Durante estas últimas semanas han ido apareciendo diversos estudios que alertan sobre el cambio climático y la amenaza que supone para la seguridad alimentaria de las próximas décadas, podemos citar como más recientes el estudio de la FAO (Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura) titulado “El impacto de los desastres en la agricultura y la seguridad alimentaria”, o el presentado hace un par de días por Chatham House (Instituto Real de Asuntos Internacionales), en el que se trataba la relación entre el cambio climático y la dieta. La razón de que se den a conocer tantos estudios es la celebración de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático que está teniendo lugar en París durante estos días, y a la que acuden delegaciones de casi 200 países para discutir un acuerdo internacional para limitar el calentamiento global a 2º C, además de otras cuestiones medioambientales.
Pues bien, hoy se ha dado a conocer el informe del USDA (Departamento de Agricultura de los Estados Unidos) en el que se advierte que el cambio climático es un problema para el desarrollo de la seguridad alimentaria mundial. La evaluación científica reflejada en el informe titulado “Cambio Climático, Seguridad Alimentaria Mundial y el Sistema de Alimentación de Estados Unidos” advierte que el cambio climático impedirá los trabajos que se realizan para reducir la tasa de desnutrición en el mundo en las próximas décadas, identifica los diferentes riesgos que plantea el aumento de las temperaturas en la seguridad alimentaria, y los retos a los que deben enfrentarse los agricultores y los consumidores para poder adaptarse a las cambiantes condiciones climáticas.
En este trabajo de investigación se apunta la ausencia de medidas de respuesta efectivas y se advierte de la interrupción de la producción de alimentos, lo que llevará a limitaciones de la disponibilidad alimentaria, así como al incremento del precio de muchos productos. También se alerta sobre los cambios en las transacciones y transportes relacionados con el sistema alimentario y la reducción de la seguridad de los alimentos. Estos problemas los sufrirán la mayoría de los países del mundo, siendo los más afectados los países en vías de desarrollo y los que están situados en las regiones tropicales.
Como cabría esperar de un informe del USDA, se habla del compromiso adquirido por Estados Unidos para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero en el país para el año 2025, en un rango del 26 al 28% por debajo de los niveles de emisiones del año 2005. Se destaca que los agricultores, ganaderos y silvicultores del país, está trabajando y colaborando para que se pueda alcanzar este objetivo, demostrando su liderazgo en el reconocimiento de que su colaboración está enviando un mensaje claro y contundente al resto del mundo. Sin embargo, hay que recordar que Estados Unidos es el segundo país del mundo en el ranking de las emisiones de gases de efecto invernadero con una cuota de un 14’4%, superado por China con una cuota del 19’98% del total de emisiones globales. En el año 2005 Estados Unidos estaba a la cabeza en lo que refiere a las emisiones de gases que favorecen el calentamiento global, por lo que lo de enviar un mensaje contundente y ser un ejemplo a seguir no es algo que esté muy claro.
Según el USDA, durante los últimos 6 años se han logrado muchos éxitos hablando de seguridad alimentaria mundial, pero ahora nos enfrentamos al reto de poder mantener y acelerar este progreso a pesar de la amenaza que supone el cambio climático. En este informe se ponen de manifiesto este tipo de desafíos y se ofrecen soluciones y alternativas para evitar en la medida de lo posible las consecuencias del aumento de las temperaturas y los cambios de las condiciones ambientales. Los expertos apuntan que es importante identificar con precisión las necesidades y las vulnerabilidades, para poder poner en marcha las medidas y las tecnologías que ayuden a la adaptación en todo el ámbito del sistema alimentario, sólo de este modo se podrá mejorar la seguridad alimentaria mundial ante un clima cambiante.
Existen otros estudios que merece la pena tener en consideración, como por ejemplo el desarrollado por el International Institute for Applied Systems Analysis (IIASA), en el que se pretendía responder a la pregunta ¿cómo transformará el cambio climático la agricultura mundial? En esta investigación se analizaron nueve escenarios climáticos posibles, 18 cultivos y cuatro sistemas de manejo de cultivo, también se analizaron las interacciones entre la producción de alimentos, el consumo, los precios y el comercio, básicamente se podría decir que algunas de las conclusiones y resultados obtenidos en esta investigación aparecen reflejados en el estudio del USDA.
En la investigación “Cambio Climático, Seguridad Alimentaria Mundial y el Sistema de Alimentación de Estados Unidos” se han revisado diferentes escenarios climáticos con variaciones en las emisiones de gases de efecto invernadero y se ha calculado el número de personas que estarían en riesgo de sufrir inseguridad alimentaria y desnutrición. Se han tenido en cuenta escenarios con un menor crecimiento poblacional y un crecimiento económico más sólido, junto a la emisión de gases de efecto invernadero, en definitiva, tras el análisis de distintos escenarios se llega a la conclusión de que cuanto mayor es el volumen de emisiones, mayor es el grado de inseguridad alimentaria. No es algo nuevo, ya que a esta conclusión han llegado muchos otros estudios.
Sin embargo el estudio es muy completo y también aporta muchos datos de interés, previsiones sobre las reducciones del cultivo de distintos alimentos, el movimiento de zonas productivas, la identificación de riesgos que se extienden más allá de la producción agrícola afectando a otras producciones relacionadas directa o indirectamente con la seguridad alimentaria, como por ejemplo el procesamiento, el almacenamiento o el transporte, la puesta en marcha de sistemas que puedan mitigar los efectos del cambio climático, etc. Curiosamente no se habla de la necesidad de limitar la producción de carne, un alimento que como sabemos consume muchos recursos y está asociado a la emisión de gases de efecto invernadero. En este sentido, merece la pena retomar la lectura de las conclusiones de Jeremy Rifkin sobre la necesidad de cambiar a un modelo alimentario más coherente y sostenible limitando la producción de carne, ya que según sus palabras, es el alimento menos eficiente para alimentar a la humanidad. ´
Hay que tener en cuenta la interacción entre producción de alimentos, cambio climático y contaminación ambiental, pues para abordar el tema de la seguridad alimentaria no se puede tener sólo en cuenta el calentamiento del planeta, este tema era el tratado en un estudio desarrollado por expertos de la Universidad de Colorado y del Instituto Tecnológico de Massachusetts, que hablaba sobre la contaminación por ozono, un gas natural de la atmósfera cuya concentración a nivel del mar es de 0,01 mg kg-1, pero debido a la contaminación por gases de efecto invernadero y a la radiación solar, su nivel puede incrementarse y convertirse en un gas contaminante que afecte a los cultivos alimentarios.
En la investigación del USDA se apunta que la adaptación eficaz es una herramienta que puede reducir la vulnerabilidad del sistema alimentario al cambio climático y así reducir sus efectos perjudiciales en la seguridad alimentaria, sin embargo, las condiciones socioeconómicas pueden impedir la adopción de las opciones de adaptación técnicamente viables, ya se sabe que las cuestiones económicas parecen pesar más que la seguridad o la salud de la población. En este trabajo también se trata la necesidad de reducir los residuos alimentarios a través de envases innovadores, ampliar la vida útil de los alimentos mediante el almacenamiento en frío, mejorar la infraestructura del transporte para mover con más rapidez los alimentos en el mercado, etc., pero no se habla de cuestiones como el cambio de los estándares de mercado por color, tamaño o forma como otra herramienta más para reducir el desperdicio alimentario.
Poco a poco se dan los pasos correctos para intentar frenar las consecuencias del cambio climático, pero no queda mucho tiempo y sí mucho por hacer, esperemos que esta cumbre prospere y se produzcan cambios significativos. El informe del USDA se preparó como parte de la Evaluación Nacional del Clima de Estados Unidos en el marco del Plan de Acción Climática, podéis leerlo al completo a través de este enlace (Pdf).