El año pasado conocíamos una investigación llevada a cabo por expertos de la Universidad de Stanford (Estados Unidos) en la que se concluía que el cambio climático va a afectar a los rendimientos de los cultivos en Europa. En este estudio se determinaba que para el año 2040 las temperaturas habrían aumentado 3’5 grados centígrados, y cultivos como la cebada o el trigo reducirían el rendimiento en un 20%.
Como decíamos, este estudio se centró en el rendimiento a nivel europeo, pero una nueva investigación realizada por expertos de la Universidad Estatal de Kansas asegura que en las próximas décadas, el cambio climático reducirá de forma significativa la producción de trigo a nivel mundial. La cifra arrojada es similar a la del estudio europeo, se calcula una reducción del 25% en el rendimiento, concretamente un 6% menos por cada grado centígrado que aumente la temperatura. Si estos cálculos se aplican a la cosecha de trigo a nivel mundial que alcanzó los 701 millones de toneladas en el año 2012-2013, se habrían producido 42 millones de toneladas menos por cada grado de temperatura que hubiera aumentado.
Para los expertos es algo muy grave y aconsejan que se tomen medidas cuanto antes para empezar a adaptarse a las fluctuaciones climáticas que se están produciendo. Si sumamos la reducción de la producción de alimentos y el incremento poblacional (9.600 millones de personas para el año 2050), el resultado es bastante catastrófico y pone al descubierto que la cantidad que se calculó en el incremento de la producción alimentaria para poder abastecer a la población (70%) se queda bastante corta. Esta es una de las razones por las que hay que tener en cuenta la recomendación de la FAO cuando advertía que la producción de alimentos debe tener en cuenta el cambio climático, ya que será causante de configurar todo el escenario de la producción de alimentos en el planeta.
El estudio se ha realizado con el apoyo de la Comisión del Trigo de Kansas, organización de defensa del agricultor que trabaja para asegurar el futuro del trigo que produce la región en el mercado mundial, y la Alianza del Trigo de Kansas, organización sin ánimo de lucro creada en 2008 con el objetivo de maximizar el valor para los productores de trigo con nuevas variedades desarrolladas en colaboración con la Universidad Estatal de Kansas.
En esta nueva investigación se han examinado sistemáticamente modelos de cultivos de trigo en 30 experimentos de campo de todo el mundo, zonas donde la temperatura media oscilaba entre los 15 y los 32 grados centígrados. Gracias a los resultados obtenidos a partir de la temperatura, la fecha de siembra y otros factores asociados a los cultivos, se ha podido predecir cómo el aumento de temperatura va a afectar a los rendimientos de los cultivos. Hay que apuntar que se está hablando de una sola variedad de cereal, pero es necesario recordar que el aumento de temperaturas afectará a otros cultivos y además provocará la desaparición de zonas que ahora tienen condiciones satisfactorias para la producción de determinados alimentos, podemos citar como ejemplo cómo cambiará el mapa de la producción de vino para el año 2050.
Según las pruebas de campo, los efectos del cambio climático y el aumento de las temperaturas tendrán consecuencias más graves de las que se predecían y llegarán antes de lo esperado. Los investigadores explican que las temperaturas extremas no significan sólo mucho calor, también mucho frío, por lo que comprobar la temperatura media no ofrece datos tan concluyentes como el análisis de las temperaturas extremas, ya que estas son las que más perjudican a los cultivos. Las plantas, al no tener tiempo para adaptarse gradualmente al nuevo entorno climático a causa de las temperaturas extremas, sea una ola de frío o una ola de calor, morirían irremediablemente.
Los expertos también han encontrado que el aumento de las temperaturas acorta el periodo de tiempo que el trigo tiene para madurar, por lo que cada planta produce menos cantidad de trigo. Un ejemplo que nos ponen los investigadores es cómo tener que llenar un vaso de agua en un minuto, no habría problema para llenarlo, pero si reducimos el tiempo a 40 segundos y además se reduce el caudal de agua del grifo, es más complicado poder llenar el vaso. Los expertos siguen trabajando en el tema para poder afinar mejor y predecir con más exactitud la respuesta del trigo ante el nuevo panorama climático.
Los resultados serán de gran ayuda para desarrollar modelos productivos más robustos capaces de soportar los cambios de temperatura, los agricultores a nivel mundial que se dedican a este cultivo deberán elegir variedades de trigo más resistentes en función de la zona en la que se va a cultivar, además habrá que determinar la fecha de siembra óptima a fin de evitar el estrés y reducir en la medida de lo posible la exposición a los fenómenos meteorológicos extremos. La seguridad alimentaria está en riesgo, será complicado poder producir más para alimentar a la población mundial si no empiezan a tomarse medidas ahora. Podéis conocer más detalles de la investigación a través de este artículo publicado en la página de la Universidad Estatal de Kansas.