El consumo de edulcorantes artificiales durante el embarazo podría afectar al microbioma del futuro bebé

Según los resultados de una investigación realizada por expertos de la Universidad de Calgary y la Universidad de Alberta (Canadá), el consumo de edulcorantes artificiales durante el embarazo podría afectar al microbioma del futuro bebé, provocar un incremento del porcentaje de grasa en el organismo y aumentar el riesgo de sufrir obesidad.

En esta investigación se ha analizado cómo el consumo de edulcorantes no calóricos durante el embarazo, véase el aspartamo o la stevia, afectaban a la flora intestinal y al aumento de riesgo de obesidad de la descendencia, para ello se trabajó con tres grupos de ratas de laboratorio preñadas, a las que se les suministraron los dos edulcorantes citados y un placebo a base de agua corriente.

Posteriormente y una vez que las ratas dieron a luz, se procedió a analizar a las crías, su peso y el microbioma intestinal, mediante el uso de la secuenciación genética y la Metagenómica de Escopeta, técnica con la que se evalúan todos los genes de un organismo que están presentes en una muestra. Con estos procedimientos se pudieron examinar las conexiones entre poblaciones bacterianas que son clave (beneficiosas), las funciones metabólicas y los resultados fisiológicos de la descendencia de los roedores.

El objetivo era la identificación de los posibles mecanismos responsables de la transmisión de este riesgo intergeneracional, evaluando la metagenómica del metabolismo intestinal de los carbohidratos de la dieta de las crías de ratas, e incluyendo otros parámetros como el aumento de peso, la grasa corporal, el peso del hígado y la densidad mineral ósea. Los resultados muestran que los edulcorantes tuvieron efectos mínimos en las ratas gestantes, pero se apreciaron efectos significativos en sus crías.

Las crías de los grupos de ratas en cuya alimentación se introdujeron los edulcorantes aumentaron de peso corporal teniendo un mayor porcentaje de grasa, así como cambios notables en el microbioma, donde se incrementaron las poblaciones bacterianas productoras de propionato y butirato (ácidos grasos de cadena corta), y la reducción de especies bacterianas que llevan a cabo la fermentación de la lactosa, algo que podría explicar el incremento del peso corporal.

Los expertos explican que la ingesta de aspartamo y stevia durante el embarazo provocó las alteraciones de la composición y función de la microbiota intestinal en la descendencia de las ratas en sólo tres semanas, lo que se correlacionó significativamente con el aumento del porcentaje de grasa corporal y el peso del hígado, pero también con la reducción de la densidad mineral ósea. Apuntan que cuando se observaron cambios en la composición y en las vías metabólicas de la flora intestinal, se apreciaron diferencias entre el aspartamo y la stevia. El primer edulcorante favoreció el incremento de la comunidad bacteriana de Akkermansia muciniphila, y reduciéndose paralelamente la población de lactobacilos.

Cierto es que esta investigación no es la primera que analiza posibles efectos secundarios del consumo de edulcorantes no calóricos a largo plazo, en anteriores investigaciones se sugería que su consumo en el embarazo aumentaba el riesgo de obesidad infantil, ya que los cambios en la flora intestinal podían desempeñar un papel importante en ello. Con este nuevo trabajo se identifica la conexión entre la ingesta materna de edulcorantes y la alteración de comunidades bacterianas que son claves en la descendencia, la conexión con las funciones metabólicas y las consecuencias de todo ello.

Los investigadores creen que su trabajo puede ayudar a tener una mejor comprensión del mecanismo desencadenado en la descendencia por el consumo de aspartamo y stevia en el embarazo. Apuntan que algunos ingredientes alimentarios o hábitos dietéticos durante el embarazo como, por ejemplo, consumir edulcorantes bajos en calorías, pueden tener efectos adversos e inesperados en la descendencia. Y explican que el estudio no responde a algunas preguntas, como los mecanismos que transmiten las anomalías descritas a la descendencia, y cómo afectan al desarrollo. Se necesita más investigación y por ello, actualmente se están analizando datos de grupos de mujeres embarazadas que consumen o no edulcorantes, para determinar si el peso corporal de los niños pequeños difiere entre grupos.

Del estudio que hemos conocido a través de esta publicación de UK Today, podéis conocer todos los detalles a través de este artículo publicado en la revista científica Frontiers in Nutrition.

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