En este vídeo nos hablan del coste oculto del agua embotellada, aunque decir oculto no es lo más correcto, ya que hace algunos años que se sabe que el agua embotellada tiene un coste medioambiental elevado. Al respecto es interesante retomar la lectura del post Agua embotellada, en él destacábamos la gran cantidad de agua que se desperdicia para fabricar las botellas de plástico que la contienen. Citamos los números proporcionados por el profesor de biología José Luis Garrido, el experto nos explicaba que para fabricar un plato grande de plástico se necesitan 6 litros de agua, un simple vaso de plástico de 150 ml. necesita hasta 10 litros de agua, una botella de 33 cl. hasta 40 litros de agua… un derroche brutal del preciado líquido que debería tenerse en cuenta en el plan de acción del Día Mundial del Agua 2013.
El caso es que el vídeo sobre el coste del agua envasada a efectos medioambientales denuncia que su consumo crece imparable y en consecuencia, el daño al medio ambiente y el desperdicio de recursos, aunque también se destacan los costes para la salud humana. Evidentemente la Federación Europea de Agua Embotellada niega rotundamente que se hayan ocultado dichos costes, esta declaración la realiza a partir de una campaña llevada a cabo en Estados Unidos instando a los consumidores a evitar el agua embotellada por las causas indicadas.
En Insurances Quotes han denunciado esta situación a través de este vídeo, nos explican que en Estados Unidos el consumo de agua embotellada no deja de crecer, se hace especial hincapié en que este tipo de agua no es más limpia o saludable que el agua del grifo, apuntan que incluso es peor y su coste es mucho más elevado. Quizá podemos argumentar que su sabor cambia por los diferentes productos sanitizantes empleados para la potabilidad, la posibilidad de que contenga microorganismos o elementos contaminantes, pero para ello existen soluciones como la de utilizar filtros de agua que logran ofrecer un agua con una calidad y sabor natural, similar al que ofrecen las aguas envasadas.
En Estados Unidos los suministros municipales de agua realizan análisis de calidad varias veces al día, si en algún momento se detecta un contaminante se cierra el suministro y se realiza la investigación oportuna. En cambio, el agua embotellada es uno de los productos que están menos regulados y tienen menor control, algunos análisis independientes han detectado en varias ocasiones la presencia de bacterias, productos químicos e incluso materia fecal, algo que muestra un posible coste para la salud. Se denuncia que el reciclaje es poco significativo, cuatro de cada cinco botellas de plástico acaban en los vertederos, el daño medioambiental no sólo contempla el gasto de agua para fabricar las botellas, también se denuncia que estos materiales afectan a la vida silvestre a causa del BPA o bisfenol A, un compuesto orgánico del que se había sospechado desde hace años, era dañino para los seres humanos, de hecho, se ha prohibido en los productos que se utilizan para los bebés como biberones, platos de plástico, etc.
En el vídeo se destaca que las botellas de plástico que contienen bisfenol A pueden provocar desequilibrios hormonales, otros elementos químicos como el DEHP o Ftalato, una sustancia que incrementa la flexibilidad del plástico, o el PET (tereftalato de polietileno) polímero termoplástico muy usado en envases de bebidas, pueden provocar problemas en el hígado o en el desarrollo fetal. Con respecto al medio ambiente, se denuncia que se tiran millones de botellas de plástico cada año, unas 111 por habitante. Como explicábamos, el reciclaje es muy limitado, sólo se recicla en 20%, nos explican que reciclando una sola botella se podría ahorrar la misma cantidad de energía que sería necesaria para alimentar una bombilla de 60 vatios durante 6 horas. Sin embargo, en el vídeo no se habla de un problema tan grave como es el gasto de agua para fabricar las botellas y otros elementos plásticos, algo a tener muy presente sabiendo que el agua es un bien preciado cuya disponibilidad poco a poco se va reduciendo.
Se denuncia también que el consumo de petróleo para la fabricación de botellas es muy elevado, cifrado en 1’5 millones de barriles, suficiente para abastecer de combustible a unos 100.000 coches, por otro lado, las botellas que terminan en el vertedero tardan cientos de años en degradarse. En este caso podíamos citar algunos avances interesantes que parecen no haber cuajado en la industria, un ejemplo son las botellas biodegradables en cuatro meses fabricadas con almidón de maíz, o los envases plásticos biodegradables obtenidos a partir de residuos de frutas entre otros ejemplos. También se denuncia el margen de beneficios de las botellas de agua, aunque parezca que se trata de un producto barato, el margen de beneficios que se aplica es del 96%.
Como decíamos, la Federación Europea de Agua Embotellada (EFBW) ha respondido a esta campaña negando muchos puntos, también lo ha hecho la Asociación Internacional de Agua Embotellada (IBWA), argumentan que todos los envases que utilizan son totalmente reciclables y que la industria del agua embotellada ha liderado el reciclaje siendo la primera industria en establecer sistemas de recogida para el reciclado. Por otro lado se argumenta que existe una fuerte regulación y que la FDA dictamina el agua embotellada como un producto seguro y de confianza, declaran que la regulación es tan o más estricta que la aplicada en el agua del grifo.
Pero queremos centrarnos sobre todo en un problema que como hemos dicho, no se ha mencionado, el gasto de agua que supone fabricar las botellas, una buena opción sería reducir la cantidad de formatos disponibles en el mercado, os recomendamos leer el post Preciclar es mucho más económico y ecológico que reciclar, bastaría con reducir la cantidad de formatos para reducir la producción de botellas de plástico y por tanto el gasto de agua. Claro que son muchas cuestiones a tratar y seguramente no tardaremos en conocer nuevas noticias al respecto.