Según los resultados de una investigación realizada por expertos de la Facultad de Medicina de la Universidad Nacional de Singapur, el Centro de Seguridad Alimentaria del Colegio Universitario de Dublin y la Facultad de Medicina Duke-NUS de Singapur, el coronavirus SARS-CoV-2 sobrevive en algunos alimentos refrigerados y congelados hasta tres semanas. Según las pruebas realizadas, el virus causante del COVID-19 puede sobrevivir en las condiciones indicadas en las carnes de pollo y cerdo y en el salmón.
De momento, aunque se trata de resultados preliminares, deben alertar a las empresas de la industria alimentaria para que extremen las medidas y eviten que los alimentos puedan contaminarse durante su procesamiento, ya que según los investigadores, este trabajo de laboratorio demuestra que el SARS-CoV-2 puede sobrevivir en alimentos infectados, no lo inhibe ni el tiempo (inferior al indicado) ni la temperatura asociada a las condiciones del transporte y el almacenamiento en el comercio internacional, por lo que los países que importan alimentos de terceros países, deberían asegurar que los productos están libres del virus mediante las pruebas oportunas.
Estos resultados obligan a realizar nuevas investigaciones, recordemos que hace unos meses el Instituto Federal de Evaluación de Riesgos de Alemania (BfR), la EFSA (Agencia de Seguridad Alimentaria de la Unión Europea) y otros organismos, declaraban que no existían evidencias de que los seres humanos pudieran infectarse con el consumo de alimentos contaminados con SARS-CoV-2. Los expertos comentaban que era poco probable que los alimentos importados de regiones que han sido fuente de infección por el coronavirus en seres humanos, pudieran transmitir la enfermedad, claro, que se basaban en las evidencias científicas de entonces.
En las últimas semanas se han realizado informes en los que se concluía que se habían encontrado alimentos contaminados con coronavirus en la cadena de suministro internacional, China, por ejemplo, informaba que había detectado el SARS-CoV-2 en el embalaje de alimentos como los camarones y el pollo congelado e importado de otros países, lo que motivó a llevar a cabo esta nueva investigación. Los expertos adquirieron pollo, cerdo y salmón en supermercados de Singapur, posteriormente trocearon los alimentos en piezas de 500 milímetros a las que se les inoculó el virus.
Las muestras se dividieron en diferentes grupos y se almacenaron a tres temperaturas diferentes, 4˚C, –20˚C y –80˚C. Posteriormente se recogieron muestras en diferentes días (1, 2, 5, 7, 14 y 21) y tras realizar los análisis oportunos, se constató que el virus podía mantenerse durante 21 días en las diferentes condiciones, lo que demuestra que la refrigeración o congelación durante ese tiempo son medidas inefectivas para acabar con el patógeno. Recordemos que en el mes de abril, la FAO (Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura) y la OMS (Organización Mundial de la Salud) publicaron la guía obre el coronavirus (Covid-19) y seguridad alimentaria, en la que se aseguraba que era «altamente improbable» que las personas puedan infectarse a través del consumo de alimentos, ya que el virus no puede multiplicarse en ellos porque necesita un huésped animal o humano.
Los resultados que se han obtenido en el estudio, obligan a realizar nuevas investigaciones para ratificar las conclusiones, si se llega al mismo resultado, será necesario volver a elaborar guías como la publicada anteriormente, pero dando a conocer los resultados y concretando medidas adicionales para evitar la contaminación. Los expertos insisten en que que sus resultados deben alertar a las autoridades competentes y a la industria alimentaria, ya que el virus es un riesgo no tradicional para la seguridad alimentaria. Consideran que los alimentos importados y contaminados pueden transmitir el virus a los trabajadores que los procesan y ser liberados al medio ambiente, lo que multiplica el riesgo de contagio en la población.
Tomando como ejemplo el salmón, los investigadores explican que este alimento es mínimamente manipulado por los trabajadores gracias a la automatización, donde las máquinas se encargan de cortar y filetear, lo que reduce considerablemente el riesgo de que el salmón se infecte con coronavirus, sin embargo, si el procesamiento se realiza manualmente, el riesgo de contaminación se multiplica, y así ocurre con el resto de alimentos.
Los expertos dicen que los consumidores deben tener muy presentes las medidas de higiene, lavarse las manos después de tocar los alimentos crudos, limpiar regularmente los utensilios de cocina, y asegurarse de que los alimentos están bien cocinados. Recordemos que según una investigación de la agencia francesa ANSES, el coronavirus es sensible a las temperaturas de cocción de los alimentos, por lo que una correcta manipulación y cocinado, eliminaría el posible riesgo de transmisión. Y, quizá, sobre esto también habría que realizar una nueva investigación.
Podéis conocer todos los detalles de la investigación a través de este artículo publicado en la revista científica BioRxiv.
Foto 1 | Marion Deveaud
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