Según los resultados de una investigación realizada por expertos de la Universidad de Portsmouth (Inglaterra), el color del plato en el que se sirve la comida influye en la percepción del gusto. El estudio se ha llevado a cabo concretamente con un segmento poblacional de personas que son quisquillosas a la hora de comer, es decir, personas que tienen una dieta limitada, que quieren preparaciones concretas de los alimentos, que tienen una gran aversión y dificultad para aceptar nuevos alimentos, etc.
Según los expertos, las personas quisquillosas con la alimentación tienen una dieta limitada y consumirán menos de 20 alimentos diferentes a lo largo de su vida, y esto es un problema, ya que tener dietas restringidas puede derivar en deficiencias nutricionales, en enfermedades cardíacas, en tener una mala salud ósea, en problemas dentales, etc. Pero, también puede tener un coste social, ya que este grupo de personas, al disfrutar de una comida familiar o con amigos, pueden sentirse estresadas, ansiosas e incluso conflictivas, ya que se pueden sentir avergonzadas por rechazar comidas o presionadas a comer contra su voluntad.
Anteriormente hemos hablado sobre investigaciones en las que se concluye que en la percepción del sabor de la comida influyen todo tipo de factores, los envases, la textura, el estrés, el sonido que producen los alimentos, el ambiente e incluso la compañía con la que se disfruta la comida. En relación a los colores también se han realizado varias investigaciones, se puede citar por ejemplo esta investigación que concluía que el color de la taza influye en la percepción del sabor del café, o esta otra en la que afirmaron que el color del envase alimentario era un condicionante para que un alimento fuera percibido como más o menos saludable.
En esta nueva investigación, los expertos analizaron el efecto del color entre los comedores quisquillosos y no quisquillosos, anteriormente ya se demostró que en este segmento poblacional, aspectos como el olor y la textura de los alimentos condicionaban la percepción del sabor. La razón por la que se ha llevado a cabo este estudio es porque se sabe que en Inglaterra, alrededor de un 18% de la población se clasifica como quisquillosa a la hora de comer, y buscar formas de ampliar la dieta en estas personas puede ser beneficioso para ellas.
En la investigación participaron 50 personas que fueron divididas en dos grupos, quisquillosas y no quisquillosas, a ambos grupos se les proporcionaron los mismos alimentos servidos en tazones de color rojo, blanco y azul. Según los resultados obtenidos, en el grupo de personas consideradas quisquillosas tanto el sabor salado como el aspecto atractivo de los alimentos, eran cuestiones que estaban influenciadas por el color, algo que no ocurría en el grupo de no quisquillosos.
Concretamente se constató que los quisquillosos percibían un alimento más salado si este se servía en un plato de color rojo o azul. Los expertos comentan que, curiosamente, los snacks salados en Reino Unido se comercializan en envases de color azul, quizá la industria ya sabía de esta percepción y de ahí el color elegido para los envases.
Los investigadores explican que a medida que los fabricantes de alimentos reformulan sus productos para hacerlos más saludables, debido a las obligaciones legislativas, las demandas de los consumidores, etc., estudios como el que ahora se presenta, tienen el potencial para ayudar a desarrollar posibles estrategias que permitan aumentar la variedad de alimentos que consumen las personas quisquillosas con la comida. Por otro lado, la investigación ayuda a tener mayor comprensión de los efectos multisensoriales de los colores en los hábitos alimenticios, a la vez que se amplía el conocimiento de la neofobia alimentaria en adultos.
Podéis conocer todos los detalles del estudio a través de este artículo publicado en la página de la Universidad de Portsmouth, y en este otro publicado en la revista científica Food Quality and Preference.