Una investigación realizada por un experto de la Universidad de Cornell (Estados Unidos) determina que el color del envase alimentario convence a los consumidores y altera la percepción, haciendo que perciban un mismo alimento de un modo diferente según el color del envoltorio. Como ejemplo, el investigador Jonathan Schuldt nos habla del chocolate, si una tableta de chocolate se presenta envasada con papel de color verde, se percibe como un producto más saludable y menos calórico, si la misma tableta se presenta con un envase de color rojo, el consumidor consideraría que es un chocolate calórico.
Evidentemente no hay que dejarse influir por el diseño o color de los envases alimentarios, hay que centrarse en lo que indica la leyenda nutricional de la etiqueta, pero parece ser que si no se lee, aquellos consumidores que le dan importancia a la alimentación saludable, tienden a elegir los alimentos envasados en color verde. Para llegar a esta conclusión, el investigador y su equipo trabajaron con un grupo de 93 estudiantes universitarios voluntarios, se les pidió que imaginasen que estaban hambrientos y se les mostraron dos tabletas de chocolate, una verde y una roja. Se les preguntó cuál de las dos tabletas creían que tenía menos calorías y era más saludable, la respuesta mayoritaria fue la tableta de color verde.
El experimento se volvió a repetir con un grupo de 39 estudiantes y utilizando el color blanco y el color verde. A este grupo se le preguntó en qué medida la salubridad de los alimentos representaba un factor determinante en la decisión de compra en una escala de 1 (nada importante) a 7 (muy importante). Los participantes que otorgaron mucha importancia a la salubridad eran propensos a percibir el chocolate con un envase blanco como menos saludable y más calórico, algo que no ocurría con el envase de color verde.
El estudio tiene implicaciones para el etiquetado nutricional, la razón es que cada vez es más común encontrar alimentos cuyo envase es de color verde. Pero no necesariamente tiene que ser todo el envase de color verde, basta con que este color destaque de otros para captar la atención y hacer que la percepción sea más positiva, a pesar de que se coloque una etiqueta alimentaria detallando el aporte nutricional. El investigador y su equipo apuntan que en este aspecto, el color del envase y su diseño, merecen una especial atención, tanta como la información nutricional que se ofrece en las etiquetas alimentarias.
De este tipo de estudios ya hemos hablado en otras ocasiones, un ejemplo es el que mostraba que los envases del aceite de oliva influyen en los consumidores, siendo un factor determinante en la percepción de la calidad en una cata o degustación. Claro, que en este caso no se trataba el color, sino lo atractivo que pueda resultar el envase. En otros estudios realizados, también en la Universidad de Cornell, se ha concluido que en lo que respecta a alimentos ecológicos, la etiqueta mejora el producto, haciendo que los consumidores valoren erróneamente. Uno de los productos utilizados en este estudio fue un yogur, se etiquetó como ecológico y no ecológico, a pesar de ser el mismo yogur, los participantes del estudio otorgaban mejores cualidades organolépticas al que estaba etiquetado como ecológico.
Finalmente, en lo que respecta al precio como un elemento condicionante, recomendamos leer el post The Wine Trials, la guía de los vinos baratos. En su lectura podemos conocer un estudio realizado por el Instituto Tecnológico de California, en el que se determinaba que el precio que se paga por un producto condiciona la percepción y el disfrute, siendo mayor cuanto más dinero se debe pagar, por lo que el precio también condiciona nuestro gusto. En definitiva, en lo que respecta a un envase alimentario, color, precio, diseño… son condicionantes que influyen en la percepción de los consumidores, psicológicamente. Podéis conocer más detalles del estudio a través del artículo publicado en la página web de la Universidad de Cornell.
Foto | AndreaCastellani23