Según los resultados de un estudio realizado por investigadores de la Escuela de Salud Pública TH Chan de Harvard, el consumo de aceite de oliva reduce el riesgo de demencia. En el estudio, los expertos analizaron los datos de 92.383 personas estadounidenses que participaron en el Estudio de Salud de las Enfermeras (NHS) y el Estudio de Seguimiento de Profesionales de la Salud (HPFS) entre los años 1990 y 2018. Los participantes tenían una edad media de 56 años y no tenían antecedentes de cáncer ni de enfermedades cardiovasculares en el inicio del estudio.
La ingesta de aceite de oliva se evaluó cada cuatro años a través de un cuestionario dietético, por otro lado, la calidad de la dieta se determinó a través del Índice de Alimentación Saludable Alternativa, herramienta diseñada para evaluar la calidad de la dieta de las personas en relación con la promoción de la salud y la prevención de enfermedades crónicas y el test de Adherencia a la Dieta Mediterránea, herramienta diseñada para evaluar en qué medida una persona sigue los principios de la dieta mediterránea.
Según los análisis realizados de los datos de dos grandes cohortes prospectivas de hombres y mujeres, los expertos constataron que los participantes que consumían más de siete gramos diarios de aceite de oliva, tenían un 28% menos riesgo de morir por demencia en comparación con los que nunca consumían aceite de oliva o lo hacían ocasionalmente. Los investigadores comentan que esta asociación se mantuvo de forma significativa, incluso después de ajustar las puntuaciones de la calidad de la dieta y el seguimiento de los principios de la Dieta Mediterránea.
Hay que aclarar que se describe como demencia al conjunto de síntomas que afectan gravemente a la memoria, al pensamiento y las habilidades sociales, lo que interfiere significativamente con la capacidad de una persona para realizar actividades cotidianas, siendo una de las formas más comunes de demencia la enfermedad de Alzheimer, que se caracteriza por la acumulación de placas de beta-amiloide y ovillos de proteína tau en el cerebro, lo que lleva a la degeneración y muerte de las neuronas.
El estudio también calculó la diferencia en el riesgo al sustituir otras grasas dietéticas como, por ejemplo, la mantequilla, por una cantidad equivalente de aceite de oliva. Los investigadores comentan que la mayoría de los estudios previos han explorado la relación entre el consumo de aceite de oliva y la cognición en los países mediterráneos, por ello se planteó realizar el estudio con población de Estados Unidos, donde el consumo de aceite de oliva ha sido tradicionalmente menor, además es un país donde la tasa de mortalidad por demencia se está incrementando de forma significativa.
Se ha demostrado en distintos estudios que el aceite de oliva como alimento que forma parte de la Dieta Mediterránea, tiene efectos antiinflamatorios y neuroprotectores debido a su alto contenido de ácidos grasos monoinsaturados, así como otros compuestos antioxidantes como la vitamina E o los polifenoles. Los expertos explican que, de todos modos, se requiere más investigación para explorar estas asociaciones fuera del contexto de la Dieta Mediterránea, y en este sentido, el estudio se basa en análisis previos de las mismas cohortes que mostraron que el consumo de aceite de oliva se asociaba con un menor riesgo de mortalidad total y por causas específicas, incluido un 29% menos del riesgo de mortalidad por enfermedades neurodegenerativas en aquellas personas que consumían más de siete gramos diarios de aceite de oliva.
En cuanto a las diferencias de sexo, en principio los investigadores encontraron que la asociación entre el consumo de aceite de oliva y la reducción del riesgo de muerte relacionada con la demencia era significativa en ambos sexos, pero no se mantuvo en los hombres después de realizar el ajuste completo del modelo. El consumo de aceite de oliva en incrementos de cinco gramos, se asoció inversamente con la mortalidad relacionada con la demencia en las mujeres, pero no en los hombres.
En la investigación tambien se determinó que el consumo de aceite de oliva en vez de margarina (pero no de mantequilla ni otros aceites vegetales), se asociaba con un menor riesgo de muerte relacionada con la demencia. Los expertos apuntan que los estudios NHS y HPFS se realizaron antes de que la FDA prohibiera los aceites parcialmente hidrogenados en los alimentos, algo de lo que hablábamos en este post. En el momento de los estudios, la margarina contenía niveles significativos de grasas trans hidrogenadas, que estaban fuertemente asociadas con la mortalidad por todas las causas, enfermedades cardiovasculares, diabetes tipo 2 y demencia, lo que podría explicar el menor riesgo de muerte relacionada con la demencia observado al reemplazarla por el aceite de oliva.
Para próximos estudios, los expertos sugieren examinar el efecto de la margarina sin grasas trans sobre los efectos cognitivos, así como profundizar en los beneficios del consumo de aceite de oliva según el género. Podéis conocer todos los detalles de la investigación a través de este artículo publicado en la página de la Escuela de Salud Pública TH Chan de Harvard, y en este otro publicado en la revista científica JAMA Network.
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