El cultivo de cereales no es responsable de la subida del precio de los alimentos, así lo indica Javier Calatrava, ingeniero agrónomo e investigador que desarrolla su labor en IFAPA (Instituto Andaluz de Investigación Agraria). Sus conclusiones se basan en la superficie de cultivo que actualmente se destina a la producción de biocombustibles, y que en Europa ocupan aproximadamente un 2,7% de la superficie que se destina a la producción de alimentos.
El investigador indica que los planes de futuro, en los que se pretende que al menos un 10% de los transportes utilicen biocombustibles, será necesario incrementar la superficie de cultivo destinada a la producción de cereales hasta en un 15,7%, lo que posiblemente terminará afectando al precio de los alimentos. Deducimos entonces que en 10 años aproximadamente, prácticamente habiendo salido de una severa crisis alimentaria, nos enfrentaremos a una nueva etapa de subida de precios en el sector alimentario.
Recordemos que el Banco Mundial declaraba que la crisis en la que ahora estamos inmersos se prolongaría durante 7 años, es decir, hasta el 2015, si se adelantan un poco las previsiones que realiza Javier Calatrava, se terminarían encadenando dos crisis.
Es deducible que la producción de biocombustibles se pueda acelerar más de lo que se prevé, y sobre todo frente a la creciente demanda sufrida en otros países. Sin embargo, ante las palabras del ingeniero agrónomo, sería interesante tener en cuenta el informe confidencial que elaboró Don Mitchell, economista del Banco Mundial y en el que indicaba que los biocombustibles, combustibles y fertilizantes, eran los productos responsables del aumento del precio de los alimentos.
Podríamos añadir algunas causas más, como por ejemplo la influencia de los nuevos mercados emergentes, mercados como el chino que poco a poco adopta los modelos occidentales de alimentación, prueba de ello sería el incremento del consumo de la leche, el vino, etc. Los países emergentes también han influido significativamente en el aumento del precio de los alimentos, ha sido un cúmulo de circunstancias lo que ha propiciado la crisis alimentaria, pero no se puede excluir el cultivo de cereales destinado a los biocombustibles de entre las razones, como parece indicar Javier Calatrava. Podemos recodar el círculo vicioso creado entre los fertilizantes y el cultivo de cereales para biocombustibles en el documental de The New York Times que aparece en el post alimentos y fertilizantes.
La agroenergética también ha influido en la situación actual en cierta medida, quizá la producción de cereales para elaborar los nuevos combustibles en nuestro país sea poco significativa, pero en países como Estados Unidos se está convirtiendo en el centro neurálgico de la producción agrícola. Han sido muchos los productores que han abandonado sus cultivos habituales para dedicarse exclusivamente a los cereales.
Ahora es interesante citar lo que manifestaba el director general de la FAO (Organización de Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación), los biocombustibles impiden cubrir las necesidades alimentarias del mundo. Según el responsable de la FAO, los combustibles bio han sido responsables de restar al mundo 100 millones de toneladas de cereales que debían destinarse a las necesidades alimentarias mundiales. Las cosechas récord en producción de nada han servido, evidentemente se ha destinado una buena parte a fabricar biodiesel.
Sería ideal utilizar un cultivo alternativo que no afectara a la superficie de cultivo destinada a la alimentación humana, en este caso sería muy valioso el trabajo realizado mediante los transgénicos. Se podría desarrollar un tipo de cultivo capaz de vivir en áreas desérticas y cuyo rendimiento superara las expectativas en la elaboración de biocombustibles.