Los consumidores que siguen una dieta vegana suelen adquirir productos con etiquetado vegano, creyendo que la certificación garantiza que están libres de componentes de origen animal. Sin embargo, pueden contener trazas de alimentos de origen animal y la razón de ello es que hasta el momento no existe una definición legal para los alimentos veganos, y tampoco para los vegetarianos.
Recordemos que en 2017 hablábamos de este problema, destacando que a pesar de que la Comisión Europea está obligada a proporcionar las definiciones correspondientes sobre la información voluntaria de etiquetado relativa a la idoneidad de un alimento para vegetarianos o veganos, para este organismo el etiquetado vegano o vegetariano no era un tema prioritario y no se estableció una fecha para realizar la correspondiente declaración jurídica. Durante varios años se han estado reclamando las definiciones, pero la CE sigue haciendo oidos sordos.
Con las definiciones se puede proporcionar un etiquetado correcto a los alimentos, dando seguridad y certeza a los consumidores sobre lo que compran. Quizá la CE debería seguir el ejemplo de Alemania, recordemos que en 2016 en ese país se llegó a un consenso para proporcionar una definición legal para los alimentos vegetarianos y veganos, de ello hablábamos aquí. Salvo en Alemania, en el resto de países comunitarios el etiquetado vegano no certifica que un producto esté libre de ingredientes de origen animal.
El caso es que podemos comprar un producto etiquetado como vegano o vegetariano, y dado que no son términos definidos legalmente, no implica que no contengan trazas de ingredientes de origen animal. Además, algunos productos que por su naturaleza se puede pensar que no necesitan este etiquetado, como por ejemplo, la fruta, también puede contener trazas animales. Según explica Chartered Trading Standards Institute (CTSI), organización que se dedica a las normas comerciales y la protección del consumidor, no existe un umbral legal para el nivel de trazas de productos animales que pueden contener los productos alimenticios etiquetados como veganos.
En este artículo publicado en el periódico digital The Guardian podemos leer que en Reino Unido se detectó hasta un 39% de productos etiquetados como veganos, que contenían trazas de leche y huevos, lo que llevó a los responsables de la investigación a alertar por el riesgo de alergias e intolerancias a estos ingredientes. Como decíamos, las personas que siguen la dieta vegana pueden consumir de forma involuntaria oligoelementos de origen animal, pero también se consumen alérgenos que se creen inexistentes al confiar en el etiquetado, y esto podría poner en grave riesgo a las personas alérgicas a los huevos o la leche.
Los fabricantes de alimentos para vegetarianos y veganos tienen una gran responsabilidad y deben ser muy conscientes de la importancia de la veracidad del etiquetado, por ello la regla más importante que deben seguir es que el nombre, la descripción y la presentación en general de un producto, no induzca a error a los consumidores. Si algo se etiqueta como vegano, debe contar con todas las garantías, aun en ausencia de las definiciones y regulaciones legales. Pero es imposible basarse en la confianza, es necesario que la CE proporcione las definiciones correspondientes y no alargue más el problema.
La Vegan Society define el veganismo como “una filosofía y una forma de vida que busca excluir, en la medida de lo posible y practicable, toda forma de explotación y crueldad hacia los animales para alimentación, vestimenta o cualquier otro propósito; y por extensión, promueve el desarrollo y «Uso de alternativas libres de animales en beneficio de los animales, de los seres humanos y del medio ambiente. En términos dietéticos, denota la práctica de prescindir de todos los productos derivados total o parcialmente de animales». Pero como leemos aquí, también explica que no asegura que los alimentos etiquetados como Vegan, sean adecuados para personas con alergias a alimentos de origen animal, exigiendo que los productos que porten su etiqueta, minimicen en la medida de lo posible la contaminación cruzada.
Por tanto y hasta el momento, sin una legislación y la correspondiente regulación, una etiqueta con el mensaje ‘vegano’ no es una garantía confiable 100% de ausencia de trazas de origen animal.