Se han dado a conocer los resultados de la Operación Opson VI llevada a cabo por la Organización Internacional de Policía Criminal INTERPOL y Europol (Oficina Europea de Policía), esta operación se desarrolla desde finales del año 2010 y su cometido es luchar contra el fraude alimentario en sus distintas vertientes. En esta operación están involucradas, además de las agencias indicadas, las aduanas, los organismos reguladores alimentarios nacionales, empresas alimentarias del sector privado, etc.
En esta ocasión han participado 61 países en una fase operativa a nivel nacional, entre el 1 de diciembre del año pasado y el 31 de marzo de este año. Fruto de este trabajo se han incautado 9.800 toneladas de alimentos y 26’4 millones de litros de bebidas procedentes de actividades ilegales y fraudulentas, lo que para estas agencias confirma que el fraude alimentario afecta a todo tipo de productos y a todas las regiones del mundo. En la operación se han realizado más de 50.000 controles en comercios, mercados, aeropuertos, polígonos industriales y puertos marítimos, destapando cientos de nuevos casos de fraude alimentario, algunos tan peligrosos que podrían haber provocado muertes.
Este año se ha detectado el fraude y la falsificación en productos que anteriormente no eran objeto de engaño, como por ejemplo el agua mineral. En Italia se incautaron más de 266.000 litros de agua que imitaban a una conocida marca de agua mineral, aunque el agua procedía de la misma fuente, no se contaba con la autorización para la comercialización, realizando el embotellado sin tener en cuenta las regulaciones de seguridad y salud.
En el informe proporcionan varios ejemplos sobre los fraudes alimentarios detectados, como la presencia de un 8% de cacahuetes y anacardos no declarados en la etiqueta de paquetes de avellanas troceadas y tostadas, la adulteración de pasta de avellanas con hasta un 45% de nueces y anacardos, o con un 27% de almendras. En el caso de la adulteración con cacahuetes, es un fraude de mucho riesgo, ya que al no estar identificado el ingrediente, una persona alérgica podría sufrir una anafilaxis.
En Portugal se encontraron más de 300.000 latas de conservas de sardinas en salsa de tomate cuyo contenido había estado previamente enlatado y estaba a punto de caducar, de este modo se ponía de nuevo en circulación un producto cuya vida útil había expirado, pasando por alto las regulaciones, las normas sanitarias, etc. Estas latas tenían como destino la exportación intracomunitaria, poniendo en riesgo a los ciudadanos de la UE de sufrir una toxiinfección alimentaria.
En Italia se ha desmantelado un negocio fraudulento en el que se distribuía vino falso como si fuera un vino con IGP (Indicación Geográfica Protegida). Al vino de baja calidad le añadían alcohol para aumentar su graduación, utilizaban etiquetas falsas de diferentes indicaciones geográficas protegidas para luego comercializarlo en el mercado nacional y en terceros países. En Dinamarca, se detectaron botellas de aceite de oliva virgen extra, que en realidad era aceite de oliva a secas, es decir, aceite lampante en un 80% y un 20% de aceite de oliva virgen extra. Según los responsables de la Operación Opson VI, el aceite de oliva virgen extra es un producto de alto riesgo para la falsificación o adulteración.
En España se han detectado partidas de almejas no aptas para el consumo humano, eran almejas que no se limpiaron y purificaron según la normativa de seguridad, la empresa responsable del fraude utilizó un etiquetado falso de un centro autorizado para el tratamiento del producto. A todo esto hay que añadir que las almejas no eran de la especie que se declaraba en el etiquetado. En fin, la lista de productos sujetos a fraude es extensa, estos son sólo unos pocos ejemplos, Europol comenta que el informe final detallado se dará a conocer en los próximos meses, en él podremos ver las dimensiones del fraude. Hay que decir que los resultados son similares, en cuanto a volumen, a los obtenidos en la Operación Opson V.
Los responsables de esta operación contra el fraude alimentario comentan que una vez más se demuestra que hay muchas personas desaprensivas a las que no les importan los problemas sanitarios que pueden acarrear con sus actividades, lo único que persiguen es el beneficio económico, aunque por fortuna se han logrado sacar miles de productos de la circulación. Pero hay que tener en cuenta que, quizá, lo incautado representa sólo la punta del iceberg, ya que es prácticamente imposible detectar todos los fraudes que se cometen.
Foto 1 | Praveen
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