de Buenos Aires (UBA). Se trata de otra prueba más que se suma a las ya aportadas por numerosas investigaciones realizadas por diversas instituciones científicas independientes, conclusiones que distan mucho de la clasificación que en principio realizaron la Organización Mundial de la Salud y la Agencia de Protección Ambiental indicando que se trataba de un herbicida levemente tóxico. En el estudio, los investigadores han estado realizando distintas pruebas utilizando como modelo cientos de embriones anfibios, modelo que se suele utilizar para el estudio del desarrollo embriológico.
Recordemos que el glifosato es uno de los herbicidas más utilizados en el mundo y está especialmente vinculado a los cultivos de productos transgénicos, esta es otra prueba más que reafirma la necesidad de erradicar los cultivos transgénicos. Recordemos que los alimentos son modificados genéticamente para que puedan soportar la acción de este potente herbicida capaz de esterilizar la vida vegetal y animal en los lugares donde se aplica, salvo claro está, los alimentos transgénicos.
Los efectos adversos provocados por el glifosato son efectos mutagénicos, carcinogenéticos, reproductivos, etc. Y además, ahora de forma constatada, el glifosato afecta de forma devastadora a los embriones incluso cuando la dosis es muy reducida. En las pruebas realizadas, los investigadores han utilizado dosis 1.500 veces inferiores a las que se utilizan cuando se fumigan los campos de soja y se han constatado los efectos que antes hemos descrito en los embriones, alteraciones neuronales, malformaciones, todo tipo de trastornos que han alterado la morfología embrionaria.
Uno de los países por excelencia en la producción de soja transgénica es Argentina, país en el que se ha realizado el estudio y que esperamos sirva de algo para que el Gobierno se plantee un cambio en la actual política agraria. Os recomendamos ver el documental sobre la soja transgénica emitido hace algún tiempo por el canal de televisión Telefe de Buenos Aires, no tiene desperdicio alguno y nos muestra el grave problema al que se enfrenta la población argentina gracias a la famosa soja transgénica de Monsanto. Queremos volver a recordar la introducción de este documental: “Donde había vacas, hay soja, donde había bosque, hay soja, donde había trabajo, gente y alimentos, hay soja, pero no cualquier soja, soja transgénica”.
Argentina es el segundo productor mundial de soja transgénica acaparando hasta el 50% de los cultivos que se desarrollan en este país, millones de litros de glifosato han sido vertidos sobre las tierras, veneno para el ecosistema y para los humanos, no es extraño que durante los últimos años hayan aumentado en ese país significativamente todo tipo de problemas y enfermedades, incluso la justicia argentina ha llegado a prohibir en determinadas zonas las fumigaciones aéreas a menos de 1.500 metros de las poblaciones.
Pero este tipo de medidas resultan ineficaces, es necesario frenar la soja transgénica y cualquier alimento modificado genéticamente que esté asociado al herbicida, el glifosato puede llegar perfectamente a los seres humanos a través del agua, los alimentos, el aire… A esto hay que añadir el riesgo que encierran los alimentos transgénicos, recordemos que han sido concebidos utilizando material genético proveniente de un virus y una bacteria, y las pruebas sobre su inocuidad para los seres humanos brillan por su ausencia. Poco a poco aparecen nuevas pruebas que ponen al descubierto la peligrosidad de los alimentos modificados genéticamente y los productos que con ellos se utilizan, sin embargo, parece que prevalece el supuesto beneficio económico de la producción.
El glifosato es muy tóxico para los seres humanos y se han de adoptar medidas urgentes, por cierto, la normativa de la UE sobre pesticidas en los alimentos permite un contenido máximo de residuos de este poderoso herbicida en los alimentos muy elevados, a la vista de los nuevos datos ¿la normativa será modificada?
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