Mark Post, el creador de la primera hamburguesa in vitro, sigue promocionando la carne de laboratorio, defendiendo el producto como la mejor opción por varias razones. Hace unos meses en una entrevista realizada en Australia, el investigador hablaba sobre el futuro de la producción de este tipo de carne y todos sus beneficios, mayor aprovechamiento de recursos y alimentos que ya no se destinarían a la ganadería tradicional y aprovecharían los seres humanos, reducción de la emisión de gases de efecto invernadero producidos por los animales, etc. El experto declaraba que los animales tradicionales son muy ineficientes en la conversión de proteínas vegetales a proteínas animales y auguraba un posible punto final para la ganadería tradicional.
El investigador ha estado utilizando diferentes argumentos para respaldar la producción de carne in vitro, ahora añade otra cuestión que considera decisiva en el impulso de la producción de este tipo de carne, considera que el bienestar animal será un criterio decisivo para consumir carne de laboratorio. Explica que la mayoría de las personas acepta que los animales sean sacrificados por su carne porque no existen alternativas, pero la carne de laboratorio puede cambiar esto, así lo ha declarado en la feria IFT celebrada esta semana en la ciudad de Chicago (Estados Unidos).
El experto reconoce que será difícil que la creciente clase media a nivel mundial se abstenga de comer carne por completo, pero si la carne de cultivo está disponible y a un precio razonable, las personas pueden encontrar más difícil justificar la matanza de animales para la alimentación. PETA (People for the Ethical Treatment of Animals), la mayor organización pro derecho de los animales del mundo, asegura que los seres humanos no necesitan comer carne, pero ya que muchas personas no desean renunciar a este alimento, PETA quiere ayudarles para que opten por una alternativa que no causará ni sufrimiento ni muerte de un animal, apoyando claramente la producción de carne in vitro.
Como ya explicó el investigador en la entrevista australiana, la producción y el precio de la carne no serán un problema, la primera hamburguesa de laboratorio tuvo un coste de 240.000 euros, ahora asegura que ya es posible reducir de forma significativa el coste de este tipo de carne hasta los 65 dólares por kilo, por lo que en un corto plazo de tiempo será una alternativa porque tendrá un precio competitivo, similar al de la carne de vacuno tradicional. Hay que tener en cuenta que apenas hace un par de años que se creó la primera hamburguesa y resulta difícil creer que en tan poco tiempo se ha pasado de un coste de producción inasumible a un coste que rivalizaría con el de la ganadería tradicional. De ahí que estén llevando a cabo el proceso para la creación de una empresa que se dedique a la producción de carne in vitro.
Sin embargo, reconoce que existen otros desafíos a superar una vez eliminado el elevado coste del producto, la producción de células de grasa en la carne, la producción de ácidos grasos omega 3 para mejorar su perfil saludable, conseguir estimular la producción de mioglobina, hemoproteína muscular similar a la hemoglobina y cuya función es la de almacenar oxígeno y que provoca que la carne tenga un color rosáceo, lo que no tenía la primera carne de laboratorio producida cuyo color era amarillo y tuvo que teñirse con jugo de remolacha roja para imitar el color de la carne. Mark Post asegura que ha encontrado el modo de estimular la producción de mioglobina en condiciones reducidas de oxígeno.
Otro objetivo es la eliminación de la dependencia de los productos sanguíneos utilizados en el medio de cultivo a fin de mejorar la sostenibilidad y reducir aún más los insumos de origen animal. Otro reto importante es asegurarse de que los consumidores van a querer consumir este tipo de carne, ya que de lo contrario todas las investigaciones que se realizan no tendrían ningún sentido. Es necesario superar lo que denomina “factor puaj”, una barrera psicológica que hace que impida probar un producto por determinados prejuicios, algo similar ocurre con los insectos, este factor podría impedir el éxito de la carne de laboratorio. Pero asegura que el tiempo lo cura todo, si algunas personas consumen este tipo de carne, poco a poco será más aceptada por el resto de la sociedad. Según nos explican aquí, el investigador habla de los estudios de mercado como el realizado en Holanda, hasta un 63% de los holandeses estarían a favor de la carne in vitro.
Para Mark Post la carne in vitro es el futuro, permitirá satisfacer buena parte de la creciente demanda alimentaria en las próximas décadas, destacando que es una alternativa más respetuosa con el medio ambiente, con el bienestar animal y con los recursos del planeta, ya que facilitará la liberación de tierras que producirán alimentos vegetales para los seres humanos.