Hoy ha comenzado a decidirse el futuro del atún rojo (Thunnus thynnus), uno de los túnidos más valorados y utilizados en la gastronomía de muchos países. La creciente pasión por los platos más tradicionales de la cocina japonesa en occidente, como puede ser el sushi o el tataki, ha acelerado la demanda de esta especie y por tanto, la reducción del número de ejemplares poniendo en peligro la especie. En el post el futuro del sushi está en peligro ya hablábamos de ello.
En el mes de junio conocíamos que la Unión Europea prohibía la pesca de este atún como medida preventiva para intentar garantizar el futuro del atún rojo, aunque hay que decir que algunos países no estaban de acuerdo. España reivindicaba entonces cumplir su cuota pesquera de atún antes de acatar la medida.
Hoy se ha reunido la comisión del ICCAT, Comité Internacional para la Conservación del Atún del Atlántico en Marrakech (Marruecos). Esta organización pretende dar a conocer a todos sus miembros la situación actual de los túnidos en el en el Océano Atlántico y los mares adyacentes, y buscar una solución efectiva que permita la recuperación de la especie cuyo número de ejemplares se sitúa en un 10% de la población original debido a la pesca intensiva que se ha realizado durante las últimas décadas.
Durante varios años muchos expertos e investigadores, incluidos investigadores de la propia Unión Europea, han estado advirtiendo sobre la necesidad de adoptar medidas para preservar distintas especies de pescado comercial, entre ellas el atún rojo. Sin embargo, la capacidad de pesca aumentaba con el propósito de satisfacer la demanda desoyendo los consejos de los expertos sobre la preservación de algunas especies.
Pondremos como ejemplo el bacalao para que no se centre la cuestión exclusivamente sobre el atún. Hace un par de años se lanzaba una alerta sobre los caladeros de atún y se invitaba a los países de la Unión Europea a adoptar medidas de forma urgente, desde el año 2001 los consejeros de Unión Europea aconsejaban la total prohibición de la pesca de bacalao en el mar del norte, consejo ignorado por los Ministros de Pesca, al parecer, por cuestiones económicas. La verdad es que de poco sirve contar con expertos y consejeros si después se les ignora, los Ministros argumentaban que no se podía dejar sin trabajo a los pesqueros y que se debían buscar actividades alternativas para ellos.
Pues bien, desde el año 2001 hasta el 2006 no se planteó ninguna medida y la respuesta era siempre la misma. Esta situación se puede trasladar perfectamente a cualquier especie en vías de extinción que sea comercial, el atún rojo mueve un gran volumen de negocio que se ha visto significativamente incrementado durante los últimos años.
Ahora nos encontramos ante una población diezmada de atunes, el mayor número de especímenes se concentra en el Mar Mediterráneo y en el Atlántico oriental, de seguir con la pesca intensiva, el atún rojo estará condenado a la extinción. Una solución es la acuicultura, pero tampoco se puede tener la esperanza de que se pueda garantizar el abastecimiento mundial del atún rojo a través de ella, al menos no por el momento.
Preservar la especie es una tarea obligatoria y la prohibición adoptada por la Unión Europea de no pescar atunes durante el periodo de mayo a julio podría resultar una medida ineficaz. Los investigadores recomiendan no pescar más de 15.000 toneladas anuales de atún, sin embargo, se pesca el doble. A esto hay que añadir que se calcula una pesca de 30.000 toneladas de forma ilegal, con lo que la diferencia entre lo recomendado y lo pescado se sitúa en 45.000 toneladas, no es extraño decir entonces que hay que adoptar medidas serias y urgentes.
Parece que se está adquiriendo plena conciencia del problema y quienes antes se oponían a adoptar determinadas medidas, cambian su postura. España es un ejemplo, es uno de los países con mayor cuota de captura y hasta el momento parecía no pronunciarse con firmeza sobre el tema, ahora incluso se dice que lidera el endurecimiento de las medidas para preservar a la especie.
Francia prefiere seguir desoyendo a los expertos y su postura es la de seguir con las medidas adoptadas hasta ahora, ya que argumentan que los expertos exageran. Pero de seguir así llegará el momento en el que ya no se pueda sacar ni un solo atún, así lo comenta Raúl García, miembro de WWF/Adena. Otros países como Japón, principal consumidor mundial de atún, indican que adoptarán medidas buscando una pesca sostenible, aunque esta postura podría ser dudosa dado el gran volumen económico que gira en torno este pescado.
Hasta el próximo día 24 del presente mes se mantendrá la carrera contrarreloj con la finalidad de salvar al atún rojo de la extinción. Esperemos que las negociaciones lleguen a buen puerto y los 46 países participantes se pronuncien favorablemente para conservar esta especie tan valorada por la gastronomía.
Más información | BBC