Alemania planea introducir un etiquetado de bienestar animal de carácter voluntario en los alimentos derivados de animales. Hasta la fecha, este tipo de etiquetado está en vigor para las gallinas ponedoras, los huevos integran un código con el que se informa al consumidor sobre las condiciones en las que se crían las gallinas y ponen sus huevos.
Ahora, el Ministro de Agricultura y Alimentación del país quiere introducir el mencionado etiquetado con carácter voluntario, ya que de este modo se evita la comunicación negativa, sólo se aplicaría con animales criados en buenas condiciones. Por el contrario, no habría ningún tipo de mención o advertencia para informar sobre los alimentos derivados de animales que han sido criados en deficientes condiciones, obviando las reglas sobre bienestar animal. La iniciativa no ha sido bien recibida por asociaciones de consumidores y algunos grupos ecologistas y animalistas, considerando que el etiquetado con garantías de bienestar animal debería ser obligatorio en todos los alimentos.
Los sistemas voluntarios de etiquetado no terminan de funcionar, sobre todo porque prácticamente no provocan un cambio en los métodos de crianza, transporte o sacrificio de los animales. Como la mayoría (supuestamente) incumplen algunas de las condiciones para recibir el etiquetado, sobre todo por cuestiones económicas, simplemente lo ignoran, sólo unos pocos productores las utilizan. Únicamente una legislación que obligue a liberar la información será un sistema eficaz para informar a los consumidores y provocar cambios significativos en los sistemas de producción ganadera.
El nuevo etiquetado se introducirá inicialmente en la industria porcina, el Ministro considera que la etiqueta contribuirá a mejorar la vida de los animales de forma sostenible, pero esto es algo que se pone en duda por su carácter voluntario. Además de ser una etiqueta voluntaria, se ha preparado una primera etapa de lanzamiento para que el sector no tenga que realizar una fuerte inversión en su implementación, se puede decir que es un modo de ponerlo fácil, pero el carácter “voluntario” hará que la medida no prospere.
Dicha etiqueta informativa es comparable al sello estatal de alimentos ecológicos, además se podrá utilizar junto a otros sistemas privados de certificación. El Consejo Asesor Científico para la Política Agrícola del Ministerio Federal de Alimentación, calcula que la etiqueta de bienestar animal alcanzará una cuota de mercado de más del 20%, cuota insuficiente para muchos. Hay que decir que en las encuestas que se han realizado para saber qué opinaban los consumidores sobre este tipo de etiquetado, hasta un 74% consideraban que era necesario brindar esta información, y un 90% de los encuestados consideraban necesario que los animales dispusieran de más espacio, como sinónimo de bienestar animal.
Por otro lado, hay que recordar que los consumidores europeos quieren que se haga más por el bienestar animal, destacando que el apoyo es abrumador, no se limita a un pequeño número de Estados comunitarios, sino a cualquier país de Europa, este es el resultado mostrado en una encuesta realizada por el Eurobarómetro hace unos meses y del que hablábamos aquí.
Recordemos algunos resultados de esta encuesta:
Un 94% de los consumidores considera que el bienestar de los animales en la granja es muy importante.
Un 89% considera que es necesario que la UE desarrolle una legislación que obligue a cuidar a los animales que se utilizan con fines comerciales.
Un 82% de los encuestados cree que es necesario proteger más de lo que ya están protegidos los animales de granja.
Un 59% manifiesta que estarían dispuestos a pagar un 5% más caros los productos derivados de los animales si se certificara que cumplen con la normativa de bienestar animal.
El problema de implantar una etiqueta obligatoria es el hecho de que los alimentos tendrían un coste más elevado, por ejemplo, en el caso de los huevos, las exigencias sobre bienestar animal ha provocado que el precio de los huevos se incremente en un 50%. Esto proporciona una pista sobre las condiciones de crianza de los animales, con el fin de obtener la mayor rentabilidad se obvian algunas cuestiones relativas al bienestar, por lo que la obligación de la norma provocaría irremediablemente el aumento del precio de los alimentos, en este caso los derivados del cerdo. Pero según los resultados de la encuesta antes citada, muchos consumidores no tendrían objeción en pagar algo más por esa garantía certificada y obligada.
Foodwatch Alemania ha criticado la medida voluntaria apuntando que uno de cada cuatro animales de las granjas alemanas sufren enfermedades prevenibles y trastornos de conducta, un etiquetado como el propuesto facilita el bienestar, pero también que se sigan llevando a cabo prácticas que la organización define como “tortura animal”. Por ello ha puesto en marcha una petición dirigida al Ministerio de Agricultura y Alimentación argumentando que las iniciativas voluntarias no pueden ser la solución porque los intereses económicos siempre están por encima y a expensas de los animales. Hasta el momento ya se han obtenido más de 63.000 firmas para intentar que se ponga en marcha una legislación más coherente.
Este tipo de legislación debería implantarse a nivel europeo, se puede citar como ejemplo la iniciativa puesta en marcha en Dinamarca, pronto se empezará a utilizar una nueva etiqueta alimentaria cuyo objetivo es mostrar el grado de bienestar animal de un modo sencillo, se pretende etiquetar los alimentos derivados del cerdo con una, dos o tres estrellas, según el cumplimiento de la legislación danesa sobre bienestar animal, aquí podéis conocer más detalles.
Foto | liz west