En varias ocasiones hemos hablado de la relación cambio climático y vino, en el año 2008 los expertos que participaron en la II Conferencia Internacional sobre Cambio Climático y Vino de Barcelona, explicaban que los vinos tendrían una mayor graduación alcohólica a causa de la mayor concentración de azúcar por la maduración acelerada, un pH más elevado que podría provocar que el vino se aclarase y se desarrollaran microorganismos perjudiciales para la maduración, menor acidez y en consecuencia menor vida en botella. El exceso de calor sumado a la falta de agua propicia que no exista una concordancia entre la maduración de la piel y de la pulpa, dando lugar a vinos más duros. En algunos casos el incremento experimentado de las temperaturas ha provocado que se adelantasen vendimias para que no se dieran los problemas antes indicados.
El tema preocupa al sector y más tras los pronósticos que han realizado algunos investigadores, al respecto os recomendamos retomar la lectura del post Mapa mundial de la producción de vino en el año 2050. Los investigadores del CSIC mostraban cómo podría ser la configuración de las zonas vinícolas para el año 2050, una buena parte de las actuales podrían desaparecer y trasladarse a otras zonas. Pues bien, ahora podemos añadir un nuevo trabajo a los ya existentes sobre la relación cambio climático y vino, un nuevo estudio desarrollado por el Instituto Vasco de Investigación y Desarrollo Agrario Neiker-Tecnalia, la Estación Experimental de Aula Dei y la Universidad de Navarra, concluye que el cambio climático afecta a la calidad de los vinos tempranillo.
Los expertos han investigado el comportamiento de las vides de la variedad tempranillo, variedad española de uva tinta con la que se elaboran los vinos tintos con cuerpo, en invernaderos con condiciones de cambio climático, mayor nivel de CO2, temperaturas más elevadas y mayor sequedad ambiental. Las uvas obtenidas tenían menor contenido en antocianos, sustancias colorantes que se encuentran en la piel y que son responsables del color de los vinos tintos, esto provoca que tengan menor calidad.
Hay que decir que además de los tres factores citados, se ha de sumar un cambio en la pluviosidad, siendo más reducida y con un reparto poco equilibrado, por ello se realizaron dos estudios diferentes, uno en el que las plantas estaban debidamente hidratadas con un suelo con un 20-35% de contenido de agua, y otro en el que las vides estaban sometidas a un déficit hídrico, siendo regadas con un 40% menos de agua. Los suelos también fueron objeto de estudio, se tuvieron en cuenta tres tipos diferentes con un 9%, un 18% y un 36% de arcilla.
Los expertos observaron que el cambio climático adelantaba nueve días la vendimia, lo que derivó en la reducción de la concentración de antocianos y por tanto, en vinos tintos con menos color, también se constató un aumento del pH del mosto, como decíamos al principio, un pH más elevado provoca que el vino se aclare y se puedan desarrollar microorganismos perjudiciales para la maduración. Para las bodegas es un factor de gran interés, el pH debe ser bajo para poder garantizar que los vinos se conserven de forma óptima.
En condiciones de déficit de agua la maduración se retrasó y la vendimia se tuvo que realizar diez días más tarde, también se constató un menor crecimiento de la viña. En estas condiciones también se produjo un aumento del pH del mosto y una reducción del contenido en polifenoles, grupo de sustancias que están presentes sobre todo en los productos que se obtienen de algunas especies vegetales, nueces, aceitunas o uvas, como en este caso. Los polifenoles tienen numerosos beneficios constatados para la salud, cuentan con una gran capacidad antioxidante y contribuyen a reducir el riesgo de sufrir diversas enfermedades. Los polifenoles están presentes en las semillas de las uvas y en las pieles, son responsables de conferir aroma, color y sabor a los vinos. Con respecto a los tres tipos de suelo, los que tenían menor contenido en arcilla, producían mostos con mayor cantidad de antocianos y por tanto se obtenían vinos con mayor color.
La investigación es interesante y de gran importancia para el sector vinícola, al información que se ha obtenido puede ayudar a los profesionales del sector a prevenir los posibles daños y consecuencias de las condiciones climáticas previstas, o en su defecto aprovechar las oportunidades que se puedan presentar. Al respecto es interesante retomar la lectura de este informe del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC) para conocer cuál es la situación actual del cambio climático y qué problemas se prevé que provoque en un futuro a corto y medio plazo.
El estudio se ha realizado con la variedad tempranillo, quizá sería interesante realizarlo con otras variedades presentes en nuestro país para conocer cuál sería la que más sufriría con el cambio climático. Os recomendamos dar un vistazo al siguiente mapa mundial de la producción de vino para el año 2050 para que veáis qué áreas actuales para el cultivo de uva de vino se perderían (color rojo) y qué nuevas áreas aparecerían (color azul).
El cambio climático debe ser muy considerado por el sector del vino y más sabiendo que su actividad es de gran importancia, pero no está de más recordar que es un problema que afecta a todo tipo de cultivos, recordemos que la FAO advierte que la producción de alimentos debe tener en cuenta el cambio climático, ya que va a provocar un cambio en la configuración del escenario de la producción de alimentos a nivel mundial. Podéis conocer más detalles sobre la investigación que nos muestra cómo afecta el cambio climático a la variedad tempranillo a través de la página web de Neiker-Tecnalia.
Foto 1 | Winetitles columnist