Hace un mes el Gobierno del Reino Unido desestimó la introducción del impuesto de los refrescos azucarados en el país, posteriormente Jamie Oliver, en su comparecencia ante el Health Select Committee para tratar el tema de la obesidad infantil, arremetió contra el Gobierno explicando que David Cameron debía ser valiente e introducir el impuesto de las bebidas azucaradas en el Reino Unido, mostrando a la industria alimentaria quién es el que manda y legisla en el país. Jamie Oliver, la organización Sustain y muchos ciudadanos estaban indignados debido a que el Gobierno todavía no había publicado una revisión de las evidencias a nivel internacional sobre las medidas para reducir el consumo de azúcar.
Pues bien, el gobierno de David Cameron anunció que esta revisión se publicaría a final de año junto a un plan para reducir la obesidad infantil, pero parece que la situación ha dado un giro inesperado, se ha publicado la mencionada revisión realizada por el Departamento de Salud Pública del Reino Unido (PHE) antes de lo previsto, y muestra las diferentes medidas que se pueden adoptar para reducir el consumo excesivo de azúcar. Una de las recomendaciones de este informe es precisamente la promovida por el cocinero televisivo y que en un principio se rechazaba, la introducción de un impuesto o gravamen a las bebidas azucaradas.
El PHE concluye que se pueden adoptar diferentes medidas para lograr que se reduzca el consumo de azúcar entre los ciudadanos del país, hablando del impuesto, la revisión realizada muestra que con esta medida se forzaría a los ciudadanos a adoptar opciones más saludables, por lo que respalda la campaña que puso en marcha Jamie Oliver, aunque asegura que existen otras tres medidas más importantes y efectivas que el gravamen. Según el Departamento de Salud, la evidencia muestra que el control de los precios, las promociones y la comercialización, son estrategias eficaces que influirían en la compra de productos con alto contenido en azúcar.
El Departamento de Salud del Reino Unido recomienda introducir el impuesto de las bebidas azucaradas junto a otras medidas:
1. Reducir y reequilibrar el número y tipo de promociones de precios en puntos de venta como supermercados, tiendas, restaurantes, establecimientos de comida para llevar, etc. El PHE apunta que las promociones alimentarias están muy extendidas en Gran Bretaña, siendo mayores que en cualquier otro país comunitario, lo que provoca que las familias incrementen la compra de productos llevándose a casa un 6% más de azúcar.
2. Reducir significativamente las oportunidades de mercado y la publicidad en todos los medios de comunicación, incluidos los digitales, dirigida a niños y adultos, de alimentos y bebidas con un alto contenido en azúcar. Con esta medida se pretende reducir la influencia que tiene la publicidad en la población.
3. Establecer una definición clara de lo que son los alimentos con alto contenido de azúcar para respaldar los dos primeros puntos.
4. La introducción de un programa amplio, estructurado y transparente, para la reducción gradual del contenido de azúcar en los alimentos y bebidas, así como la reducción del tamaño de las porciones. Según el informe, si se redujera el contenido de azúcar en los refrescos a la mitad, el consumo disminuiría unos 5 gramos de media.
5. El incremento de los precios de los alimentos con alto contenido en azúcar entre un 10% y un 20% a través de un impuesto o gravamen. Esta acción se basa en los resultados que se han obtenido en otros países, como por ejemplo México. Sobre esta medida el departamento comenta que probablemente se reduciría la compra de productos con alto contenido en azúcar, al menos a corto plazo.
6. Supervisar los estándares de compra de los servicios de alimentación y restauración a fin de garantizar que se comercializan alimentos y bebidas más saludables.
7. Garantizar que la formación acreditada en la dieta y la salud se entrega de forma rutinaria a todos los que tienen la oportunidad de influir en la elección de alimentos por parte de los consumidores.
8. Trabajar para crear conciencia sobre los riesgos de mantener una dieta con un alto contenido en azúcar, tanto en los consumidores como en los profesionales de salud, la industria alimentaria, etc.
Con estas ocho medidas se cree que se podría frenar de manera significativa el consumo de azúcar, el hecho de que entre ellas esté el impuesto promovido por Jamie Oliver y Sustain posiblemente molestará a la industria que ya había celebrado el rechazo al gravamen asegurando que no era la medida adecuada para luchar contra la obesidad infantil, además aseguraba que el Departamento de Salud del país compartía esta opinión.
Ian Wright, Director General de la FDF (Federación de Alimentos y Bebidas) celebra la publicación del informe y declara que la industria renueva el compromiso que tiene en la lucha contra la obesidad infantil, pero apostilla que no está de acuerdo con que se apoye la introducción del impuesto en las bebidas azucaradas, ya que considera que la medida no está respaldada por la evidencia internacional, asegura que la industria se opondría. Si se legisla y se introduce por ley el impuesto, ¿cómo llevaría a cabo la industria su oposición?
El Director general de la FDF está de acuerdo con el resto de puntos y asegura que la industria ya ha reducido la cantidad de azúcar que contienen alimentos y bebidas y siguen trabajando en ello a través del cambio de formatos (más pequeños) y la reformulación de los productos. Al respecto merece la pena recordar el análisis realizado por Action on Sugar, en el que se demostraba que la cantidad de azúcar que contienen los refrescos y las bebidas azucaradas varía según el país. Las medidas comentadas y concretamente la reformulación de las bebidas, debería aplicarse en todos los países donde una marca esté presente, según esta investigación la cantidad de azúcar presente en una bebida variaba de forma significativa entre países.
A través de este enlace (Pdf), podréis acceder al informe completo del Departamento de Salud del Reino Unido (PHE).
Foto | The hills are alive*