En el mes de febrero hablábamos del nuevo proyecto de ley denominado SB 1.000 presentado por un senador de California (Estados Unidos), en él se detallaba la obligación de etiquetar refrescos y bebidas azucaradas de 0’35 litros con más de 75 calorías con mensajes similares a los que aparecen en las cajetillas de tabaco, como por ejemplo “un refresco azucarado aumenta el riesgo de sufrir diabetes” o “abusar de este producto favorece el sobrepeso y la obesidad”. Pues bien, parece ser que el proyecto ha sido aprobado por el Senado Estatal de California y si todo sale según lo esperado, a partir del 1 de julio del año 2015 se procederá al etiquetado de los refrescos con mensajes de advertencia para la salud.
El Senador Bill Monning argumentó en la presentación del Proyecto de Ley que existían muchas evidencias científicas que asocian de forma determinante el abuso de las bebidas azucaradas con los problemas de salud, por ello era necesario tomar medidas, una de ellas era la obligación de etiquetar cualquier bebida sin alcohol que superase las 75 calorías. El senador contó con el respaldo del CCPHA (Centro de California para la Defensa de la Salud Pública), la LCHC (Coalición Latina para una California Saludable) y la CBHN (Red de Salud de la California Negra). Estas organizaciones consideran que la ley es muy beneficiosa, se podrá advertir a los consumidores y a la vez educarles y concienciarles sobre los problemas asociados al abuso de estas bebidas.
Se ha intentado en varias ocasiones que se apruebe la puesta en marcha de un impuesto para este tipo de bebidas, pero tras varios fracasos se optó por proponer un etiquetado de advertencia en las bebidas calóricas no alcohólicas, en este caso sí se ha logrado. Parece ser que se analizó el caso del tabaco, primero se empezaron a etiquetar las cajetillas con mensajes de advertencia sobre las consecuencias de fumar, los impuestos llegaron más tarde, por lo que es fácil deducir que el próximo paso será intentar gravar las bebidas con exceso de calorías.
Según los datos oficiales, la diabetes se ha triplicado durante los últimos 30 años, una cuarta parte de los adolescentes están en riesgo de sufrir esta enfermedad o ya son diabéticos, además se cita un estudio en el que se concluye que uno de cada tres californianos que son hospitalizados es diabético. De ahí que las advertencias no hablen sólo de sobrepeso u obesidad además de la diabetes, también se destacará que este tipo de bebidas afectan al buen funcionamiento del hígado o que incrementan el nivel de colesterol LDL o colesterol malo, asociado a la aterosclerosis.
A través de este enlace podéis acceder al decreto en el que se argumentan las razones y se exponen los puntos a cumplir en este etiquetado de advertencias de salud, el tamaño y tipo de letra según el formato de la bebida, características de la bebida y envases que deben ser etiquetados, dónde se debe colocar el mensaje, etc. Hay que decir que el proyecto de ley SB 1000 también detalla diferentes sanciones a quienes incumplan la legislación, el dinero que se recaude de las sanciones se destinará a sistemas y medios para supervisar que se cumplan las disposiciones establecidas. Como ya explicamos en su momento, lo más coherente sería invertir este dinero en campañas informativas para mejorar la salud, en el tratamiento de las enfermedades relacionadas con el sobrepeso y la obesidad…
Antes de presentar el proyecto de ley se realizó una encuesta para conocer la opinión de los consumidores, parece ser que el 74% de los californianos apoyaban este tipo de etiquetas. En la presentación ante el Senado Estatal la Ley contaba con el respaldo de la mayoría de los partidos políticos, es decir, era evidente que esta medida saldría adelante. Por supuesto, los únicos que están en contra de esta medida son los fabricantes de bebidas, la Asociación Americana de Bebidas vuelve a insistir que se está demonizando al sector de los refrescos y bebidas azucaradas, ya que no es el único responsable del incremento de peso entre la población, hay muchos más factores a tener en cuenta.
Por otro lado, tras conocer que el proyecto de ley había sido aprobado, la Asociación Americana de Bebidas advirtió que esta medida no serviría de nada y que no cambiará la conducta de los consumidores, por lo que tampoco va a contribuir a mejorar la salud de la población. Explican que ya hay demasiadas etiquetas informativas de advertencia y que la reglamentación SB 1.000 no hará más que confundir la percepción de las bebidas sin que se logren los objetivos deseados.
Según nos explican aquí, aunque se haya aprobado este proyecto de ley, todavía no se puede cantar victoria ya que ahora tiene que pasar el próximo mes de agosto por la Asamblea Estatal de California. En definitiva, la industria de las bebidas todavía podría intentar tumbar esta nueva reglamentación.
Foto | Shardayyy